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The Neighbourhood/ How

Diez de la mañana hora de Monterrey, un agradable día cálido y seco

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Diez de la mañana hora de Monterrey, un agradable día cálido y seco. Bruno entro en el restaurante acompañado de su escolta mirando la hora exacta de su Rolex con su rotunda elegancia, ataviado en un traje gris Oxford americano, iba comentando algunas cosas con él cuando a lo lejos vio al hombre de cabello cano, Adolfo Solis se encontraba en una mesa con dos hombres de traje negro y celeste que le daban la espalda, asintio hacía Nelson por algo que le informo y se centro en Adolfo, este al verlo se puso de pie junto con los hombres de gran presencia que aún le daban la espalda y esbozo una sonrisa diplomática hacia su colega.

—Puntual como siempre — le dijo y Bruno le saludo de mano y una calurosa palmada en el brazo

—¿Como te va?

—Perfecto colega ¿Como te va a ti?

—De maravilla

—Me da gusto oírte — dijo y volteo a ver a los dos hombres frente a él, quienes se miraban entre si ahora, serios — Me dijiste que necesitabas un Arquitecto ambicioso a quién le gustarán los desafíos y no le tuviesen miedo a tus exigencias, pues aquí los tienes.. No conozco a uno sino a dos con todas esas características — Bruno giro hacia su costado y cuando vio un rostro en específico que fue reconociendo, poco a poco su expresión se decayó lentamente — Te presento a los dueños de Grupo Alacante, Gabriel Palacio, y Sergio Lazcano.

Aquello debía ser una broma, el semblante de Bruno se descompuso tanto como el de ambos hombres desde que lo vieron saludando a Adolfo, estaba claro que ninguno de ellos pensó volver a verse nunca jamás pero más específicamente Bruno a Sergio, lo tenía en frente suyo por supuesto que se trataba del mismo, ahora con más clase de la que le recordaba y amplios modales eso era muy notorio, estaba muy cambiado, era él claro que sí pero no podía procesarlo con la rapidez que requería. Se recompuso no supo cómo, asíntiendo con las manos en su espalda. Seriamente.

—Les dije que los sorprendería — continuo diciendo Adolfo, ajeno a lo que ahí estaba sucediendo — El dueño del imperio de empresas más poderoso de este país señores, el señor Bruno Valencia, gran amigo mío.

Bruno miro el suelo un momento contrariado y después a ellos pero a él en especial y con insistencia, ¿Que estaba pasando? no sabía si eso era una sorpresa desagradable o desafortunada..

—¿Ocurre algo?

Gabriel nego aún perplejo ante el cuestionamiento de Adolfo pero molesto, muy molesto por la situación ¿Por que él precisamente? Adolfo les dijo que en efecto los sorprendería, que alguien muy importante estaba buscando a un arquitecto para su proyecto pero que este era muy selectivo y estricto con lo que deseaba y que no encontraba aún a las personas capaces de satisfacer sus expectativas pero nunca imagino que.. Sería él

¡Mierda!

— Para nada, Adolfo — fue quien hablo, educado — Gabriel Palacio — hablo sin saber cómo demonios dirigirse a él, ya no estaban frente a ese riquillo fanfarrón como hacía casi treinta años, ahora estaban frente al hombre quizá más rico y poderoso del jodido país pero también con..
Con el marido de Andrea.

También Mía © [Alquimia #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora