No todo en la vida es color de Rosa, hay errores que aunque los escondas siempre salen a la luz.
hay mentiras que nunca podrás guardar para siempre.
¿Los errores del pasado, siempre estarán presentes en un futuro?.
Las cosas siempre cambian.
Nun...
El segundo mes de embarazo, el segundo dónde las cosas comienzan a cambiar. Su cuerpo comienza a cambiar, las náuseas y mareos cesan. Pero como así hay ventajas también hay desventajas.
Y bueno en el caso de la azabache, era su humor, habían días que se levantaba de muy buen humor, habían otros días que se levantaba enojada y no quería que el azabache le hablara, y otros días que simplemente quería llorar por todo.
Y lastimosamente.
Este era un día de esos.
No se había levantado del mejor humor, desde que siento el primer Rallo se luz, sus ganas de llorar se agrandaron. Era un día sábado, un día donde ambos azabaches podían estar a solas sin que nadie los molestará.
Pero está vez era diferente, la pequeña chica se encontraba muy mal y no tenía ganas de nada, simplemente quería dormir.
Se levanto de su cómoda cama, y tomo un shorts de su armario con una sudadera del azabache, se hizo una media cola y salió de su habitación. Bajo las escaleras y al llegar a la planta baja, pudo observar como el azabache tomaba el insecticida y le Roseaba a un poco de cucarachas. Sus ojos se abrieron.
¡¿Cómo podía hacer eso!?.
Corrio hasta donde se encontraba el azabache, y lo detuvo. El azabache se sorprendió al sentir la mano de su esposa con toda la fuerza, ¿Que estaba pasando?.
—¿Mikasa que sucede?—ella simplemente bufo molesta.
—¡Ibas a matar a unos indefensos, animalitos!—exclamo. El azabache soltó una carcajada.
—Mikasa son solo cucarachas.
—¡Son seres vivos, Levi!—exclamo cruzándose de brazos.
—Tch, mocosa insolente.
Se voltio y siguió con su objetivo, sonrió al ver todos esos insectos muertos. Un pequeño sollozó se escuchó a lo lejos, volteó su cuerpo encontrándose con la azabache llorando.
—¿Mikasa que sucede?—eh intento abrazarla. Ella se alejo secando sus lágrimas.
—¡¡Eres un monstruo!!—exclamo entre lágrimas—¡¡Mataste a unos seres indefensos!!.
El azabache suspiro.
Así que por eso, estaba llorando.
—¡Mikasa son unas simples, cucarachas!.
—¿¡¡Y qué!!?, ¡¡Eso no te da el derecho ah matarlas!!.
—¡Por dios ellos merecen morir!.
Y sí.
Su llanto aumentó.
Estaba perdiendo la cabeza poco a poco.
.Holaaa.
Tengo un nuevo proyecto, bueno es una historia no les adalentare nada, pero quiero que la apoyen. Estará muy bonita, solo quiero que eligan cuál portada.
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Está.
O está
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