Laberinto Fundamental| IV

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"Taberna de la luz" una de las edificaciones reales. Es decir, creadas única y exclusivamente para ser usado por personas de un rango mayor en el reino. En este caso un bar, dotado de una gran cantidad de lujos, los bordes de las mesas estaban bañados de oro, así como también las sillas, jugando entre tonos azules y blancos sin olvidar el oro el cual era una parte importante de la estructura del lugar. Uno de los salones parecía tener una ambientación más exclusiva que el resto Pues eh aquí donde los héroes de la luz compartían sus tragos y alimentos.

—¡Drag, pásame aquella cerveza! —grito Antje llena de furia

Nego con la cabeza a la chica mientras alzaba un vaso de cerveza con su mano, en una altura a la que la chica no podía alcanzar por más que quisiera. ¿La razon de esto? Su ebriedad era evidente en el rostro. En otro lado de las mesas se encontraban los dos rubios del equipo. Uno de ellos presentaba un rostro más enfocado o más bien distraído teniendo en cuenta el ambiente, en cambio el otro esperaba con elegancia la llegada del mesero quien venía con un vino de las mayores de las calidades junto a una gran copa en bandeja de plata y oro.

—¿Que te pasa Arthur? hoy es un día de celebración y en cambio te noto algo... —hizo una pequeña pausa mientras el mesero colocaba con gentileza lo antes mencionado en la mesa —Distraído diría yo. Quiero decir, no me molesta que tengas encima ese espadón estando en la mesa, pero no creo que demuestres mucha confianza que digamos —Los dos rieron ligeramente por la broma demostrando así que Arthur como mínimo escuchaba y continuo —solo tenemos un par de horas conociéndonos y no espero que me llames mejor amigo, pero para eso estamos en esta taberna, para conocernos un poco mejor y ganar confianza entre nosotros —Sonrió amigable y elegantemente —¿No crees?

Arthur tardó un poco, pero aquellas palabras lo hicieron adentrarse un poco más en el ambiente por lo que agrego —Es cierto —Suspiro —vamos a conocernos, todos.

Apoyándose con sus manos Arthur se levantó de aquella mesa y dejó su espadón apoyado a una pared. Le hizo señas a Drag quien extrañado acepto y se acercó junto a Antje. Ya estando allí Arthur llamo al mesero y le comento algo al oído, el camarero se retiró y al volver trajo tres vasos de cerveza. Los ojos de Drag se llenaron al igual que Antje, los tres empezaron a beber al unísono.

Dando un suspiro, típico luego de beber cualquier líquido, Arthur dijo —Y díganme, ¿que los hizo ser merecedores de tal puesto?

Drag se mostró de lo más emocionado pues sin dejar que los otros hablen empezó...

—Vengo de una tribu nómada, nos vamos moviendo de lugar en lugar para buscar nuevos recursos pues sus creencias les hace pensar que estar establecido en un mismo lugar altera el curso de la naturaleza. A medida que crecí fui inclinando mi postura a que ello no era real más sin embargo no puedes convencer a más de 50 personas así de fácil por lo que solo me adapté a las costumbres. Cazamos nuestro propio alimento a mano, nos defendemos a mano y conseguimos recursos a mano, es ley de vida. Para rematar nos enfrentamos entre nosotros mismos para establecer un rango entre los demás es por eso que mi tribu es temida por los demás, nuestra fuerza media es incomparable a la de las demás personas. Pero como puedes deducir termine abandonando mi tribu y vagando solo hasta que llegue a "Heilige Hekate", el pueblo bendecido por la diosa Hekate allí me establecí y obtuve una pequeña fama por haber detenido varios asaltos hasta que finalmente un mensajero nos anunció sobre estos llamados y acudimos aquí.

Concluyo dando un gran sorbo a su vaso de cerveza y lo estampo contra la mesa —¿Quien sigue? —dijo mientras llevaba su vista de lado a lado en busca del próximo en contar su historia.

LichtsäuleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora