Tomó asiento en una de las sillas altas de la isla de la cocina intentando comer algo, avena con frutas y yogurt, Hyori le había recomendado ingerir cosas ligeras. Le había comentado a la chica por medio de un mensaje todo lo que le había ocurrido últimamente recibiendo de ella buenas palabras de aliento.
Aun tenía un peso extra cargado a los hombros que no lo dejaba en paz.
—¿En cuanto tiempo llegan tus padres? —preguntó JiMin bebiendo un sorbo del jugo de naranja.
Él fue el único que había despertado temprano para visitar a su hyung. Lamentablemente los demás debían seguir con los horarios de sus agendas establecidas hasta nuevo aviso. La diferencia era que JiMin había tenido un tiempo libre prefiriendo pasar a ver a HoSeok sabiendo que su familia vendría de visita más tarde.
O bueno, no de visita. Sus padres y hermana mayor ya sabían sobre su enfermedad. No fue fácil hablarlo en un principio, la idea que tenía en mente era invitarlos a Seúl unos días, que se hospedaran en su casa o cerca para pasar tiempo juntos, tiempo de calidad, tiempo que usaría para poder decirles toda la verdad.
Pero la insistencia de su madre al teléfono, de que algo le estaba escondiendo su hijo, no hizo más que acelerar las cosas. Lo soltó tan de repente que casi hace que su madre se desmaye. Al igual que la inminente mudanza de la familia Jung junto al menor de la familia. De tan solo recordar el llanto de su madre le dolió el corazón.
—Supongo que en cualquier momento llegarán —respondió mirando la hora en su reloj de muñeca y llevando otra cucharada de la avena a su boca. La última, porque hacia unos segundos empezó a sentir náuseas. Carraspeó, tomó un vaso de agua— ¿No tienes que hacer?
Se abanico con su mano sintiendo de repente calor.
—Si, tengo tiempo aún —contestó revisando su celular. Apenas levantó su mirada, vio a su hyung más pálido de lo normal, frunció el ceño— ¿Te sientes bien?
—Si, creo q…
—¡Hyung!
❀~✿ ❀~✿ ❀~✿ ❀~✿
Aún no abría los párpados, pero sentía dolor en su cabeza junto a la sensación de vértigo. Su nariz captó el olor molesto de la lejía y algunas voces lejanas. El ruido de un pitido constante que molestaba a su audición. Era demasiado molesto, tanto que tapó su oído con sus manos percatándose de una molestia en uno de sus brazos.
Una vía intravenosa que lo llevó a ver las bolsas de suero colgadas a un costado de la camilla. Otra vez no. Tocó la tela del pijama de hospital como si tuviera asco de ella, pero en realidad, era más hartazgo que otra cosa. No tenía que decir mucho.
—Hijo.
El señor Jung suspiró aliviado de verlo despierto y con mejor semblante. Había llegado junto a su esposa en el mismo momento en que subían a su hijo en una ambulancia, no estaba demás decir que casi habían perdido la cordura al ver el rostro del compañero de banda de su hijo por un momento pensaron lo peor.
Quiso hablar, pero su garganta seca y rasposa le impedía soltar alguna palabra.
—Tranquilo, yo te ayudó —de inmediato sirvió un vaso con agua acercándose a la camilla, una vez sentado HoSeok bebió con la ayuda de una pajilla saciando su sed— tienes las defensas bajas al parecer.
—Estoy bien, appa.
El señor Jung dejó el vaso de nuevo en la mesa a un costado, no compartía la misma opinión con su hijo menor. Lo miró fijamente, suspiró tomando asiento a orilla de la camilla.
ESTÁS LEYENDO
ᴀ ᴅɪꜰꜰᴇʀᴇɴᴛ ʟᴏᴠᴇ ᴶᴴˢ
FanfictionJung HoSeok es uno de los Idol más queridos de Corea y del mundo entero. Apodado como nuestro solecito, se destaca por tener siempre la alegría recorriendo sus venas irradiándonos a sus fans la esperanza. Pero, la vida decide darle una de las más du...