También Mía © [Alquimia #3]

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The neighbourhood/ The beach

Andrea cada vez se encontraba con más pendientes respecto al hospital que avanzaba a pasos agigantados y la mayor parte del tiempo, agotada sin razón, o eso sentía ella, las cosas con su marido marchaban igual de bien, con Bruno nada cambiaba y tampoco quería que lo hiciera, no lo negaba, continuaba pensando en Sergio pero era más nada un recuerdo ahora vivo, pero recuerdo a fin de cuentas, ¿Si seguía doliendo? Un poco, si, dolía aún porque la herida se abrió en cuanto supo que él no habia rechazado a su hijo como siempre pensó pero estaba aprendiendo a lidiar nuevamente con esa cicatriz que nunca pensó volviera a abrirse, Bruno sin saberlo la ayudaba con su amor y no podía ser más feliz, sentirse afortunada por tenerlo y viviendo el momento porque no sabía si un día despertaría y no lo recordaría; no volvió a verlo por esos días más y con Gabriel tampoco habló. sabía que si tenía algo importante que decirle él la llamaría pero hasta el momento no lo hizo.

Asi que lo hizo ella.

Se acomodaba la corbata por quinta vez en los últimos dos minutos, se colocó el saco pero después se lo quitó colgandolo en su silla quedándose solo con el chaleco puesto, chasqueo la lengua y volvió a colocarselo, entro a su cuarto de baño para mirarse estar bien peinado y tomo su colonia para rociarse un poco, se acicalo el cuello de la camisa y observo la hora en su reloj una vez más mientras salía, tomo asiento en su silla giratoria y espero mirando las puertas pero se sintió de repente tan estupido que mejor trato de concentrarse en un documento al azar que tuviera sobre su escritorio pero ni así, se puso de pie nuevamente y camino en círculos prácticamente por todo su despacho..

— Tranquilízate — mascullo a la nada muy enojado por su propia actitud — Solo viene a hablar. 

Su intercomunicador sonó luego de lo que para él pareciera una completa eternidad

— La persona que está esperando ha llegado arquitecto

— Yo la recibo Marisol. — respondió serio y luego de ordenar rápidamente el escritorio abrió una de las puertas dobles y salió, inmediatamente la vió, ella se encontraba cerca de la recepción observando una escultura arquitectónica con interés..

Vestía un conjunto a cuadros gris con negro de saco y pantalón, un Channel auténtico, su cabello rizo lo llevaba recogido y un pequeño sombrero elegante coronaba su femenina elegancia..

Andrea volteó al escuchar el sonido de la puerta haciendo gala perfecta de su coquetería natural y la odio por mirarlo con esa puta presunción que la hacía endiabladamente atractiva.. endiabladamente elegante, endiabladamente irresistible..

— Pasa.

Pero su actitud fría y seca contrastaba con lo que en su interior sambullia cuando la veía..

Ella dejó a sus escoltas fuera y paso por su lado con suma elegancia, dejándole a su paso su estela de perfume..

— Gracias por recibirme — dijo como si nada — Así que esto es grupo Alacante.. — continúo con curiosidad, escuchándolo cerrar — Te recuerdo en una moto, grosero e indolente y de repente eres el dueño de todo esto..