|Neue Lucille|
Aldrich miraba con emoción y a pesar de que un gigantesco castillo se alzaba hasta los cielos, este no le presentaba mucha atención pues esta pertenecía a los habitantes de la ciudad, irradiando su gran alegría en su estadía. Aldrich volteo a ver a Arthur notando algo extraño, el mismo yacía con su misma mirada, emocionado y sorprendido de la ciudad lo que lo hizo formular una pregunta.
—Una cuestión... ¿Está es tu primera vez aquí o no? —Preguntó vagamente.
Como si hubiese sido atrapado en un acto ilícito, Arthur cambió rápidamente su rostro a uno más sereno y volvió a verlo lentamente.
—¿Qué dices? Esta es mi vigésimo-quinta vez aquí —Agregó.
Ante aquella respuesta Aldritch dirigió una mirada extraña a su contrario. Después de tan extraña situación los dos decidieron tomar caminos separados de ahora en adelante, se agradecen por su ayuda mutua y se despidieron. Sin embargo Aldrich no logró dar unos pasos cuando este ya había tropezado. Este cayó fuertemente de frente contra el suelo, rápidamente Arthur acudió en su ayuda y ayudó a levantarlo mientras fijaba su vista en la espada negra de Aldritch la cual se había caído de su Tahalí. Este acercó su mano para tomarla mientras pensaba en lo extraña de aquella espada. Al tomarla por el mango Arthur se dio cuenta de un extraño hecho.
—¿Qué pasa? —preguntó Aldritch mientras limpiaba el polvo de su ropa.
Arthur, extrañado, miraba las palmas de sus manos en busca de alguna respuesta. Por otro lado el joven Aldrich se acercó a su espada y la tomó para luego voltear a ver a Arthur.
—No, nada importante —dijo aún sorprendido.
—Bueno, nuevamente, fue un gusto conocerte hasta pronto.
Aldrich extendió su mano y Arthur correspondió dándole un apretón. Finalmente, siguió su camino y se fue del lugar. Por otro lado Arthur, a lo lejos, seguía mirando extrañado a Aldrich quien desaparecía en la multitud.
—Mis manos no pudieron sostener esa espada...
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Aldritch caminaba despacio por la ciudad, en busca de algún tipo de hospedaje para pasar las noches venideras. Necesario pues el joven no partiría de la ciudad sin antes conseguir información sobre el Lichtsäule. Varias veces se acercó a personas en busca de direcciones sin embargo este no conocía la ciudad por lo que le era imposible seguir las instrucciones de los habitantes. Cansado y frustrado decidió ir a alguna taberna, en busca de alimentos y bebida, pues la suya ya se había mermado. Esta vez fue fácil encontrar una pues estos establecimientos eran abundantes en la ciudad, de hecho en su búsqueda de algún hospedaje se topó con 3 o 4 de ellas. Luego de caminar por unos minutos logró encontrar una. Al entrar se encontró con lo normal, unas pocas mesas algunas de ellas llenas de hombres compartiendo mientras bebían y comían, otras con menos personas y algunas vacías. La barra, aunque solitaria en comparación a las mesas, presentaba un ambiente agradable, aunque aquel barman encargado de servir las bebidas no tenía un rostro muy agradable.
Viendo esto rápidamente descartó la idea de sentarse frente a la barra. Por lo que se dirigió a una de las mesas vacías. Antes de sentarse este tomó sus dos espadas, envainadas, y las colocó en la mesa para que así no estorbaran. Allí le esperaba un rollo, el cual abrió, y contenía el menú completo del lugar. De repente un nudo en su garganta hizo aparición, gotas de sudor comenzaron a bajar de su cabeza y espalda.
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Lichtsäule
Fantasy"¿Que es este lugar?" "¿Como llegue aqui?" "Y mas importante... ¿quien soy?" Sin conocimientos sobre su vida, se adentra a aquel recondito lugar, descubriendo asi algo nuevo y extraño lleno de seres fantaseosos a la ves que peligrosos. Intentado sob...