—Alanna, ¡te buscan!
Los gritos de Daniela por toda la casa llegan hasta mi habitación, a veces pienso que mi hermana nació con un micrófono incluido, cuando habla es para todo el pueblo, cuando grita, para todo el Estado.
—¡Alanna! Ven a la puerta.
Me pongo de pie, sabiendo que no tengo escapatoria, ademas de preguntarme quien me busca, no es ninguna de mis amigas, porque esas no tocan a la puerta, sino que entran como Pedro por su casa.
Llego hasta la entrada de la casa, donde mi hermana me mira con una expresión de: Estas en problemas.
Confundida, veo hasta la entrada donde hay una muchacha que no conozco, cargando un ramo de rosas. Uno de esos buchones.
—¿Alanna Ferreira? Esto es para ti, firma acá por favor.
—Sí, ajá—Agarro la pluma más confundida todavía, ¿Quién me mandó esto?
—Gracias, nos vemos.
Me da las rosas y se va, le veo subirse a un auto particular y abandonar la propiedad, Daniela se mantiene a mi lado, medio quiere sonreír pero cuando cae en cuenta de lo qué pasa, me mira preocupada.
—¿Quién te los mandó? ¿Ya tienes novio?
Me encojo de hombros, yéndome hacia mi habitación, claramente mi hermana siendo la metiche que es me sigue, pero veo la tarjeta y me encierro para leerla.
—Mensa, ábreme quiero ver.
La ignoro, abriendo la tarjeta impresa:
"Tienes razón, no sé como eres en verdad, pero quiero conocerte. Lo siento"
Una molestia en mi panza se hace presente inmediatamente, sé de quien se trata porque aunque no quiera, recuerdo cada una de las palabras que Aaron y yo hemos compartido, no sé que sentir cuando guardo la tarjeta en una de mis botas y agarro un pedazo de hoja en blanco para sustituirla.
Vuelvo a salir, dejando las flores en mi cuarto, Daniela entra detrás de mí, y se roba la tarjeta falsa, para luego seguirme en lo que busco un jarrón.
—¿Está en blanco?¿Quien te lo mandó? ¿Y por qué con una nota vacía?
—No sé, a lo mejor una de mis amigas, o cualquiera pudo ser, no tengo idea.
—Pero cómo no vas a saber— Volvemos a mi cuarto, aprovecha para sentarse en la cama—. Si tienes novio puedes contarme, yo te puedo ayudar con mis papás.
—No necesito ayuda, porque no tengo novio, no sé quien me las mandó, pero si supiera tampoco te diría.
Pongo las flores en un jarrón, están bien bonitas, pero sé los problemas que me van a traer.
—Chaparra, yo cometí muchos errores escondiendo mis pretendientes por miedo a lo que fuera a decir mi apá, y todos en el pueblo. Tú no tienes que hacer lo mismo, o si quieres hacerlo no tienes porque estar sola.
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Frágil Desprecio
RomanceAlanna tiene claros sus objetivos: 1. Ser la mejor charra de su generación. 2. Heredar el rancho de su familia y administrarlo. 3. Lograr que la compañía tequilera familiar sea la principal exportadora de tequila de todo México. Y estaba segura...