Capítulo 2. Mafia

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Horas antes:

Narra Olivia:

Llevo en Londres cuatro años y ya soy una de las mujeres más conocidas de aquí. ¿Por qué? Bueno, mi novio es uno de los mafiosos más importantes de aquí.

Nos conocimos en una fiesta, una cosa llevo a la otra y nos hicimos novios, lo último que me esperaba es que fuese un traficante y que nada más salir con él ya me conocían públicamente.

Ese fue en el primer año que viví aquí, después, mientras pasaba el tiempo, me di cuenta que a Alexander - mi novio - no le gustaba, simplemente estaba conmigo porque necesitaba a alguien que maneje aquí las cosas mientras él está ausente.

Y eso es lo que hago yo, bajo sus órdenes claro, controlo la ciudad, compro y vendo cocaína a algunos inversores y me la paso comprando cosas para no aburrirme.

Hasta que unos días antes, un comprador me llamó la atención. Parecía más dedicado a eso que el resto y parecía que eran pocos por lo que vi, bueno, mejor dicho, solo eran dos, o por lo menos los que yo vi.

Hai era un hombre asiático, cuarentón diría yo, y con un acompañante un poco raro, Igor.

Ellos querían comprarme coca y a cambio me daban unas pastillitas llamadas pirulas, me parecía buena oferta ya que uno de mis trabajadores probó una pastilla y le pegó al instante además de que el efecto duró bastante.

Hai me comentó que tenía un socio por Londres había llegado hace poco pero que estaba alejado durante un tiempo, por eso hizo negocios conmigo.

Ahora me dirijo a el mejor bar de toda la ciudad "Be At One"

Siempre que estoy estresada me voy ahí a tomarme algo y siempre me molestaba que los guardaespaldas que me puso Alexander estuvieran al lado mío hasta para ir al baño.

Vale me tienen que proteger pero ¿hace falta sacar a medio local cuando entro? Por favor que ya tengo veintisiete años, se cuidarme sola.

Me iba a sentar en una mesa que siempre está reservada para mi pero mis ojos se desviaron a un hombre sentado solo en la barra.

Me extrañó un poco el que esté solo ya que nadie viene aquí sin acompañar. Estaba bebiendo un whisky y mirando un punto fijo en la mesa después puso mala cara y sacó el móvil, sea lo que vio hizo que se cabrear un poco ya que sus orejas se enrojecieron un poco y frunció ligeramente el ceño.

Me encaminó hacia la barra con los dos hombres que van siempre detrás mío pisándole los talones.

- Señorita Olivia su mesa es esa - dice uno de ellos -

- Si ya lo sé - lo mire de reojo y seguí andando hasta la barra -

El hombre seguía mirando su teléfono esta vez más calmado. No apartó la mirada ni cuando me senté al lado de él, pedí un cóctel mientras mis guardaespaldas alejaban a algunas personas de mi alrededor.

No sabía que decirle, ni siquiera sé porque me he sentado aquí a beber, solo... no pude evitarlo. Cuando vi que se terminaba la copa de un trago me entró el pánico y ni siquiera sabía porque.

De repente le suena el móvil haciendo que se siente de nuevo y pida otra copa.

- Que quieres ahora - le dijo a quien estuviera del otro lado de la línea -

Parecía que no quería hablar con esa persona ya que le contestó de una forma brusca, pero no pude evitar morderme el labio al escuchar su voz grave.

Vi de reojo como rodó los ojos, suspiro y los cerro.

Toni Gambino ~London~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora