𝑀𝑖𝑡𝑎𝑑 𝑎𝑔𝑜𝑛𝑖𝑎, 𝑚𝑖𝑡𝑎𝑑 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑎𝑛𝑧𝑎 [𝑆𝑒𝑣𝑚𝑖𝑜𝑛𝑒]

Capítulo 7◽️

Volver a Hogwarts siempre es surrealista. En la memoria de Hermione chocan escenas de su época escolar con momentos de la Batalla de Hogwarts, luchando por el dominio. Está la pared contra la que una vez se apoyó cuando Ron la hizo reír hasta quedarse sin aliento. Está el muro que se derrumbó y mató a Fred.

Tragando con fuerza, Hermione da la contraseña a la gárgola. Minerva la recibe con una sonrisa, una taza de té y una lata de galletas.

"Siempre me alegro de verte", dice Minerva. "¿Qué puedo hacer por ti?"

Hermione da un mordisco al mantecoso shortbread mientras medita su respuesta. "¿Qué puedes contarme sobre las cenas de Slughorn?", dice finalmente.

Minerva se congela con la taza de té a medio camino de la boca. "¿De verdad piensas asistir?"

Hermione se ríe. "Tal vez. Probablemente es hora de que deje de evitar a la gente. ¿Quién suele venir?"

"Antiguos colegas y antiguos miembros del Slug Club, sobre todo. A Horace le encanta presumir de todos sus conocidos famosos. ¿Le has avisado de que estarás allí? Se está haciendo mayor; su corazón puede fallar si un miembro del Trío de Oro aparece por sorpresa".

"Lo he hecho, sí". Sintiéndose ligeramente ridícula, Hermione observa el retrato de Dumbledore por el rabillo del ojo mientras formula su siguiente pregunta. "Ron me ha dicho que van varios jugadores de Quidditch famosos. ¿Alguien que pueda conocer?"

"No lo creo. A menos que conozcas a Gwenog Jones. Ha intentado que Ginevra asista, por supuesto, pero ella no lo acepta". Minerva inclina ligeramente la cabeza. "¿Cuándo te interesaste por el Quidditch?"

Nada de Oliver en los partidos de Slughorn, entonces. Por supuesto que no. Encontrar una conexión obvia entre Slughorn y Oliver le haría la vida demasiado fácil a Hermione. Además, Oliver se asoció bastante públicamente con Snape en los últimos años, y Hermione conoce bien la opinión de Slughorn al respecto. El retrato de Dumbledore parece curioso, pero por lo demás no le molesta. Sorbe una taza de té pintada al unísono con Minerva.

"En realidad, no", dice Hermione. "Sólo estaba pensando que sería más fácil si hubiera mucha gente allí que es más famosa que yo".

"Ah. Bueno, no te preocupes, querida. Puedes sentarte en un rincón conmigo. Beberemos jerez y criticaremos el absurdo y ostentoso menú de Horace. Si quieres mi consejo, come antes".

Hermione sonríe. "Lo tendré en cuenta, gracias".

Severus se encuentra de nuevo caminando por Kirkwall con Granger durante el almuerzo. Esta vez no hay encuentro con Màiri, pero sigue sin poder quitárselo de la cabeza. Comprobó la historia con su madre. Todo es cierto. Los comentarios de Eileen sobre Granger casi se acercaban a algo positivo: el mayor elogio imaginable, viniendo de ella. Especialmente al hablar de una bruja.

"¿Vas a tomarle la palabra a la señorita Brown?", preguntó.

Granger se encoge de hombros. "Sí. Nunca me ha dado ninguna razón para no confiar en ella".