Soy Una Persona💖

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La cena fue amena, ella era amante de la cocina ya que eso la relajaba. Por tal razón preparó una deliciosa cena que Boruto degustó con gran placer mientras conversaba con ella sobre preferencias y gustos aunque no podía evitar de sentirse incómodo ya que era consciente de las miradas que ella le lanzaba esperando con intenso nerviosismo ir a la habitación.

En determinado momento, el rubio dejó de comer para mirarla con seriedad durante unos instantes. Ella se puso muy nerviosa moviéndose en su asiento.
-¿Qué pasa? ¿Acaso no te gusta la cena?
-No es eso, la cena está deliciosa Sarada.

-¿Entonces?
-¿Sabes? No suelo ir a la cama en la primera cita, si es que esto puede llamarse así. Prefiero conocer mejor a la otra persona y ver. Me entiendes ¿cierto?

-Hablas como si fueras un amigo a quien me fuiste presentado Boruto. Yo tampoco invito a mi cama a quienes acabo de conocer. No soy esa clase de persona. Pero tú no me fuiste presentado por nadie, tú fuiste enviado para complacerme. ¿O me equivoco?

Ante esas crueles palabras, él cerró las manos en forma de puño ya que odiaba ser tratado como un objeto.

- Si, te equivocas. No soy un objeto, sino una persona. Esta noche no habrá nada de lo que deseas.

-¿Eh? P-Pero ¿por qué? Digo, no quiero que te vayas. Lo dejé bien claro.
- Lo sé, pero me estás tratando como un maldito objeto y no como una persona. Honestamente eso me molesta bastante.

Ella lo miró asombrada, ya que no entendía por qué se había enojado así. ¿Quería ser tratado como alguien que efectivamente le fue presentado? ¿Diferente de su profesión?

Para ello debieron conocerse antes y no por medio de Míster Perfecto. Pero ella sintió una gran tristeza al verlo así de molesto. Era demasiado hermoso, y en verdad le gustaría hacerlo sentir bien.

Conservarlo a su lado para siempre, sin que nadie que no fuese ella lo toque. ¿Qué le estaba pasando? ¿Desde cuándo se había vuelto tan posesiva? Solo con su padre le ocurría eso. Con nadie más.

Al parecer, Boruto tenía algo que despertaba esos extraños sentimientos en su persona. Sarada suspiró profundo, sabía que no podría ni quería obligarlo a nada. El timbre sonó rompiendo sus pensamientos.

Ella fue a atender. Era la gente de Madame Mariposa llevándole una valija a Boruto. El rubio la recibió a regañadientes.

La joven lo condujo al primer piso donde le indicó cuál sería su habitación durante su estadía en esa mansión.
Ella hizo el amague de irse pero él la sujetó de su brazo izquierdo.

Sabía que estaba dolida y normalmente él era diferente con las chicas, más tierno y comprensivo. Pero era una situación difícil en verdad. Sus miradas se cruzaron y cada quien se perdió en los ojos del otro.

Boruto no entendía cómo alguien tan hermosa como ella pueda estar tan sola y triste. Los jóvenes aristócratas en verdad estaban ciegos para dejar sola a alguien como ella.

Acarició su negra cabellera con suavidad intensa, y ella cerró los ojos para sentir sus caricias más profundamente. Sarada se abrazó a él con cierta desesperación. Boruto la rodeó con sus brazos respirando entrecortadamente.

- Lo lamento Boruto, no quise ofenderte así. No suelo ser así, es verdad.
-Yo tampoco suelo ser tan duro, pero ésta situación nos supera a ambos ¿cierto?

-Cierto
-¿Te parece ir despacio? No acostumbro a ir tan rápido ¿sabes?
-Si que eres extraño para trabajar en Míster Perfecto.

Boruto sonrió alegremente, si tan solo ella supiera lo que en verdad sucedía enrojecería de la vergüenza. Se lo diría al final "del servicio".

Por el momento se dejaría llevar hasta ver qué resulta de todo eso. Sin embargo el rubio se obligaba a sí mismo a recordarse quién era ella y dónde estaba ubicado él. Sarada estaba fuera de su alcance ¿verdad?

Dejaría esas cuestiones de momento, ya que estaba disfrutando gratamente teniéndola entre sus brazos. Esta damita aristócrata era diferente a todas las demás que había conocido hasta el momento.

Coincidían en varias cosas, le habría gustado conocerla en circunstancias diferentes, y así poder actuar como realmente él solía ser. Pero deberá adaptarse y hacerle entender que él era una persona y no un objeto.

Aunque era más que evidente que a ella le encantaba tenerlo como a un objeto debido a la situación, él le bajaría esos humos de grandeza. De solo imaginárselo sonreía de placer.

Amor Inesperado ~ BoruSara ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora