Capítulo 10 - La biblioteca

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- Primero necesito que me hagas un favor - me dice Stella.

Hago un gesto de aprobación. Es evidente que cualquier favor que me pida lo haré.

- Necesito que guardes estos libros. La señora esa de la biblioteca me dijo que eran muy importantes y que nadie, a parte de nosotras, debería saber que tenemos esos libros. Pensé en dejártelos a ti ya que como estás en un sitio cerrado pues es más seguro que en la cafetería. ¿Puedes guardarlos?

- Si claro. Dámelos.

Me asusto al ver que no eran unos pocos. Eran 4 libros con muchas páginas, yo creo que en cada libro habían mínimo 700 páginas.

- Madre mía, pensé que serían más delgados - digo entre risas.

- También había pensado una cosa. Como sabrás mi casa tiene tres habitaciones, pues había pensado en que si querías, te podrías mudar conmigo al menos por un tiempo hasta que descubramos lo que está pasando.

No me parecía mala idea pero no quería dejar a mi madre sola en casa aunque se que no le molestaría para nada. Lo que me preocupaba más era en la manera que Stella me hacía esta propuesta. La notaba inquieta, como si necesitase que le dijese que si. Me pregunto que es lo que habrá descubierto en aquella biblioteca.

- No me parece mala idea la verdad. Tendré que hablar con mi madre sobre ello pero seguramente no me pondrá impedimento.

- Bien bien. Cuando acabes de trabajar ven a la cafetería. Hasta luego - me dice y se marcha rápidamente.

Estaba como nerviosa, ¿qué le pasaba? Se fue de la oficina y la seguí para preguntarle si estaba bien. Cuando estaba pasando por las oficinas de los altos cargos la vi chocarse con... no puede ser, con James. Me quedé quieta para así poder observar lo que ocurría. James parecía enfadado pero al fijarse en con quién había chocado su expresión facial cambió. Se mostraba preocupado por Stella. Se miraron fijamente un rato y de repente Stella se marchó como si estuviese aún más nerviosa.

Inmediatamente corro detrás de Stella. Nunca la había visto reaccionar de aquella forma. Justo cuando me aproximaba al ascensor siento una mano agarrarme de manera que mi misión de entrar en el ascensor se ve frenada. ¿Qué narices? Justo en ese momento me giro y veo a...

- ¿Qué se supone que hace? ¿No debería estar usted trabajando como el resto de este edificio?

- Ehm, si claro señor. Necesitaba solamente un rato. Como acaba de ver esa chica que ha salido corriendo es mi amiga, solo quería ayudarla.

- Ya la ayudará en otro momento. No puede abandonar su puesto de trabajo cuando le venga en gana - me dice con un tono de demanda.

- Perdone señor pero llevo trabajando todos estos días como una posesa sin ningún tipo de descanso. Creo pensar que por cinco minutos que pare de trabajar la empresa no se derrumbará - siento como mi tono comienza a ser un poco menos agradable de lo que era en un principio.

- Eso no es mi problema como sabrá señorita Brown - me dice con toda la tranquilidad del mundo.
- Tengo entendido que si, ya que a parte de lo evidente, que esta empresa es suya, su principal secretario ha estado mandándome trabajo constantemente estas dos últimas semanas y que yo sepa, él solo recibe ordenes de adivina quien. Si. De ti. Que sorpresa. Así que, que no haya tenido tiempo ni para respirar ha sido culpa suya. Así que si me permite voy a bajar unos cinco minutos a ver como se encuentra mi amiga, y no puede ordenarme que me quede o despedirme, que seguro que después de esta conversación tendrá muchas ganas, ya que por si no lo sabía el trabajador tiene derecho a mínimo media hora de descanso en toda su jornada, y como sabrás no he consumido ni un mísero segundo.

Tras aquel "encontronazo" decido ir a por mi amiga.

JAMES

Veo como Hayley y William discuten así que aprovecho ese momento y corro detrás de Stella. Necesito saber si ella está sintiendo lo mismo. Quiero saber que piensa sobre la situación. Quizá ella sepa algo más. Salgo disparado hacia al ascensor aprovechando la riña de aquellos dos y salgo rápidamente del edificio. Voy tras ella y cuando me encuentro lo suficientemente cerca la agarro del brazo y le doy la vuelta. Me mira fijamente a los ojos.

- ¿Por qué me has seguido? - pregunta.

Nunca me había parado a mirarla detenidamente. Sabía quien era ya de hace tiempo dado que trabajaba en esa cafetería que solía frecuentar, pero nunca me había parado a analizarla. Tiene unos ojos preciosos y cautivadores rodeados de unas pecas que la hacen mostrar aún más su belleza. Quedo hipnotizado por un rato hasta que unos chasquidos en mi cara me despiertan de mi sueño.

- Te he preguntado porqué me has seguido.

- Ehm pues... - digo nervioso. No se que decir - quería saber si... pues... 

- Querías saber si... - me dice.
- ¿Tú sientes lo mismo que yo? Que tonterías digo, seguro que no. Perdone las molestias - digo rápidamente.

A continuación me doy la vuelta y me dispongo a entrar de nuevo en el edificio pero de repente escucho una voz llamarme.

- ¡James!

Para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora