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Aquella mañana el azabache Alejandro se encontraba dando vueltas por el patio jugando con su cajita de música logrando llamar la atención del de ojos carbón y de su madre.

Quienes miraban al pequeño con bastante confusión llegando a fruncir el ceño y parte de la nariz.

Él de lentes negó levemente encogiéndose de hombros y alzando las cejas. Dándole a entender al mayor que no entendía para nada qué era la adicción del menor a aquella cajita de música, por que sinceramente no tenía ni idea de dónde había salido y el por qué la había encontrado.

─Te juro que no lo entiendo, mamá. Ha estado así ya desde que encontró la caja, dice de ver un niño que está muy triste y habla con él en la madrugada, pero yo no veo nada. Escuchó atentamente a Miguel, sin saber tampoco de que hablaba.

La verdad es que él también había escuchado al menor corretear en la madrugada, también otras risas de más que había pensando que eran las de Miguel Ángel.

Solo sintió un pequeño escalofrío recorrer su espalda y negó brevemente con su cabeza.

"Frank", era como hacía llamar el de orbes azules al chico que supuestamente él veía.

Lo describía como un niño más alto que él, como de unos siete años que siempre que él se tenía que ir a comer con su familia, de ponía triste.

Los observaba desde la ventana escuchando al niño hablar de él.

Según el mismo, este tenía el cabello muy enmarañado y negro, y las cuencas de sus ojos vacías y negras, siempre que se ponía triste un líquido negro salía del lugar en el que deberían ir sus ojos.

El pequeño lo había dibujado aquella mañana

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El pequeño lo había dibujado aquella mañana.

Claro, el estilo artístico de su hijo era sumamente tierno y lindo; también lo dejaba más tranquilo saber que no era un bicho raro con cuatro cabezas y dos bocas lo que veía su hijo.

Sobrenatural | ᴿᵘᵇᵉᵍᵉᵗᵗᵃ | Karmaland.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora