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Tener el trabajo que ambos tenían, nunca diría que fue fácil

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Tener el trabajo que ambos tenían, nunca diría que fue fácil. Puesto que ya para esas alturas de la vida y con la tecnología tan avanzada, ya las personas no creían en los espíritus y pensaban que cualquier cosa tenía una explicación razonablemente lógica cuando pasaba.

Por lo que sí, podían pasar meses en los que no tenían ningún trabajo de ese tipo y les tocaba dedicarse a un trabajo "real".

Él era abogado la mayor parte del tiempo, no era lo que realmente le apasionaba, pero por lo menos se acercaba bastante a lo que le gustaba hacer cuando se trataba de pelear contra las fuerzas extrañas de lo desconocido. Mientras que por lo tanto, Raúl solía ser un destacado psicólogo bastante bueno en lo que hacía...

Y sí, gracias a el trabajo de su marido era de donde obtenían el 80% de sus ingresos mensuales, ya que... Aparentemente, Borja Luzuriaga, no era el abogado más destacado de su área. Se solía involucrar emocionalmente en sus casos por lo que los acababa perdiendo muy rápido, así que, normalmente se dedicaba a recoger las cosas de su casa y esperar a que lo llamaran para posibles casos que seguramente iba a perder.

Hace unas semanas... Había recibido una llamada por parte del sacerdote de una iglesia, era parte de un pueblo llamado karmaland, ubicado en la capital de Andorra. Este le había dicho que una familia se había comunicado con él porque habían empezado a padecer de actividad paranormal en su casa. Que estaban desesperados y que ya no sabían qué más podían hacer para evitar que aquel "ente" se siguiera paseando por su casa mientras ellos no tenían el control de todo lo que sucedía.

Aceptó inmediatamente la posibilidad de participar ayudando a esa familia ( por supuesto, no sin antes haberlo consultado con su marido ).

Aquella noche, estaba bastante centrado en la pantalla de su monitor hasta que sintió como uno de sus hijos lo tocaba por el hombro para poder sacarlo de su pequeño trance sin asustarlo. Su mirada pasó a los ojitos cafés que lo veían con gracia al estar tan concentrado en algo, que no se había percatado de que el pelinegro había entrado en la habitación.

-Mamá, ya me voy a dormir, no te desveles mucho hoy, ¿Vale? Que después entra alguien a la casa y no te das cuenta por estar tan ido.-Dijo el menor con burla antes de dejar un ligero beso sobre la frente del castaño. Eso hizo que el anterior sonriera y soltara algunas risas de por medio.

-Antes sonarían las alarmas y ahí sí que me daría cuenta... Descansa Alexis, dile a tu hermano que pase buenas noches, creo que me quedaré aquí por algunas horas más.-Vió como el mencionado asentía mientras se alejaba para luego salir de la habitación, volviéndolo a dejar como lo encontró. Sentado él solo siendo un Luzu obsesionado con los fantasmas.

Alexis era un chico excepcional. Amante de todo lo relacionado con los patos, una persona increíblemente amable e increíblemente burlona, inteligente, listo y brillante. Era su segundo hijo, el menor de todos, un poco más mimado que el primero. Él era un poco más dependiente y más cariñoso que Iván.

Sobrenatural | ᴿᵘᵇᵉᵍᵉᵗᵗᵃ | Karmaland.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora