CAPITULO 10: PIENSA CON LA CABEZA, NO CON EL CORAZON

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-¿Qué diablos estabas pensando?- me recriminaba una y otra vez mientras empacaba apara regresar a Italia

Después de aquel fallido baile, por que eso fue lo que fue, evitaba a toda costa a Gianluca. Hasta hoy que se le ocurrió la brillante idea de regresar a Italia, no quería regresar pero que vas podía hacer, solo rogar que de verdad cambiase y no me vuelva a encerrar. Salimos del palacio con destino al aeropuerto, no sin antes prometer estar en contacto con la ¨tía de Gianluca¨. 

Pensé que al llegar a Abruzzo regresaríamos a la casa de Gianluca pero grande fue mi sorpresa al ver que conducía hasta la casa en la que me tuvo encerrada.

-Lo prometiste- susurro con lágrimas en los ojos

-YO no prometí nada- respondió el con voz fría sin verme

Suspire y empecé a planear mil y una formas de escapar, encontró a la casa sin quitarme la mirada de encima. Una vez en la habitación que ocupaba anteriormente lanzo unas llaves a la cama.

-Si vas a salir, di a donde y cuanto tardaras- hablo el y salió de la habitación 

Cogí aquellas llaves con la esperanza que no estuviese mintiendo...

Tres largos meses ya habían pasado desde que regrese a casa por así decirlos, hace como una semana al fin el bebe se dejo ver y supe que era un niño. Alessio seria su nombre, Alessio Ginoble.

-Por lo visto tu papa no vendrá por nosotros- suspirando dejando de observar por la ventana.

Esa mañana Gianluca sugirió comer fuera, lo cual me emocionaba pero eran las 3 de la tarde y no se había aparecido, suspire y camine a la cocina moría de hambre. AL llegar a la puerta de la cocina empecé a sentir las benditas contracciones lo que significaba que Alessio estaba en camino.

-¿Se encuentra bien?-pregunto Ana, la cocinera

-Siii....- respondí con pesar

-¿Segura?- volví a preguntar

-Nooooo....- y aullé por el dolor

-Josué....- llamo ella al chofer para que me llevara al hospital 

-Por favor... llama a Gianluca- hablaba mientras subía al coche


EL camino al hospital fue una tortura ya que las benditas contracciones aumentaban y eran más constantes. Antes de entrar a la sala de partos, vi a mis padres y a los padres de Gianluca pero a el no le vi ni el copete, pero no me importo ya que los dolores me desquiciaban.

Después de casi 45 minutos, logre escuchar el llanto de mi pequeño Alessio, suspire satisfecha al ser consiente que aquello había acabado. Luego de limpiarlo al fin me dejaron verlo, tenía los ojos cerrados y respiraba calmadamente al parecer se había quedado dormido. Así mismo lo mismo pasaba conmigo, estaba empezando a dormirme y lo logre.

Desperté en una habitación blanca, observe a mi alrededor y vi globos de helio de color azul, sonreí ante ellos y observe en una pequeña cuna a mi lado estaba bacía, quise levantarme pero un ruido en la puerta no me lo permitió. Entro una enfermera con Alessio en los brazos el cual estaba gimoteando quizá por hambre.

-¿Mira quien llego?- susurro ella refiriéndose a mí

-Hey- susurre teniéndolo una vez en mis brazos

Las esperanzas de que Gianluca apareciera iban disminuyendo en cuando las visitas se iban. Anocheció y el doctor dijo que me daría de alta mañana temprano, agradecí ello por que el olor a hospital me enfermaba.

Pensé que Gianluca iba por nosotros al hospital pero esta desaparecido desde hace dos días, suspire y deje que el chofer me llevara a casa.

-¿Podrías llevarme un poco de chocolate?- le pedí a Anna mientras subía con Alessio en mis brazos a mi habitación

-Claro—suspiro ella

-¿Gianluca...- quise preguntar pero ella negó con la cabeza

Suspire y continúe con mi camino, deje a Alessio dormido en su cuna y yo también me dispuse a descansar.

-________!!!- escuche los gritos de un ebrio Gianluca

Salí furiosa de la habitación, dispuesta a enfrentarme a aquel jodido ebrio.

-¿Qué diablos te pasa?- hable en voz baja temiendo que Alessio se despertara

-Ahí estas- sonrió el en su borrachera

-Mírate como vienes, maldición- susurre tratando de permanecer tranquila

-¿Que acaso no puedo festejar el nacimiento de mi hijo?!!!!!- grito 

Solo único que hice fue estampar mi mano en su mejilla por la rabia que despertara el agradable sueño de Alessio.

-Rogaras nunca aver hecho eso- susurro con los ojos inyectados de sangre por la rabia

Me cogió de ambos brazos presionándolos, causando un dolor terrible, empezó a caminar hasta estamparme contra la pared.

-Discúlpate- susurro con los ojos cerrados

-No lo hare- hable dejando el dolor de lado

-Que te disculpes...!!!- grito y me lanzo al suelo no sin antes golpearme contra el sofá

Desde el suelo observe a Gianluca el cual que había quedado en shock luego de ser consiente de lo que acababa de hacer

-______, yo...- trato de acercarse a mi, pero yo fui mucho mas lista y me aleje

-Nunca en tu estúpida vida me vuelvas a tocar...- susurre poniéndome de pie 

-Perdona, no se que me paso...- trato de disculparse pero la molestar ahora era yo

-LO que te pasa es que eres un completo idiota, eso es lo que te pase- bufe y me encamine a mi habitación

-¿Dónde esta?- pregunto mirando el piso-¿Dónde esta mi hijo?

-¿Tu hijo?- pregunte irónicamente

-Si quiero verlo- levanto la cabeza

-¿Por qué?- estaba perdiendo la cabeza- ¿Acaso te importo siquiera estar ahí cuando el vino al mundo?

-Yo...- trato de decir

-Ya basta si- apresure a decir- Buenas noches

Sin mas lo deje de pie en media sala, una vez en la habitación me fije si Alessio seguía dormido y asi era el era ajeno a todo lo que pasaba. Sin pensarlo ni meditarlo las lágrimas empezaron a salir

-Te odio Gianluca- susurre en medio de las lagrimas... 

NI LA MUERTE NOS SEPARARA (en Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora