(NOVELA ACTIVA Y EN EDICIÓN)
Eran el día y la noche, el margen de lo imposible, eso absolutamente incompatible.
Pero ella sentía algo especial que le hacía querer estar cerca de él y cuando quiso alejarse, los caminos de ambos ya estaban enlazados.
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
He Never Did • ·
Capítulo 35
O M N I S C I E N T E
Había pasado casi un mes desde que el verano había comenzando de manera oficial para Julietha. Desde que era pequeña, ella y toda su familia habían pasado los veranos en una casa amplia de madera blanca y tonos celestes que estaba a la orilla de una pequeña y escondida cala. Los Bensonn ya sentían como suyo aquel trozo recatado de arena, rocas y agua salada, ya que con la suerte de que la cala estuviese tan escondida, les permitía bañarse siempre que quisiesen y sin nadie más cerca.
A pesar de que eso se considerasen vacaciones, los padres de Julietha y Hannah casi nunca descansaban, fuese el mes que fuese. Incluso en aquella casa tenían sus propios despachos y seguían pendientes de todo lo que sucedía con el negocio de las pociones. Por ese mismo hecho apenas viajaban, pero podían permitirse el lujo de pasarse todo el verano en una zona de las costas británicas, lo que para los Bensonn era perfecto.
Los días para Julietha habían sido casi todos iguales. Desayunar junto a su familia, pasarse los tardes en la playa, hacer guerras de agua con Hannah, comer mucho helado mientras se tiraba en el césped del patio y hablaban de cualquier tontería, ir al pueblo cercano y comprar lo que más les apetecía... todo igual que siempre, pero esta vez había algo distinto y es que todas las noches leía las cartas que Draco le mandaba.
Se escribían todos los días, siempre. Hablaban de su día, lo que hacían... y aunque Draco no solía escribir de forma literal como se sentía o si lo que estaba haciendo le gustaba o no, Julietha podía notarlo cuando leía sus cartas por la ligera emoción que le daba a ciertas cosas cuando escribía.
Se dio cuenta de que entender a Draco era bastante complicado, como se imaginó, pero no era imposible. Sabía que Draco tenía unas vacaciones más ocupadas que ella ya que el chico en aquel mes había ido a bastantes sitios y en el próximo no sería distinto, por eso mismo, Julietha se hacía a la idea de que probablemente no vería a Draco hasta Septiembre, pero no se atrevería a pedirle que tan solo un día pudiesen verse, ya que tampoco quería presionarlo o arruinar las cosas, según ella.
A mediados rozando los últimos días de Julio, en uno de esos calurosos donde Julietha venía de la pequeña cala donde había estado bañándose con Hannah en el agua salada, la rubia escuchó un gran murmullo de voces en la entrada y cuando ambas hermanas doblaron la esquina, vieron a esa numerosa familia de pelirrojas junto a Harry y Hermione, que saludaban a los Bensonn.
La sonrisa de Julietha se desvaneció lentamente y Hannah pasó por su lado mirándola de reojo. —Disimula y haz como que te acordabas— acto seguido Hannah abrazó con fuerza por detrás a Ginny, que sin darse la vuelta supo que era ella.
