CAPITULO 41. RECUPERANDO MI VIDA.

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  Aquella mujer se encontraba en plena sala junto a Gianluca, vi la puerta, mi única salida pero estaba muy lejos.
-¿Estas bien?- pregunto el
Simplemente no podía hablar, la única orden que mi cerebro daba era: ¡Escapa! ¡Vete! ¡Te va a Matar!
Sin pensarlo dos veces solté la mano de ambos niños y corrí escaleras arriba. Corrí por el pasillo buscando una habitación, lo más lejana posible, para esconderme y quizá saltar por la ventana.
Me encerré en el cuarto de baño, corrí hasta la ventana pero esta estaba muy lejos del suelo y una caída de esta magnitud terminaría por romperme varios huesos y lo peor llamaría demasiado la atención.
-Maldita sea- susurre caminando como un león enjaulado
-Abre la puerta- se escuchó al otro lado de la puerta
-No quiero- respondí apenas
-Por favor- era Gianluca el que pedía que le abriera la puerta
Quería hacerlo pero temía que aquella mujer estuviera con él y me dañara o quizá pudiera matarme, sin darme cuenta me encontraba sentada en el suelo abrazando mis piernas; no sabía cuándo había empezado a llorar.
-Diablos- nuevamente Gianluca golpeaba la puerta- abre la maldita puerta.
-Ayúdame- alcance a decir antes de que la oscuridad me tragara.
¨Tienes que escaparte de él, Victoria te va a matar¨
Aquella persona se aparecía en sus sueños desde que escape de aquel horror, desperté como siempre sobresaltada.
-Diablos-musite tratando de incorporarme
-Quédate quieta- alguien desde las sombras me hablaba
-¿Quien está ahí?- pregunte temerosa
-Tranquila- Gianluca se acercó a la cama hasta sentarse en un lado
-¿paso? Pregunte sentándome en la cama
-Paso que me debes una puerta- sonrio el
-¿Cómo?- pregunte curiosa
-Pues como no respondías más y no sé dónde están las llames, tuve que romper la puerta- respondió el encogiéndose de hombros
-Te falta ser ordenado- respondí con una sonrisa
-La ordenada ere tu- susurro el
-Gianluca...-era penoso el no recordar nada- ayúdame
-¿En que deseas que te ayude?- susurro el acercándose aún más a mí.
-A recordar- respondí mirándolo a los ojos
-¿Qué te parece si empezamos por lo más fácil?-susurro él y unió sus labios a los míos
Aquella noche quedara en mis recuerdos, no como uno más... quedaría como el primer recuerdo feliz después de tanto tiempo...
Trate de salir de la cama a toda costa pero algo o mejor dicho alguien no dejaba que lo hiciera.
-No te levantes por favor- susurro el medio dormido
-OH dale, tengo mucho por hacer- y era cierto desde ayer que no había llegado a mi casa y mucho menos al trabajo
-Mentira- respondió el aun con los ojos cerrados
-¿Qué sabes tú de los que tengo que hacer?- pregunte medio en broma
-Se mucho de ti- hablo De forma casi amenazante
-¿Estas bromeando cierto?
-No, tu abuelo o mejor dicho el señor que te encontró me lo conto todo
-No lo puedo creer- me sentía traicionada
-Es mi poder de convencimiento- abrió los ojos de golpe- nunca falla
Lo único que atine a hacer fue a reírme por aquella frase tan trillada...
-Tengo que ir a mi casa- hable luego de un momento
-Estás en tu casa- respondió el desinteresadamente
-Quiero ir a cambiarme de ropa- estaba perdiendo la paciencia
-Podemos comprar otra- volvió a hablar el
-OH dale Gianluca
-Está bien- suspiro el- te llevo pero luego regresaras
-¿Es una orden?- pregunte
-Si
Luego de decir eso ambos salimos de la casa en silencio, lo cual era molesto... odiaba no saber si estaba molesto o no
-¿Puedes decir algo?- fui yo quien rompió el silencio
-¿Qué quieres que diga?- pregunto el amargamente
-Olvídalo- cruce los brazos en mi pecho y me dedique a observar por la ventana
Escuche que el soltaba un pesado suspiro e intento hablar más de tres veces pero simplemente se callaba, quizá tratando de no ser aún más idiota de lo que había sido ya.
-Llegamos- dijo el después de un rato
-Gracias- sin decir más Salí del coche dispuesta a entrar a el edificio y no salir mas
-¿Regresaras conmigo?- pregunto el saliendo también del coche
-no- respondí firmemente y camine al edificio sin mirar atrás.
Apresure el paso y me encerré en mi departamento, lo último que quería era verlo
No recuerdo como pero llegue a mi cama y el sueño se apodero de mi otra vez. Desperté a promediar las 10 de la noche y por inercia me acerque a le ventana ni yo sabía el porqué.
-No puede ser- susurre
El coche de Gianluca aún continuaba en el mismo lugar de hace unas horas. Cogí un abrigo ya que estaba lloviendo y Salí del departamento directamente a enfrentarlo
-¿Qué haces aun aquí?- pregunte tratando de cubrirme de la lluvia ya que había empezado a caer aún más fuerte
-Yo prometí esperarte siempre, aunque tú me digieras que no me querías cerca, prometí amarte aunque todo el mundo se pusiera en nuestra contra, prometí que solo contigo iba a envejecer, prometí que solo serias tú la única persona que ocuparía mi corazón por completo y soy un hombre de palabra, aunque me digas que no yo siempre estaré esperándote aunque eso signifique olvidarme de mi porque desde que te conocí tú fuiste la única razón por la que respiro.
Las lágrimas que descendían por mis mejillas, quería recordarlo, quiera recordar su amor... aunque eso significaba ponerme en peligro.  


NI LA MUERTE NOS SEPARARA (en Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora