Capítulo 7. Buscando distracciones.

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"No entiendes nada aunque sientes la conexión
La emoción que manda el corazón
y te regala alas"

Amor - porta

—¡Otra vez ese estúpido!— gritó enojado al mismo tiempo que soltaba otro golpe al aire. Entrenaba sin adversario, desquitando su ira en el ambiente y en consecuencia, su ropa estaba empapada de sudor. Llevaba horas así, la noche lo había alcanzado y él aún no saciaba el odio que inundaba su cuerpo; la confusión que sentía su corazón.

—¡Señor Vegetto! ¡¿Dónde está?!— llamaba el joven kaio-shin desde lejos. Buscaba con la mirada al Saiyan por todos lados, caminado lentamente por si algún movimiento se presentaba y no haya visto. Vegetto lo escuchaba pero no respondía, quería desquitarse, quería deshacer todo ese absurdo sentimiento; quería borrar a Gogeta y todo aquello que le provocaba.
—¿Señor Vegetto?— dudó un poco al escuchar ruido detrás de los arbustos. Dió otro paso y espió con sigilo. Ahí estaba.

—¿Qué necesita supremo?— dijo con fastidio sin mirarlo. El joven kaio, aunque sorprendido, lo analizaba con cuidado; sonreía al tener sus hipótesis en mente. Vegetto se detuvo y lo miró confundido. —¿Supremo?— se acercó a él arqueando la ceja.

—¿Qué pasa Vegetto? Te ves molesto y distraído desde hace tiempo.

«¿Molesto?» suponía que era un error, él no se había mostrado enojado desde que había llegado según recordaba. De hecho, ni siquiera mostraba rasgos de Vegeta porque era más feliz comportándose como Kakarotto. Se divertía más.

—Yo no me molesto— respondió indiferente.

—¿Aquella ocasión cuando el señor Gogeta se negó entrenar con usted no fue enojo?— se mostró comprensivo, sabía que si el Saiyan lo tomaba a burla seguro no respondería nada. — Yo puedo ayudarte sí así deseas— ofreció con tono suave.

Vegetto reflexionó, tal vez necesitaba ser escuchado y aconsejado por alguien sabiondo y quién mejor que un kaio-shin, creadores de la vida y dioses del entendimiento. Tomaba en cuenta la propuesta, por supuesto que le interesaba, su mente estaba tan revuelta como su corazón que le hacía imposible concentrarse.

«Encontraré una mejor forma de hablar de ésto con el kaio, ¿Qué tal si se ofende o se le hace extraño? Tal vez me juzgue» suponía desanimado, admiraba al supremo y era un gran compañero pero, desconfiaba de él. Era inseguro de su decisión. Suspiró lentamente, relajó la mirada y esperaba su comprensión.

—Supremo, admiro mucho su amabilidad pero no sé si decirle, hay cosas que no entiendo y tampoco sé cuáles son. Perdone.

Shin escuchaba atento su respuesta, suponiendo algo similar, era nuevo en su cargo pero no restaba su astucia. Sonrió ligeramente acercándose un poco más al Saiyan.

—Vegetto, comprendo que no quieras contarme ahora y está bien, no puedo obligarte a decirme ni mucho menos condenarte. Toma tu tiempo para aclarar aquello que te inquiete, puedo prestarte un lugar para que no te molesten si lo que necesitas es alejarte de nosotros— respondió carismático. Vegetto lo miraba asombrado. — Recuerde que el propósito de crear a seres racionales es que encuentren su felicidad, pero no significa que sea fácil.— le miró cálidamente.

Vegetto se sonrojó ¿Entonces el supremo suponía lo que él temía? ¿Quería decir que la felicidad que él buscaba era "amar a Gogeta"?

—Gracias supremo— dijo sonriendo, fingía comprender lo que le acababa de decir. Dió media vuelta terminando la conversación. — Iré en unas horas al templo si no le molesta— anunció y procedió a alejarse volando.

De Fusiones a Confusiones (Vegetto × Gogeta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora