También Mía © [Alquimia #3]

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Sofia Karlberg/ Crazy in love

Andrea volvió a reunirse con Bruno sin decir absolutamente nada e intento levantar una máscara en su rostro, deseaba irse pero no podía pedírselo así y aparte no le daría el gusto a Samanta de echarla, él estaba hablando con un hombre pero acariciaba su mano con atención para hacerla entrar en calma, funciono a medias, tenía que fingir sonrisas que en otro momento no le hubieran costado nada de trabajo pero en esta ocasión dolía, al sonreír sentía que sangraba, de solo recordar a su hijo.. De como nunca se atrevió a preguntar por su ausencia, quería irse ahora

Despertar de ese desagradable sueño y olvidar que existió otro hombre en su vida.

— Que mujer más hermosa.. — Sergio volteo a ver a Leonardo y siguió su mirada, no comprendió de quién estaría hablando su coscolino colega. — Hace años que no veo un bombón así..

— ¿De quién hablas? Todas lo son para tí — dijo sonríendo de medio lado pero Leonardo movió discretamente su cabeza en dirección a donde se encontraba Bruno sentado frente a una mesa de Blackjack, le daba la espalda pero era él, lo supo por su postura pero había una mujer a su lado de pie y ella le pasaba su brazo delicado por sus hombros, era alta, de lúcido vestido negro hasta el suelo que amoldaba su figura con exactitud, la reconoció al instante porque esa figura y ese vestido eran llamativos a primera vista, era la misma que encontró con Gabriel hacia solo unos cuantos minutos, indudablemente era ella pero no la podía ver bien porque ambos le daban la espalda, sinceramente no la vio bien hace algún rato pero esa mujer tenía un impresionante cabello ondulado rizado color miel y era dueña de una hermosa silueta menuda.. Una mujer alta sin duda.

— La esposa de Bruno Valencia, ¿No la has visto?

Sergio nego muy lento volviendo a mirarlo, dándole un trago a su bebida saludando de lejos a unas personas, pero perplejo por su afirmación ¿Cómo que la esposa de Bruno? ¿Que rayos tenía Gabriel que ver con ella?

— No he tenido la oportunidad — respondió pensativo, recordando lo que se habían dicho.. Mirandola, su vestido atraía la mirada sin la necesidad de brillar, sintió mucha curiosidad de ver su rostro.

— Pues lo es Sergio, me quedé sin palabras cuando me la presentó, tiene una sonrisa que envía directamente al infierno — bufo desconcertado.

Sergio se rió de su colega más por compromiso que por gracia, lo que había visto no le habia gustado nada y mucho menos lo que le escucho decir a Gabriel, que no amaba a Samanta..

— ¿Tanto así Leonardo?

— No la has visto, por eso te ries hombre, deja que la veas y me cuentas, porque yo soy felizmente divorciado, pero si la próxima en quitarme lo poco que dejó mi exmujer en mi cuenta bancaria es esa mujer, dime dónde firmo ahora mismo —le dijo y él le dió una palmada en el brazo, sonriendo por esa ocurrencia.