El Regalo Inesperado 💖

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Sarada Uchiha no podía creer lo que había hecho, aquello que en su momento le había parecido una estupenda idea ahora le resultaba una locura total.

¿Cómo pudo llegar a creer que conseguiría el amor en una agencia de acompañantes? Debió estar loca al considerarlo siquiera. Menos mal que sus padres estaban de viaje y tardarían en volver o estaría perdida.

La muchacha no tuvo paz mental por esos tres días, tentada estuvo de anular la operación con Madame Mariposa pero aquello le pareció mucho peor aún ya que seguramente la consideraría una aristócrata histérica.

Pero al ir acercándose la hora pactada la muchacha sencillamente no podía respirar con normalidad. Su negra y sedosa cabellera contrastaba con su pálida y blanca piel, su verde mirada reflejaba su intensa angustia e inseguridad.

Sujetándose los anteojos se ocultaba continuamente, era consciente podría evitarlos al usar lentes de contacto pero le parecía horripilante andar por la vida expuesta así.

Nunca se consideró bonita como lo eran sus padres. Había dado la tarde libre al mayordomo como a sus criados para estar sola, se había puesto un vestido verde que le resaltaba sus ojos para intentar verse presentable.

Pero el cruel espejo le mostraba todo lo contrario. Suspiró profundo sintiéndose una tonta una vez más.

Jamás fue observada por los muchachos de la forma en que tanto anhelaba ¿Por qué ésta vez sería diferente?

-Eres una tonta Sarada - se estaba diciendo cuando el timbre sonó.
Su corazón latió a mil por segundos, sus manos transpiraban a más no poder y el nerviosismo la invadía al completo.

Tenía ganas de salir corriendo y ocultarse dentro del ropero hasta que él se haya marchado. Cuando el timbre volvió a sonar ella empezaba a considerar la idea por más ridícula que sonara.

Restregaba las manos sobre su cuerpo de los nervios que sentía, al día siguiente era su cumpleaños y nunca antes había deseado no haber cumplido años. El timbre sonó por tercera vez y ella se obligó a retornar a la cordura. Debía abrir la puerta y hacerlo pasar.

Boruto había estado pensando durante esos tres días en la misteriosa joven que Madame Mariposa le había hablado. Nunca antes se sintió tan interesado en alguien sin siquiera haberla conocido. Pero no le resulta nada agradable tener que ir a buscarla sin al menos conocerla.

Cuando le contó a su padre aquello, Naruto estaba sumergido en tanto trabajo que prácticamente lo ignoró.

Como siempre. Aquello no era novedad. Cuando llegó el momento y estacionaba su auto, permaneció unos instantes dentro para darse ánimos.

¿Por qué estaba tan nervioso? Solo tenía que presentarse y solicitarle el manuscrito nada más. No era algo fuera de lo común. Bajó del auto y se dirigió a la puerta asombrándose de la gran fachada de la mansión de la joven.

Sabía que era aristócrata pero era la primera vez que veía una mansión tan grande y eso que era de noche. Al parecer Sarada podía abrir su propia editorial ¿por qué tanta timidez entonces?

Boruto se había arreglado para la ocasión pero nunca imaginó que la clienta sería dueña de tanto dinero. Tocó el timbre y aguardó unos minutos pero no sucedió nada.

Volvió a tocar el timbre, pero al ver que seguía sin pasar nada empezaba a creer que se había equivocado de mansión. Consultó el papel que Madame Mariposa le dio confirmando que estaba en el lugar correcto.

Volvió a tocar el timbre pensando que aquello era una broma de la mujer, broma de muy mal gusto por cierto, cuando la puerta se abrió.

Lo que el rubio vio lo dejó sin aliento. Esa chica era hermosa. Por unos instantes no supo que decir. Ambos se miraron en silencio.
-Hola - dijo él rompiéndolo - Soy Boruto y me envía Madame Mariposa...

-Por dios ¿y con tu profesión te presentas así?
-¿Mi profesión? - dijo él sin entender a qué se refería ella.

-Anda, pasa ya - prácticamente Sarada lo arrastró dentro de la mansión y cerró la puerta. - ¿Por qué te presentaste así? Y encima en la puerta principal ¿qué dirán los vecinos? - ella descargó aquello con intenso nerviosismo dejando a Boruto más que desorientado y confundido.

-¿A qué te refieres? ¿Eres Sarada Uchiha?
-Sí, soy yo.
-Yo...
-No importa - lo interrumpió ella - El dormitorio está arriba, en el primer piso.

Ante semejante ofrecimiento Boruto enrojeció hasta la raíz de sus cabellos, mientras pensaba ¿de qué estaba hablando ella?

-¿Cómo dices? - alcanzó a preguntar sintiéndose repentinamente incómodo.
-Lo que oíste.

-¿Por qué debo saber dónde se encuentra tu dormitorio?
-Te envía Madame Mariposa ¿cierto?

-Cierto
- Eres mi regalo de cumpleaños, es lo que le pedí hace tres días. Anda, ve al dormitorio entonces.

Recién Boruto empezaba a entender de qué iba la cosa, y honestamente no lo podía creer. Cerró los ojos con pesar sintiendo furia hacia la mujer que consideraba su abuela.

Maldita sea ¿cómo pudiste hacerme ésto Madame Mariposa? Ya me parecía extraño lo de la clienta tímida pero ¿esto? Apretó los labios con furia al abrir los ojos y mirar a Sarada.

Suspiró profundo, ahora que la observaba con más detenimiento podía percatarse de lo nerviosa que estaba. Ella era virgen, aquello era algo que tenía grabado a flor de piel esa chica. Ya tendría tiempo para matar a Madame Mariposa por ponerlo en menuda situación.

Sarada le señalaba la escalera sintiendo que estaba a punto de morir de la vergüenza. Boruto se sintió tentado de aceptar el ofrecimiento de ella debido a lo hermosa que era, pero no se abusaría de la situación.

El no era esa clase de persona. Sonrió comprensivamente sin poder dejar de mirarla. Dios, era tan hermosa que se preguntaba por qué alguien como ella buscó los servicios de Madame Mariposa, cuando en verdad podría tener a quien ella quisera a sus pies.

Amor Inesperado ~ BoruSara ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora