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"El primer año siempre es difícil".

Para Mikasa esas simples palabras nunca tomaron algún sentido en su vida de casada, realmente los primeros meses fueron perfectos. Tanto que llegó a pensar que esto era algo irreal, haberse enamorado perdidamente de lo que ella siempre considero como su Salvador. Era una idea totalmente descabellada, incluso llegó a pensar en sus años de adolescencia que pasaría cuando Levi conociera a esa persona que le entregaría esa hermosa felicidad.

En ningún momento ella se vio involucrada en esos bellos escenarios.

Dada las consecuencia de lo extraño que fue todo desde el principio, llegó a creer que realmente haber pasado por muchos momentos difíciles cambiarían algo las cosas ahora que ya nadie podía interferir en su felicidad. Tal vez en su momento fue muy ingenua, nunca obtienes un cuento de hadas cuando las grietas en una relación comenzaron mucho antes. Llevaba mucho tiempo viviendo con Levi haciéndose creer a si misma que lo conocía, sin embargo luego del nacimiento de Lu las cosas tomaron un rumbo distinto.

Se preguntaba muchas veces quien era la persona con quién había formado una familia, realmente no conocía a Levi del todo. Habían mucho más secretos de los cuales ella no era consiente, sin embargo eso nunca llegó a importar porque realmente no afectaba en nada su hermosa relación.

O bueno.

Eso fue hasta hace exactamente dos semanas atrás.

El azabache había comenzado a llegar mucho más tarde de lo habitual, y aunque ciertamente seguía dolida por lo sucedió días atrás había dejado el tema y cambiar de página. Entonces comenzó a sentirse muy extraña cuando el comenzó a dejar de lado muchos hábitos que habían formado a medida que pasaba el tiempo en su relación. Ya no más llamadas, tampoco alguna frase cariñosa hacia sus dos princesas, los fines de semana se reducían a discusiones sin sentido.

Si.

Habían llegado a la etapa de discusiones, una etapa que para muchas parejas se reducía a tener la mínima esperanza que las cosas comenzarán a marchar bien. Mikasa era consiente que no todo iba hacer perfecto en su momento, y esperaba al menos una discusión decente. Eso específicamente sucedió en sus meses de noviazgo, le parecía algo extraño que Levi aceptara las locas peticiones que ella hacía, el mismo caso era cuando se trataba de el. Y en ningún momento habían tenido una discusión tan grande, suponía que también era el grado de madurez de su esposo.

Ahora no estaba lo suficientemente segura de aquellos pensamientos, sus discusiones eran totalmente estúpidas. Sin embargo no podía negar que al tener cualquier tipo de discusión con el, ya sea por alguna travesura de Lu o algún comentario disparejo de ella, le dejaban un vacío en su corazón; uno que era muy díficil de llenar. Había hablado muchas veces ese tema con la señora Jeager, ella le había dado algunos consejos y le había explicado que en las relaciones siempre hay discusiones. Mikasa había intentado entender las palabras de ella, incluso había llegado a no dormir por ellas y lo único que había conseguido fue llegar a la conclusión que tal vez resolvería todos sus problemas.

Desgraciadamente habían caído en la monotonía, que para los amantes de los libros era explicado con lujos y detalles lo que sucedía una vez que caían en ese circulo vicioso. Mikasa entendió que ahora era todo diferente, ya no tenía más citas, ya no habían noches para ellos dos solos, y lo entendía. Su trabajo era demasiado pesado, siempre fue consiente de eso y también quería que el la entendiera a ella, cuidar a una niña no es fácil y menos cuando tu esposo es totalmente ausenté a ese tema.

Como en estos momentos.

—¡Amor!, ¡Llegamos!—exclamo Mikasa mientras comenzaba a dejar la maleta de Lu en el sofá—¿Levi?.

~~Te Necesito Chica~~ (Levi y Mikasa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora