Satoru recuerda caminar feliz por los jardines de la gran mansión tradicional de los Gojo.
Los sirvientes, incluso, lo saludan con sonrisas tímidas, mientras que Satoru les devuelve el saludo con una algarabía más emocionada. No es que le guste estar en su mansión, demasiado grande para la poca gente que la ocupa, aunque lo suficientemente inmaculada como para facilitarle el trabajo de limpieza a los sirvientes.
Los pequeños y discretos rumores empiezan.
Solo porque Satoru le dijo a una de las sirvientas que estaba feliz, porque el amor está en el aire. Una frase tan cliché y usada en las películas extranjeras.
"Parece que el señor Gojo está enamorado".
Satoru no se molesta en detenerlo.
No es que le importe, de todas maneras.
Poco después, Gojo fue enviado de misión en América por tres meses.
Antes no importaba mucho. Aunque no era partidario de dejar a los niños solos por una temporada, ellos siempre encontraron la manera de vivir por sí mismos. Con la ayuda pertinente de Yaga e Ijichi, por supuesto.
Ahora, ha regresado y aquel niño que encuentra en casa, Megumi, le ha recibido con el mismo entusiasmo de todos los días, acostumbrado a su ausencia por periodos. Sin embargo, el aroma fresco de una tarta de limón se extiende por la casa. Y lo primero que pregunta bobamente es si los niños compraron esa tarta para darle la bienvenida.
—No. —Responde Megumi tranquilamente, mientras lee su libro, sentado en la sala. Siempre tan cruel—. Nanami-san lo preparó. Hizo uno para Yuuji y Sukuna, y uno para nosotros.
Oh.
Nanami.
Debió saberlo. El aspecto de la tarta es demasiado agradable y casero como para que sea traído de una panadería.
El omega no puede dejar de presentar pequeños detalles que lo hacen más y más atractivo incluso. Su instinto de responsabilidad con los cuatro cachorros es impresionante.
Y probar la tarta, feliz y agradecido, es solo el principio de su excusa para ir a ver al omega.
—¿A dónde vas? —Megumi le pregunta, cuando el alfa se coloca un poco de perfume en los hombros.
—A ver a tu futuro padre omega. —El albino le responde. Y Megumi rueda los ojos dramáticamente—. Le agradeceré por su maravillosa tarta de limón.
—Pobre Nanami-san. —Megumi masculla, suspirando como si sintiera pena por el omega.
—Querrás decir... Qué afortunado omega es~ —El alfa canta con cariño—. Tiene como pretendiente al alfa más fuerte de todos.
—Y el más irritante.
Gojo hace un puchero engreído, pero lo deja pasar solo porque Megumi es Megumi. Simplemente así.
—¿Dónde está tu hermana?
—Salió con sus amigas al centro comercial. —Megumi le responde secamente—. Volverá en la noche, dijo.
—Dios mío. Necesitan que me case con Nanami urgentemente. —Gojo suelta, alborotadamente—. Ustedes, niños, se están saliendo de control.
El chiquillo suspira mientras sigue mirando su libro. Para ser un puberto se comporta como si fuera un anciano. Él y Nanami se llevan bien, por obvias razones.
—¿Esa será tu pobre excusa cuando vayas a acosar a Nanami-san?
—Oye, yo no acoso a Nanami.
—Desde que soy un niño, solo recuerdo verte invadiendo su espacio personal siempre que lo ves. —Megumi argumenta.

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Alpha In Love / Fic # 6
RomanceGojo está madurando como alfa e, incluso, reconoce que está enamorado de Nanami y no quiere que otros alfas olfateen su cuello. Y, a pesar de que a su familia no le gusta el omega que ha escogido, está dispuesto a ganarse el corazón de Nanami. Pero...