Cap.11

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Sonreí viendo a Einer quién no despegaba sus ojos de los míos

-Lo lograste, príncipe –acaricié su mejilla con un dedo

Escuché los pasos de Andrés acercándose pero aun así no dejé de mirar a mi hijo

-Ahora hablemos de lo que sucedió –dijo finalmente

-Vuelvo a ser inmortal, es lo único que importa –respondí con vaguedad

-Valeria –suspiró

-No quiero hablar de eso –acomodé mejor a Einer entre mis brazos –déjalo así

-Está bien, pero dime ¿hay algo de lo que debamos preocuparnos? –cuestionó

-Nada –sonreí –nada de qué preocuparse

-Voy a confiar en ti –asentí sin prestarle atención –iré a decirles a los demás que todo está bien

-Dile al abuelo que venga –pedí escuchando como poco después salía de la habitación

-Es fascinante el hecho de que ya sepa cómo te verás cuando estés en tus veintitantos años ¿cierto? –Le pregunté como si él pudiera responderme –tomaré tu silencio como un sí

Unos toques en la puerta me traen devuelta a la realidad

-Si no eres Lucifer, piérdete –suspiré sin dejar de ver a Einer

¿Cómo algo tan pequeño puede ser tan precioso?

La puerta se abrió y sonreí por fin alzando la mirada

-Abuelo –estiré una de mis manos

-Mi Valeria –la tomó besándola –mi pequeña heredera, estás bien –fue lo que dijo antes de abrazarme cuidadosamente

-Gracias –susurré aferrándome a él con la mano que me quedaba libre

-¿Gracias? –se separó mirándome con el ceño fruncido

-No tiene importancia –le di un leve sonrisa y miré a Einer –míralo ¿no es hermoso?

-Es un estrella de la Mañana, ya sabes, eso es sinónimo de perfección –se rió y mi sonrisa se amplió –en mucho más que hermoso –dijo finalmente

-Lo es –suspiré

-Debo contarte algo –habló luego de unos minutos de silencio –tuve una extraña visión con un joven que aseguraba que era Einer y estoy completamente de que lo era, solo que...--se quedó en silencio unos segundos

-¿Qué te dijo específicamente? –cuestioné

-Dijo que necesitaba de mi energía para conectar con la que transferí durante el parto –asintió para él y sonreí

-Él era Einer –lo miré –nuestro Einer

-Lo sé, lo que me tiene confundido es como pudo...

-Es una larga historia –suspiré

-Suerte que tengo mucho tiempo y dos oídos perfectos para escuchar –se sentó a mi lado y me miró con fijeza

Suspiré una vez más antes de empezar a relatarle todo lo que pasó asegurándome de no dejar ni un solo detalle. Me escuchó con suma atención sin interrumpirme ni una vez, aunque su rostro contestaba por él, no se molestaba en tratar de mantener una expresión serena, sus gestos eran de lo mejor y unas cuantas veces tuve que respirar hondo para evitar reírme e interrumpir mi propio relato

-Y entonces abrí los ojos y ya estaba aquí de nuevo –terminé de decir

Asintió en silencio y con el ceño fruncido

Valeria Estrella de la Mañana /HEREDERASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora