6- 23 de junio.

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¡Nota!—«Noche de San Juan», celebración pagana, cuyo origen está en la llegada del solsticio de verano: el fuego purifica y quema lo viejo y malo, con el fin de dejar espacio a nuevas oportunidades y deseos. Para ello se hacen unos muñecos hechos a base de paja, trapos o papel, que representan lo malo del año pasado.

Las familias volvieron a reunirse, esta vez para celebrar la noche de San Juan el 23 de junio por el día, y el 24 por la madrugada, celebrando el solsticio de verano. Los niños estaban emocionados por ver quemarse el muñeco, pero sobre todo les gustaba más el plan de pasar todo el día en la playa, divirtiéndose, para luego pasar un maravilloso momento entre amigos viendo las llamas arder por la noche, tenían planeado quemar sus apuntes escolares de todo el año.

El sol irradiaba una sensación cálida, agradable, sin llegar a ser sofocante. Max y El estaban poniéndose crema solar bajo la sombrilla, Lucas y Will estaban jugando con la arena, haciendo castillos de arena y cavando una fosa en mitad de la playa, levantando muros alrededor. Dustin y Mike eran los encargados de ir y venir con cubos de agua para la fosa, pero por más que lo intentaran, el agua siempre acababa siendo absorbida por la arena.

Mientras, los adultos se encontraban todos alrededor de una mesa plegable, sentados en sillas plegables preparando una barbacoa. Hopper, Wheeler y Sinclair eran los que estaban a cargo de las hamburguesas.
—¡Eh, Jim! De hombre a hombre, ¿la carne poca o muy hecha?—dijo el padre de Mike intentando sonar masculino a pesar de su apariencia de pardillo escuálido.

—Sí, sí... Al punto —masculló sin mirarle, pues estaba más atento a los movimientos de cierto adolescente que hacía que se le enervara la vena. "Ya veo, buena elección." contestó el contrario.— ...Oye, Wheeler, ten esto.—le entregó la espátula y se dirigió hacia los chicos.

—¡Bueno...! Qué tenemos aquí. Chicas.—Hopper acercó sus dos puños a Max y El quienes alegres chocaron los suyos con los del jefe se policía.—Chicos.—se acercó a la penosa fosa vacía en donde estaban todos los niños sentados alrededor. Dirigió su mirada al chico de pelo rizado, al que su hijastro ponía protector solar por toda su espalda.—Qué, Wheeler. ¿No puedes echarte la crema tú solo?—la mueca que estaba haciendo se suponía que sería una sonrisa, pero los contrarios empezaron a asustarse por las venas del rostro y cuello de Hopper, que estaban totalmente hinchadas. Los demás prefirieron no decir nada debido a la tensión del ambiente.

—U-Uhm, bueno. Will se ofreció a echármelo...—el castaño asintió ante las palabras de su novio con una sonrisa, corroborando lo que decía.

—¡Ah, claro! ¡Por supuesto! ¡Ahora resulta que mi hijo es un ofrecido! ¿Verdad, Wheeler? ¡¿Verdad?!—estaba claro que Jim hace mucho que dejó de referirse a la crema solar.

La mirada de Mike cambió a una totalmente confusa.—¡¿Qué?! ¡No!

—Conozco a los de tu calaña, chico.—comenzó Hopper toqueteando con su índice repetidas veces el hombro de Mike, empujándolo.—Ahora es cuando casualmente todos los estúpidos niños de vuestro estúpido instituto solo hablan de una cosa. "¡Oh, mirad! Ahí viene el masculino y atractivo Wheeler, que ya ha conseguido echar un polvo." Y por supuesto de MI HIJO dirán "Mirad, por ahí viene la puta barata al que Wheeler consiguió abrirle las piernas" ¡Pues no, Wheeler! ¡Qué sepas que eso jamás pasa-...—Hopper fue interrumpido por las lágrimas del pelinegro.—Uh...¿C-Chico?—había cruzado el límite.

—¿Cómo puedes pensar que yo le haría eso a Will? ¡Estas demente, Hopper! ¡Demente!—exclamó Mike llorando, llevando su mirada hacia la preocupada expresión de su pequeño novio.

—¿Mike, estás bie-...—el contrario lo interrumpió dándole un abrazo, sorprendiendo al menor.

—Es que, Will, yo...—intentaba ordenar sus palabras entre el llanto.—Tan solo pensar en alguien haciéndote algo así, llamándote de esa forma, escupiéndole de esa manera a alguien como tú, que eres tan delicado y tan frágil, y t-tan... —se pausó para sorber por la nariz.—M-Me hace sentir... Me hace sentir que no soy capaz de protegerte, amor mío. Porque la luz que irradias con tanta intensidad que a veces pienso que me sofoca... La siento tan quebradiza, que simplemente me duele y y-yo...—su voz iba saliendo cada vez más en un fino hilo, y Will simplemente puso su dedo índice en sus labios para acallarlos y negó con la cabeza, devolviéndole el abrazo.

—Por esto mismo es por lo que sé que jamás podría pasar nada malo estando a tu lado.—dijo Will casi en un susurro con una suavidad devastadora, separándose del abrazo para secar las lágrimas de su novio.—Desde que éramos niños tú siempre lo has hecho, siempre me has protegido, Mike. Tú siempre te metías en medio cuando Troy intentaba hacerme daño. Y esas cosas son las que no me permitían soñar con alguien que no fueras tú. Y quiero que sepas que yo también quiero ser la persona que cuide de ti, y que te defienda...—Agarró la mano de Mike, levantándola a la altura de la suya, mostrándole su dedo meñique.—¿Recuerdas la promesa que nos hicimos? "Tú y yo contra el mundo..."

—"...Y el mundo contra tú y yo."—sonrió uniendo sus meñiques. Claro que lo recordaba, fue el día en que Mike llegó tarde al colegio y encontró a Will llorando en un cubículo a causa de los estúpidos de Troy y Jake.

Esa vez no había podido taparle los oídos al pequeño, pero lo que dijo Troy hizo que Will se diera cuenta finalmente de lo que sentía. "¿Acaso crees que tu noviecito siempre va a estar para ti, pequeño mariposón? A ti, maricón de mierda, te encanta tu amigo, ¿verdad?", Will solo podía mirar a Troy con asombro. "A mí... ¿A mí me gusta Mike?" El chico lloró ese día de tal forma que no podía explicárselo, porque lo que dijo era cierto, completamente cierto. Lloraba porque no se imaginó en ese momento que una noche de lluvia finalmente Mike llegaría a su ventana a las tantas de la noche en su bicicleta, gritando su nombre para poder hablar y decirle que no amaba a Eleven, que lo amaba a él. Lo amaba a él.

Los tontos enamorados se sostuvieron la mirada con amor unos segundos, hasta que escucharon otros sollozos que no eran los suyos. Eran los de sus amigos, y de entre ellos Hopper era el que más lágrimas soltaba.

—Hopper—llamó Dustin—, ¿nada que decir?

El policía lo miró frunciendo el ceño y carraspeó.—Sí, bueno. Lo que sea... Seguid con lo vuestro.—se apartó del grupo viendo a lo lejos como su hijastro y su pareja se acurrucaban más cerca del otro, y Hopper sonrió.

Espera, ¿sonrió?

...

—¡Chicos, a comer!—llamó la señora Henderson, pues las hamburguesas estaban siendo servidas.

Llegaron y se sentaron, el grupo estaba algo extrañado porque a pesar de que Will se sentó sobre el regazo de Mike porque no habían suficientes sillas, no notaron ninguna hostilidad por parte del jefe de policía.

—Yo creo que lo ha poseído el azotamentes.—teorizó Dustin por lo bajo.

—¡No seas idiota! Eleven cerró el portal.—contestó Lucas con obviedad.

—Entonces, ¿que creéis que le ocurre?—dudó Max y el grupo se giró para mirar a Hopper, quien los saludó a todos con una sonrisa libre de venas hinchadas.

—Ni idea, pero supongo que es mejor así.—Mike se encogió de hombros y continuó comiendo su hamburguesa.

—¡Oye, crío Wheeler! Acércate.—exclamó Jim. Oh, no, ¿ya había regresado a la normalidad? El chico apartó a Will con cuidado para poder levantarse y se acercó temeroso a Hopper, quien seguía preparando hamburguesas.—¿Alguna vez te habías hecho cargo de una barbacoa?—Mike lo miró extrañado y negó con la cabeza.—Bien, pues tienes suerte. ¡Tu suegro va a enseñarte hoy, chico!

—Oye, Hopper... Este... Me gustaría enseñarle yo, bueno, es que es mi hijo...—musitó el señor Wheeler.

—Cállate, Ted. Todas las hamburguesas que has preparado están quemadas.—ignorando al hombre, Hopper volvió a girarse hacia el chico, pasando una mano por su hombro.—¿Y algunas vez habías probado la cerveza?—esta vez Joyce intervino regañando al hombre por la oferta.

A Mike le estaba asustando más este Hopper que el que solía gritarle sin parar.

𝚍𝚊𝚍𝚍𝚢 𝚑𝚘𝚙𝚙𝚎𝚛 ; 𝙗𝙮𝙡𝙚𝙧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora