Capítulo 5. ¿Envidia o entrenamiento?

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Ante la actitud de Vegetto, Shin y Gogeta empezaron a crear muchas hipótesis.

—Debemos irnos ya Supremo. Quiero saber que quiere el ancestro para después ir a la biblioteca, hay que avanzar lo que empezamos— dijo en un tono emocionado, el conocimiento y la información que recaudaron hacía unas horas les dió oportunidad de saber un poco de los cambios. Según lo que encontraron, explicaba como las fusiones al sentirse vulnerables o incómodas cambiaban su actitud a la persona que tenía el temperamento más fuerte para defenderse verbalmente, lo mismo ocurría cuando sentía superioridad y confianza. Éste cambio se debía al primer punto. Gogeta sonrió de lado como muestra única de su emoción interna, en cambio, Shin mostraba los dientes debido a la felicidad.
Dieron media vuelta, dispuestos a irse. Daban pasos acelerados, lo que habían visto lo registrarían en su bitácora, todo era fundamental para ellos, hasta su forma de caminar (al menos para Shin lo era). Muy pocos libros tenían una información tan completa de lo que hacían los arcillos pothala, por eso era tan importante llevar un registro de hasta el más mínimo detalle, aunque suene ridículo.
No decían nada mientras caminaban al templo y sin querer soltaron una risa al unisono, llamando la atención de Vegetto.

—No los necesito— murmuró entre dientes con fastidio para sí mismo. La risa lo había molestado, aunque era lo que menos le importaba, sino que, Gogeta no es común que riese tan abiertamente y Shin no era comediante estrella para decir algo gracioso; comenzaba a tener curiosidad por saber qué hablaron para que Gogeta riera así, le interesaba saberlo. Sentía un gran impulso por ir con ellos pero, sin duda, su orgullo le impedía. Se dió la vuelta y comenzó a calentar, debía entrenar arduamente, por eso fue grosero con ambos para que se fueran. Se centraría en entrenar y eso es lo que haría.

Su cuerpo estaba de pie, frente a todo el planeta tan vivo y hermoso de los kaio-shins; realizaba movimientos leves para que su cuerpo se relajara, sin embargo, su mente seguía con el joven Shin y Gogeta.

Estaba pasando un mal rato, tenía un impulso por querer separar a ambos y una muy mala intención de lastimar al joven dios. También quería estar con Gogeta, que él sonriera con la superioridad y egocentrismo que siempre sentía cuando la pelea los entretenía, incluso antes del accidente.

"¿Qué demonios te pasa Vegetto?" Pensó irritado. Lo único que deseaba era concentrarse, tener un enfoque específico y muy simple el cual debería estar haciendo, sin embargo, no podía lograrlo. Un pesado suspiro salió de su boca. Dió media vuelta despacio, pues no quería sorprenderlos si es que lo estarían viendo. Volvió a soltar aire con fuerza a la vez que apretaba los puños, sus manos ya estaban sudorosas y los nervios dominaban su cuerpo entero en ese momento, pero no se dejaría acobardar por eso. Dudosamente decidido empezó a caminar con rapidez para alcanzarles.

Era sigiloso, sus pasos eran sutiles ante el pasto, pues ni siquiera eran audibles lo cual le agradaba. En cuestión de segundos ya estaba a un par de metros de ellos. Mordió ligeramente su labio inferior, estiró su mano con rapidez y tiró con suavidad del chaleco de Gogeta. Éste volteó de inmediato, sorprendido de quién era. Casi al mismo tiempo lo miró Shin, que se preguntó porqué se había detenido su compañero.

-- Gogeta, vamos a entrenar--  reclamó con neutralidad. Su rostro ocultaba muy bien su vergüenza que estaba pasando en ese momento, por dentro, su orgullo se quebrantó. Apretaba la mandíbula al ver que no respondería rápido, lo que hizo arrepentirse de haberle pedido eso.

Gogeta intercambio miradas confundidas con Shin. No entendían el hecho de que Vegetto, les había pedido de mal modo que lo dejarán solo y ahora, cuando ya tenían algo muy importante que hacer, él regreso con el orgullo en la garganta para pedirle que entrene con él. Eso a Gogeta le divertía, y lo aprovecharía para mofarse de Vegetto.

--Oh, perdón Vegetto, olvidé despedirme de ti-- se acercó al rostro del pelinegro, con la intención de besarlo. Vegetto no reaccionaba hasta que lo sentía verdaderamente cerca de él. Por instinto lo esquivó, dejándole confusión y un sonrojo intenso en su rostro.

Pero, no se alejó lo suficiente del cuerpo de Gogeta.

El supremo Kaioshin sólo reía ante los actos de Gogeta.

-- ¿¡Qué diablos ibas a hacer Gogeta!?-- le gritó nervioso a su compañero; el rubio se limitó a sonreír divertido y le tomó por la cintura, tal como Vegetto le sujetaba del chaleco a él. Lo acercó de nuevo, estando frente a frente.

-- ¿No era lo que querías?-- le susurró con picardía, esperando su reacción. Vegetto se apartó dándole un empujón en el pecho, su rostro estaba completamente rojo, sin siquiera saber qué hacer. Gogeta soltó una risa ante eso.

-- Y-yo... Te veo después-- titubeó, dando pasos hacia atrás para alejarse de Gogeta.
El corazón de Vegetto estaba acelerado, sus manos sudaban tanto que los guantes se le hicieron incómodos por primera vez en su vida. Emprendió vuelo, quería alejarse de Gogeta. Los nervios se apoderaron de su cuerpo, repitiendo la misma frase una y otra vez en su mente: "¿No era lo que querías?"
Además, el hecho de tenerlo tan cerca era inexplicable, ¿Acaso Gogeta no era el que exigía espacio personal? Entonces porqué actuó de esa manera tan extrovertida, que incluso al kaioshin le preocupó o mejor dicho, le asombró.

Gogeta y Shin reían por la incomodidad de Vegetto. Pero el rostro del pelirubio comenzaba a ponerse ligeramente carmesí, evitando a toda costa la mirada curiosa de Shin.

-- ¿En verdad ibas a besarlo?-- cuestionó entre risitas el joven Dios, también estaba desorientado ante la actitud de Gogeta.

-- Debemos llenar la bitácora para que quede registrado, apenas vamos una pequeña parte de la investigación, creo que lo que hice también será de ayuda para la sección de actitudes-- justificó con seriedad, no quería que lo descubriera. Shin le miró arqueando una ceja, comenzaba a sospechar que eso no hubiera sido por molestar. Le siguió el juego con tal de no incomodarlo, pero se daría una tarea extra: investigarlo a él también.

-- Ya veo, entonces, vamos a la biblioteca.-- con este comentario terminó la plática entre ellos.

Desconocía cuánto tiempo le llevaría saber qué ocurría con ellos, pero suponía que no sería algo amistoso solamente.

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De Fusiones a Confusiones (Vegetto × Gogeta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora