Capítulo 6 - Padre

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WILLIAM

Nada más llego a casa decido buscar en diferentes libros situados en nuestra inmensa biblioteca por si esto que está sucediendo tiene algo que ver con nuestra especie. Estoy desesperado. Es una sensación demasiado extraña para mi y no lo soporto. No tolero emociones o cambios los cuales no puedo controlar. Necesito tener el control de todo, no quiero salirme del carril.

«¡Ya ha pasado una puta hora y no encuentro nada!» grito ante la desesperación. «¿Dónde cojones está James?» Sigo buscando durante lo que parecen horas y sigo sin encontrar nada. Al menos puedo descartar algo: no tiene nada que ver con nosotros

Media hora más tarde llega James. Parece cansado, pero de verdad necesito su ayuda.

- Perdón por el retraso, pero ya sabes que era una reunión importante - se disculpa James nada más llegar a la casa.

- Da igual, ahora ayúdame - exige William.

James se acerca a la biblioteca con miles de libros y comienza a buscar a la vez que me hace preguntas sobre lo que ya he encontrado, aunque no fue mucho. Le explico todo lo encontrado y a continuación continúa haciéndome preguntas, pero es en vano, no solucionamos nada.

- Esto es imposible joder - exclamo.

- No, William, no es imposible. Tiene que haber una explicación lógica.

- ¡Pues dime cuál! Esto me supera. Me voy a dormir. Si se te ocurre algo no dudes en despertarme.

- Si tranquilo. Descansa, ya encontraremos la respuesta.


JAMES

Así mismo William se fue a dormir, dejándome solo entre libros. Tengo que ayudarle. Se que desde nuestra transformación, y tras lo de Catrina su existencia ha sido una completa mierda. Por ello, debo hacerlo por él, debo ayudarle. Parece una tontería ya que, ¿Cómo se puede sentir así con solo estar cerca de una persona? Presiento que está sintiendo más emociones de las que muestra y por eso estoy preocupado. No quiero que vuelva a pasar lo de aquel horrible año.

Busco y busco sin fin. Hasta que empiezo a unir cabos. «¡Padre!». No puede ser, no ahora. Necesito tomar aire. Salgo de la casa, me monto en el coche y me dirijo hacia la cafetería que se sitúa cerca de nuestra empresa. No se por qué me dirijo hacia allí, pero necesito ir. 


HAYLEY

Después de acabar con las tareas que me habían dado me marcho de la oficina. Todavía sigo pensando en como es posible que tal oficina me haya sido otorgada. Es demasiado bonita y lujosa para una persona que apenas acaba de empezar a trabajar. Salgo del edificio y me dirijo a la cafetería. Ya es tarde. 

- ¿Stella? ¿Estás aquí? - pregunto.

Se puede ver que todavía hay clientes dado que la cafetería no cierra hasta tarde. El turno de Stella acaba en unos quince minutos. Hoy me quedo a dormir a su casa ya que tenemos bastante que contarnos, además de celebrar.

- Estoy estoy. Estaba buscando café para así no tener que sacarlo mañana. Hoy tenemos noche de pelis, ¿no?

- Claro que si amiga mía.

Estábamos hablando entre risas cuando de repente entra alguien inesperado. James. Observo a Stella. ¿Por qué de un momento a otro la siento rara? Decido mirar hacia la puerta donde se localiza el inesperado y, siento lo mismo que sentía hace un segundo cuando miraba a Stella. ¿Qué está pasando aquí? 

Después de cinco segundos eternos de tensión, James se acerca a una de las camareras y pide un café para llevar. Se le nota muy nervioso. Le dan el café para llevar, algo raro según me contaron las compañeras de trabajo de Stella, y se va rápidamente. 

- ¿Qué narices acaba de pasar? - pregunto en alto ya que Stella está en su mundo.

No hay respuesta. Stella sigue pensando, o eso creo que está haciendo.

- Uh si si, ¿Qué decías? - pregunta Stella.

- He preguntado que qué acaba de pasar pero se ve que estás en otro lado.

- Perdón, es que... me acaba de pasar algo muy extraño.

- ¿Qué pasa? - pregunto dada mi preocupación.

- Nada más oir que la puerta se abría, me he comenzado a poner nerviosa. No se que ha pasado. Me giré para ver quien era, y al ver que era él, se me ha acelerado la respiración.

- Eh madre... ¿será que estás mala? - pregunto ya que no creo mucho en esos cuentos en los que dos personas se miran mutuamente y se sienten nerviosos. Como una novela de amor. Esas cosas no pasan. Nunca.

- Bueno da igual. Me quedan unos cinco minutos preparo unas cosas y nos vamos.

Estos dos últimos días han sido los más raros que he vivido. Espero que todo sea una tontería mía y no pase nada. Espero...




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