Cap.9

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Sentía ganas de llorar pero no podía hacerlo por algún motivo, el principal de ellos, estaba demasiado agotada para hacerlo, solo...solo quiero dormir aunque sea unos minutos

-No dejen que cierre los ojos –escuché la lejana voz de la abuela

Sentí el alrededor cambiar ligeramente luego de sus palabras, creo que todos notaron que me costaba más cada segundo que pasaba mantener los ojos abiertos

La abuela hacía lo que podía, Andrés había empezado a ayudarla porque estaba perdiendo demasiada sangre y en muy poco tiempo o eso fue lo que entendí, no puedo estar atenta a todo lo que pasa, me cuesta mucho mantenerme consiente de por si

-¡Vamos! Tesoro, falta poco, solo sigue pujando y no pares ¿Vale? –escuché el lejano susurro de papá

Me esforcé en abrir los ojos que no sabía cuándo había cerrado y suspiré temblorosamente antes de volver a pujar

-¿Qué sucede? ¿Por qué no nace? –esa era la voz del abuelo

Giré mi rostro para mirarlo y en cuanto notó que mi atención estaba puesta en él volvió a poner su mirada sobre mí

-H-hazlo –pedí en un débil susurro

Supe que se negaría a hacerlo antes de que me contestara, pero necesitaba que lo sacaran

-No puedo hacerlo –cerré los ojos

-Eres una Estrella de la mañana, puedes hacerlo y lo harás –afirmó con convicción

-Sálvalo –mi susurro fue tan débil que no estoy segura si lo escuchó

Mi respiración empezó a gentilizarse cuando segundos antes era errática. Ya no puedo más, sé que ellos harán lo correcto y lo salvaran, no me queda duda de ello pero yo...necesito descansar, solo un poco

-No te irás a ningún lado, aún no acabas –escuché el grito decidido de papá

Fue como si el aire llegara a mis pulmones nuevamente, tomé una gran bocanada abriendo los ojos

El agarre de papá en mi mano se intensificó y no entendí lo que pasaba hasta que bajé mi vista nuestras manos unidas, me estaba dando de su energía. Volví mi vista a sus ojos y nuestras miradas se encontraron

-No puedo hacer mucho por ti, pero conocerás a tu hijo antes de morir –afirmó

-Nos encargaremos de ellos –lo secundó el abuelo

Cerré los ojos notando los cambios de mi cuerpo, había dividido el trabajo, papá le daba de su energía a mi loba y el abuelo hacía lo mismo con mi demonio

-Ahora todo está en tus manos –escuché el susurro del abuelo –debes hacerlo

-Debes pujar Valeria, hazlo ahora –demandó la abuela con autoridad

-Solo...solo sáquenlo –susurré abatida

-Sí no lo haces tú no lo vas a conocer ¿eso quieres? –Gritó Roxana –deja de gastar energía lamentándote y empieza a pujar de una vez

Cerré los ojos volviendo a hacerlo

-Eso es –dijo la abuela –continua, ya casi

Ese ya casi fue mentira, pasó más de media hora en la que no dejé de pujar para que a Einer le diera la gana de nacer. La habitación fue llenada por el llanto más hermoso que escuché en mi vida

-Buen trabajo, querida, trajiste al mundo un heredero completamente sano y lleno de energía –dijo esto último por el potente llanto

Abrí los ojos para observar como la abuela lo envolvía en una manta que Andrés le tendía. Se acercó a mí y lo dejó en mi pecho, no pude evitar sonreír porque cuando lo toqué este dejó de llorar y se dedicó a mirarme con fijeza

Valeria Estrella de la Mañana /HEREDERASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora