El ambiente era tan denso así como la tristeza que les dificultaba respirar, ese nudo en la garganta que les impedía hablar y ese inmenso muro imaginario que los limitaba a gritar con entusiasmo su amor.
Vegetto miraba el suelo, estaba exhausto y arto de Gogeta, parecía tan aferrado a su orgullo y él sentía su corazón más que herido, ya no estaba dispuesto a continuar con algo tan doloroso. Dió un paso atrás apretando los dientes y puños, dejando libre el camino de Gogeta para dar por hecho que no seguiría intentando convencerlo si esa no era su voluntad.
Gogeta por primera vez baciló, toda la seguridad que siempre le acompañaba había abandonado su cuerpo, abandonandolo en un penetrante frío.
《Es todo...》 Pensó angustiado. No sabía que hacer, o peor aún, no estaba dispuesto a hacerlo. Cruzó los brazos para consolar su cuerpo o quizás para no mostrarse débil, pero era incapaz de ocultar la profunda herida que su orgullo le había provocado.
Odiaba su existencia, al final Vegetto tenía razón al ser un cobarde por dar ese primer paso hacia la salida, aceptando que no tenía el valor para hacer algo por él.
Vegetto lo miraba pasar lentamente con inseguros y cortos pasos, dándole un delgado hilo de esperanza al notar la desesperada confusión en el rostro de Gogeta: queriendo hacer todo y no intentando nada, barado en el abismo de sus miedos y confusiones, tal como le ocurrió a él; un horrible sentimiento del que había olvidado todo el tormento que le provocó. Fue muy duro con él y aquellas palabras solo lastimaron al corazón que quería amar.
Dio un paso al frente, ese mismo que había retrocedido. No apartaba la vista de la tristeza reflejada en el rostro de Gogeta, le hizo daño a quien más amaba pese a que la muestra más grande de afecto que pudo recibir fue la misma sensible inocencia de un nervioso y temeroso Gogeta.
-Gogeta -pronunció su nombre ahora con un tono calamado, llamando la atención del mencionado. El saiyan rubio dio la vuelta, mirándolo con el seño fruncido y debidamente angustiado por la actitud que ambos habían tomado.
Vegetto sintió una dolorosa punzada en el corazón.
Fue un idiota y por fin lo reconocía. Sus mejillas enrojecieron a la vez que se acercaba a Gogeta, notando que este comenzaba a bajar sus brazos y, al igual que él, retrocedió un solo paso antes de detenerse. Había bajado la mirada con la desdicha de jamás ser correspondido ante los reclamos de Vegetto.-Gogeta- le escuchó otra vez usando un tono más bajo que antes, sonando arrepentido. Levantó la vista, encontrándose de frente a Vegetto. El corazón de Gogeta comenzó a latir con rapidez y sus ojos cristalinos se esbozaron sobre la mirada del pelirrojo, a quien le parecía ver el par de diamantes más hermosos de su vida. Suspiró intentando apaciguar su tembloroso cuerpo que le exigía salir de ahí, mas no iba a hacerlo.- lo lamento -le susurró a la vez que lo abrazaba. El mencionado le correspondió, aferrándose a él como si fuera a perderlo.
Ocultó su rostro en el hombro de Vegetto. La tibieza que emanaba su ser comenzaba a calentar el frío cuerpo de Gogeta, dejando a sus sentimientos florecer. Vegetto apretó ligeramente el cuerpo de Gogeta con tal de juntarlo más a él asegurándose de no aplastarlo, ya no quería hacerle ningún daño.
- Lamento ser tan orgulloso...- le murmuraba apenado en su oído a la vez que acariciaba suavemente la cabeza de Gogeta para calmar su nerviosismo - pero, eso no será un impedimento más, te prometo que... siempre te amaré- fue bajando la voz conforme pronunciaba cada palabra hasta que solo el oído del rubio fuera capaz de escuchar.
Gogeta podía sentir el descontrolado corazón de Vegetto y así como el suyo, estaba emocionado ante la claridad de su amor.
-Me confundiste mucho... - susurraba sin apartarse de Vegetto- creí que me odiabas... pero... -baciló volviendo a ocultarse en el hombro del saiyajin.
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De Fusiones a Confusiones (Vegetto × Gogeta)
FanfictionCuando una fusión es creada, se convierte en un nuevo ser que está y a la vez no en un mismo lugar. Eso le pasó a Vegetto, dudoso de salir a conocer el mundo. Eso no le pasó a Gogeta, quién se divertía manteniendo un orden en el infiernogro. Quedar...