No mueras antes que yo

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Lloro sutilmente en el tiempo, no se como te llamas pero se que existes.
Y se qué alguna vez, alguien me amará.

El  pequeño Jin apretaba los ojos mientras el médico en turno intentaba suturar la herida en su frente, unas lágrimas recorrieron su rostro y él no hizo otra cosa más que temblar.

—Pequeño amo, intenta relajarte o de lo contrario no podré coserte como se debe la herida y quedará la cicatriz muy fea.
Ya te he aplicado anestesia así que no debe dolerte.

—No me importa la cicatriz yo solo quiero saber si mi amigo esta bien.

—Ya te dije que sí, Brandon esta en perfecto estado, solo tuvo unos raspones y uno que otro golpe de los cuales se recuperara muy pronto.

—¿Y sus padres?

—No tengo información de eso, pero al parecer la madre es quien se ha llevado la peor parte. Y creo que no debería estar diciéndote esto a ti Jin.

—De todos modos me voy a enterar de su diagnóstico ¿Cuántas puntadas harás?

—Las que tenga que hacer Jin y ya deja de moverte.

Jin veía como el médico Tsumori dejaba la aguja por la mesa llena de sangre y mordió sus labios. Este día de juegos en la casa de Brandon se convirtió en una pesadilla cuando al ir de regreso a la mansión de los Cheong Woo un coche impactó el auto de los Raynor.
Los vidrios de la parte trasera volaron y uno se incrustó en la frente de Jin quien con su cuerpo cubrió a Brandon y aun así no pudo protegerlo de la inercia cuando su frágil anatomía rebotó contra el asiento y la puerta del automóvil aún teniendo el cinturón de seguridad.

Los paramédicos llegaron y la ley dice que los niños y mujeres primero, así que ambos amigos fueron sacados a toda prisa del automóvil y llevados para ser atendidos al igual que la madre.
El padre de Brandon llegó después al hospital privado de los Cheong Woo y Jin no había parado de llorar preocupado por la salud de su único amigo.

Apenas si terminaron de suturar su herida y Jin corrió a toda prisa a la sala de espera para preguntar por la familia Raynor.

—No ¡Eso no es cierto! ¡Miente! ¡Mis padres no pueden estar tan grave!

Jin se alarmó al escuchar la voz de Brandon, la escena de su amigo llorando e intentando zafarse del mayordomo le hizo sentirse horrible y culpable por invitarlo a pasar la noche en su casa. De no hacer esa invitación, de seguro el accidente jamás hubiera ocurrido.

El padre de Jin se alejó con un médico para que Brandon no oyera todo el diagnóstico, pero ya era muy tarde porque escuchó la mala noticia de la suerte de sus padres.

Brandon logró escapar del mayordomo y echó a correr pasando a lado de Jin que aguardaba en la esquina y sin dudarlo le dió alcance por el ascensor.

—¡Brandon espera!
Jin pudo meterse al elevador antes de que cerrara las puertas y lo veía muy desesperado apretando botones al azar. Brandon tenía un golpe en el pómulo izquierdo que ya se estaba tornando morado pero a él parecía no importarle.

—¿Cuál ? ¿Cuál es el piso de terapia intensiva? Di..dicen que mamá esta en la sala de operaciones

Jin no respondió por ver llorar a su amigo de esa manera.

—¡Jin! ¡¿Cuál es el piso?!

—El 4, pero si quieres ver a tu madre será mejor subir al piso tres y vamos por el pasillo oculto por donde entra mi padre y el personal médico.

Brandon no entendía pero presionó el número 3 con las manos temblorosas.

Llegaron al piso indicado y ambos niños salieron, Jin le hizo seña a Brandon para que guardara silencio y lo llevó por un corredor que conectaba a la sala de operaciones y con el domo de observación. Al llegar, luces en tono verde y rojo les hicieron sentir pánico a ambos niños.

Under the greenlight  one shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora