Lichtsäule

Heroe II| IX

—¿Que crees? Tengo que buscar otra forma de salvar el mundo. Hablaré con el rey y si tengo que invadir el castillo para encontrar una forma lo hare.

Dijo, desvaneciéndose en la oscuridad del pasillo próximo a su destino. Su semblante hacía justicia a la determinación que sentía dentro de si. Por su mente no pasaba otra cosa mas que su objetivo y para ello debía de equiparse apropiadamente. Retirarse el ropaje que, probablemente, se le habia sido secido por los habitantes de esta taberna fue una completa tortura. Su cuerpo estaba destrozado por las heridas causadas en su anterior combate. Tan solo el roce de su dedo en las vendas que cubrían sus moretones era suficiente como para mostrar una mueca de dolor. ¿Que tenían estas vendas debajo? —Se preguntaba Arthur. Decidió no comprobarlo pues el dolor e incomodidad que sentiría comprobándolo no valdría la pena sin embargo supuso que se trataba de algún tipo de pasta de hiervas, pues pudo sentir el vendaje ligeramente húmedo. Luego de retirarse todo el ropaje brindado por sus salvadores empezó la travesía que implicaba colocarse su armadura. Sus ojos titubeaban antes de colocarse la armadura y todo lo que implicaba: La capa de cuero, los amueblados, la cota de malla, y finalmente la armadura te tonos grisáceos y decoraciones azules. Antes de colocarse cada parte, cuando llego a la parte de la armadura no pudo evitar ser inundado por un sentimiento nostálgico, pues al hacer esto podía ver la pequeña insignia de metal que cargaba consigo, cerca del cuello, con la bandera de Nueu Lucille. Un sentimiento extraño, todo lo que habia escuchado anteriormente distorsionaba el significado de portar esta insignia. ¿Deberia de quitarla, Mantenerla? Estaba en conflicto consigo mismo. Por un lado el rey habia engañado no solo a el si no también a sus compañeros. Le carcomía en el corazón el saber que sus compañeros estaban siendo guiados hasta un lugar tan hostil, pero a la vez no podía sentir pena pues era algo a lo que debía de estar supuesto, aunque no de la manera descrita por el pelirrojo. Agitó ligeramente su cabeza e intentó no pensar mucho en el tema decidiendo mantener aquella insignia.

A medida que salía del pasillo, la luz revelaba al joven Arthur vestido desde los pies hasta sus hombros y allí esperándolos estaban los antiguos heroes de la luz. Rieron a carcajadas. Confundido, miraba hacia los lados buscando algo de lo que se pudiesen reír. No encontró nada. Aun mas confundido, sus mejillas empezaron a enrojecer y se rindió en buscarle alguna lógica, solo significaba una cosa: los antiguos heroes se reían de el.

—¿Que pasa, tengo alguna desviación en mis ojos, mi armadura esta sucia? —Preguntaba , ahora avergonzado, el pobre Arthur.

Sus carcajadas iban disminuyendo poco a poco, empezando con la bestia y terminando con el oscuro, hasta terminar en silencio. Unos segundos después el pelirrojo ajusto su voz justo antes de hablar, se acerco a paso lento al joven Arthur y dijo

—Eres un fugitivo ahora, en el momento en que pongas un pie ahí fuera, con esa armadura serás, cazado vivo. —Comento el pelirrojo

—Y no salvare tu pellejo de nuevo. —Comento a lo lejos la bestia.

No sabía como responder, estaba avergonzado pues no habia pensado en aquella obvia posibilidad. Estaba estancado en su creencia de ser un héroe.

—Pero se supone que las personas creen que estoy muerto —En un breve intento de argumentar es interrumpido por el pelirrojo quien dictamina su siguiente actuar.

—Exacto. ¿Que crees que harán si ven a un cadáver viviente caminando por las calles? —Dijo lo obvio —No hay peros. Oficialmente ya no eres un héroe de la luz.

Su respiración se podía escuchar en el ambiente. Como esta empezó a aumentar, impactado por el hecho que debió de haber deducido, siguió aumentando, sus ojos titubeaban con cada segundo y su mirada parecía perdida hasta que...