¿Por qué me haces daño? no está bien... no es correcto.
-Por favor pequeño, solo has silencio, no quieres otro golpe ¿o si? no me hagas enojar.
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Está historia contiene abuso infantil, maltrato físico y psicológico, consumo de sust...
El niño sonreía incomodamente mientras escuchaba como todos en el cuarto cantaban la típica canción del feliz cumpleaños, incluso su padre aplaudía a la par de los demás pero se notaba a leguas que realmente no quería estar ahí, su mirada era bastante severa.
—¡Sunggie, pide un deseo!— grito el niño de hermosas pecas.
Jisung sonrió para luego soplar las velas, seguido, escucho aplausos de parte de sus compañeros de escuela y algunos padres que se habían quedado a la celebración.
—¡Bien niños! Es hora de partir el pastel, por favor siéntense— Menciono la señora Lee sonriendo feliz al ver a su sobrino tan contento hablando con su mejor amigo—. MinHo, ¿Podrías ayudarme por favor cariño?
Vio como su hijo asentía para luego ir a su lado, tomo servilletas y platos desechables para ayudarle a su madre a servir. Al finalizar ayudo a servir las bebidas y repartió.
—¡Gracias hyung!— Un animado Felix agradeció a su primo.
—Gracias...— Dijo con algo de timidez el pequeño Jisung que recibió el pastel que Lee le había ofrecido.
MinHo no pudo dejar de ver al más pequeño, sentía curiosidad por alguna extraña razón. El menor al ver su intensa mirada aparto la suya rápidamente, debía admitir que el mayor le llegaba a intimidar, aunque gracias a su mejor amigo y por algunas pocas experiencias propias, sabía que él era una buena persona, era amable, atento y tenía buen sentido del humor aunque la mayoría del tiempo tuviera cara de querer asesinar a alguien.
—¡MinHo! Ven y ayúdame hijo, derrame unas cosas— Vio a su madre hacer un puchero con el ceño fruncido tratando de recoger algo del suelo mientras murmuraba aparentemente molesta.
A causa del llamado de su madre tuvo que apartar la vista del pequeño.
—Hey, ¿Que fue eso?— dijo confundido el de pecas al ver qué su primo se apartaba de ellos, su amigo solo le respondió con un encogimiento de hombros.
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—Gracias por el día de hoy— Dice el señor Han mientras le da una sonrisa un tanto torcida notandose bastante forzada a la par que pellizcaba a su hijo logrando que este chillara bajito y rápidamente copié la acción de su padre sonriendo y dando las gracias. La señora Lee no lo noto, por lo que solo asiente sonriendo.
—Lo importante es que los niños se hayan divertido, ¿Fue así chicos?— ambos con la cabeza baja asienten —¿Que pasa lix?— pregunta viendo a su sobrino quien parecía estar triste.
—No quiero que Sunggie se vaya... ¿No se puede quedar?— mira a la mayor con un puchero y ojitos brillantes que en cualquier momento podrían soltar pequeñas lágrimas.
—No cariño, él tiene que ir a su casa, lo más seguro es que quiera descansar después de todo.
—Pero-
Félix es interrumpido por el timbre de la casa.
Todos se miran desconcertados pues ya era bastante tarde y no esperaban a nadie.
La señora Lee se dirigió a la puerta, al abrir no esperaba encontrarse con su hermano menor. Lee JongJin.
—Lee SoJin-noona, ¿Cómo estás?— sonríe al ver la cara de su hermana, la cuál tenía los ojos totalmente abiertos por la sorpresa.
—¡Tío!— el pequeño Lix alarga la última vocal y corre para abrazar al mayor.
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Los Han se habían ido hace ya un rato, por supuesto que Felix había hecho un berrinche para que su amigo se quedará, pero no sucedió, por lo que lo mando a dormir, MinHo fue el primero en ir a dormir, si quiera alcanzo a despedirse de Jisung y su padre por el cansancio. Tras la ida de ellos, Lee SoJin y Lee JongJin fueron a la sala de estar, tomaron asiento en los sillones y empezaron lo que sería una larga charla.
—¿Por qué estás aquí? Sabes que no eres bienvenido, menos después de haber desaparecido durante 4 años. Ni siquiera estuviste en el funeral de tu hermano...— pronunció las palabras con amargura, casi podía sentir el sabor ácido en su lengua.
—Lo sé, y lo lamento. La razón por la que estoy aquí es precisamente esa, me enteré del accidente de jinsong y minji. Necesitaba ver cómo estaban MinHo, Félix y; por supuesto, cómo estabas tú.
—¿Cómo estaba yo? ¿Tu interesado por mi? De los niños podría pensarlo, pero, ¿Yo? Bien sabes que no te importo en lo más mínimo, lo que me hiciste... Me lo dejo muy en claro—. La mayor se estaba enojando, y mucho. Recordar lo que su hermano (si es que se le podía decir así) le había hecho le producía náuseas, de no ser por su actual esposo, seguiría igual de arruinada por culpa del hombre que estaba sentado frente a ella.
—Te lo dije aquella vez y lo volveré a decir; lo lamento, no sabes lo arrepentido que estoy, lo único que busco es enmendar las cosas y volver a lo que éramos antes.
—¿Volver a como éramos antes? Siempre me odiaste, te alimente, te vesti, te cuide como nadie y terminaste siendo la persona que más me odia, y que sinceramente, yo también estoy odiando.
—SoJin-
—No—. Interrumpió lo que estaba por decir, se levantó del sofá y le dijo: —ya es tarde, puedes quedarte aquí está noche, tendrás que dormir aquí en el sofá. Mañana en la mañana quiero que te largues, no quiero verte—. El hombre se quedó mudo —Bien, veo que no tienes objeciones, da igual, después de todo créeme, estoy siendo muy amable contigo.
—¡Espera!— dijo rápidamente antes de que la mayor se fuera —Esta es... Otra razón por la que vine—. Tomo algo de su mochila y se lo extendió a la pelinegra quien le miraba con extrañes, pero al leer la hoja que le había sido entregada... —Es una-
—Demanda—. Mirándolo seriamente continuo hablando — Es una demanda por custodia, quieres quedarte con Félix.
JongJin asintió mirando a su hermana esta vez con algo de burla. —Asi es, y realmente espero que cooperes, porque quiero tener a Félix conmigo. Es más necesario de lo que crees.