Capítulo 17. Tentaciones

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《Mientras sea fuera del templo, está bien.... eso dije, ¿verdad?》

Pensó Gogeta en un leve momento de lucidez mientras se aferraba al cuello de Vegetto para besarle con ganas. La confianza de su atrevimiento era gracias a que no estaban los supremos, un tal "Señor Bills" les había llamado y al par de saiyajins no les importó preguntar. Vegetto creía que era otro amigo raro de Shin y a su opuesto le preocupó más lo que ocurriría después de que los dioses se fueron... porque sabía que Vegetto lo asecharía. Tan débil fue su resistencia que la tan persuasiva insistencia del saiyajin lo mantuvo distraído con los tiernos besos que plantaba en sus labios, porque Vegetto descubrió que mimarlo con pequeños besos le volvió alguien tímido e indeciso.

Al suspirar se separaron, Gogeta escondió su rostro en el hombro de Vegetto con tal de ahogar sus gemidos de alguna forma, pues los repetidos y suaves movimientos de la mano de su pareja sobre su entrepierna superaban sus propios límites del placer y era aún peor su gozo al estar de pie, apoyado en las rocas. No entendía cómo Vegetto sabía estimularlo tan bien sin siquiera quitarle la ropa.

Se aferró a su ropa con tal de mantenerse más o menos erguido ante el temblor de sus piernas, parecía que su cuerpo se contraia por cosquilleo que le recorría. No sabía si pedirle que se detuviera o que lo hiciera más rápido, pero de tener las agallas para decírselo, la vergüenza lo hubiera enmudecido. Posó su mano sobre la de Vegetto por instinto, esperando que entendiera la petición que ni él sabía cuál era.
— ¿Quieres que espere?— le susurró esperando la orden.

《¡No me preguntes, idiota!》

Pensaba apenado, respondiendo con una mirada que según él demostraba enojo, pero en un estado de intenso extasis Vegetto solo veía placer en su rostro, dejándolo con una opción, ir más rápido.

—Gogeta...— le llamó con suavidad. El mencionado levantó el rostro, invitándolo con los labios entreabiertos a corresponder y con justo motivo, no lo dejó esperando.

No entendía porqué le gustaba tanto que Vegetto le besara, era una necesidad que su cuerpo le exigía a la mínima oportunidad que se le presentaba, pero era tan cobarde para pedirle uno que resignaba sus ganas todo el tiempo, pues concebir su identidad resultaba tedioso y cansado, pero se esforzaba mucho en aceptarlo para su tranquilidad, para poder gozar de la felicidad y para amar plenamente a Vegetto, porque incluirlo en ese propósito era el pilar de su lucha interna.

Su cadera comenzaba a moverse al compás de las aceleradas caricias que le brindaba y controlar sus gemidos se volvió más complicado.

—Ve... Vegetto— susurraba pausadamente para que le escuchara. Apretó su mano, arrugandole su playera naranja mientras dejaba que el pequeño espasmo de su cuerpo le calentara sus piernas, tal vez estaba a punto de venirse, pero su instinto le advertía de algo más.

—Relájate Gogeta, respira despacio —aconsejó con delicadeza debido a la fuerza que sentía sobre su ropa. De repente recibió un sorpresivo golpe en la mejilla, la fuerza fue tal que lo arrojó al lago que estaba a su lado. Desorientado, trató de salir rápido del agua, pues se sentía asfixiado por la repentina falta de aire. Buscó a Gogeta para preguntarle qué sucedía y en su lugar encontró al supremo kaoi-shin un poco confundido de verlo en el agua.

De manera casi inmediata entendió lo que ocurrió.

— Señor Vegetto, ¿qué hace ahí?, ¿se encuentra bien? —cuestionó al estar en la orilla. Vegetto, en medio de su bucle, intentaba mediar con cuidado sus respuestas, su mente estaba fuera de orbita por culpa de ese golpe.

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⏰ Última actualización: Jun 27, 2023 ⏰

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De Fusiones a Confusiones (Vegetto × Gogeta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora