Ambos universitarios habían regresado después de un largo entrenamiento en el gimnasio.
Se asearon por turnos, comieron, charlaron un rato, la típica rutina de dos universitarios que empezaron a compartir departamento.
Pero Killua tenía una idea en mente esta vez, aún cuando era él quien se molestaba cuando algo en su día a día cambiaba por más mínimo que fuera, y sobre todo, después de su entrenamiento.
—Gon
—Killua
Ambos hablaron al mismo tiempo, genial.
—Tu primero, Gon— Killua sabía de esto, ambos buscarían ceder la primera palabra al otro, y así Killua terminaría ganando sin parecer alguien con falta de educación. Así era la familia Zoldyck.
—Bien, entonces hablaré
Cómo un balde de agua fría cayó la respuesta del moreno sonriente al cuál no solía importarle este tipo de cordialidades.
Y es que a Killua siempre le fallaban los planes por una razón cuando se trataba de él, era Gon Freecss, un desastre andante incapaz de notar indirectas por más directas que fueran.
Pero esta noche, Killua finalmente se lo diría de una forma aún más directa.
Tampoco debía ser imprudente, tenía todo el tiempo del-
—Hoy un compañero de la facultad llegó con un cartel bastante colorido, se acercó a mi lugar y me entregó un ramo de flores, por un momento pensé que me declararía su amor, pero— hizo una pausa para beber su chocolate caliente -entonces leí "¿Quieres ser mi novia? Entonces supe que se había equivocado de persona, aunque él insistió en darme las flores y una caja de chocolate, tal vez estaba practicando antes de declararse- indagó —Tú qué crees, ¿Killua?—.
El mencionado solo podía golpearse la frente con todas sus fuerzas. Sentía pena por ese tipo, sentía pena de sí mismo por haberse fijado en alguien extremadamente idiota.
Pero, tal vez Gon lo notaría esta vez.
Contaba con el consejo de Alluka y uno de sus libros de fanfiction. Para este punto Killua había perdido la mayor parte del miedo a expresar sus sentimientos, solo quería que Gon se diera cuenta de ello.
—Sí, Gon, solo un tonto se fijaría en tí— él era ese tonto.
—Moh, que malo eres Killua, estoy seguro de que no soy un mal partido— hizo un puchero de enfado, dándole la espalda tanto como se podía en ese pequeño sofá.
Esto le dió una idea a Killua.
—¿Has tenido novio alguna vez?
Gon lo pensó por varios segundos, finalmente respondió:
—No, pero he tenido una cita— afirmó.
—Lo de Palm no cuenta— contrarrestó inmediatamente Killua, lo había acorralado.
—Yo...— el albino sonrió con satisfacción ante la falta de palabras del chico frente a él.
E hizo la pregunta clave.
—¿Has besado alguna vez? No cuenta tu familia, conocidos, o amigos—.
El interrogado se mantuvo en silencio, su mirada se iluminó con un brillo que Killua detectó como, ¿Malicia?
—He besado a Killua— contestó con una sonrisa llena de inocencia.
La mente del albino quedó en blanco, con pensamientos como "aborten la misión" "¿nos besamos?" "no me considera su amigo" "creo que no apagué la estufa", su rostro era un enorme tomate y su cerebro empezó a sobrepensar. Gon era capaz de ganarle con un par de palabras que impactaron una tras otra en su corazón.
Fueron tiros limpios que dejaron al albino fuera de combate, lo único que podía hacer ahora es desviar su objetivo.
—I-idiota, ¿¡Cuándo nos hemos besado!?— calmó de cierta forma la voz que gritaba como una puberta.
Pero, Gon terminó de apuñalar su corazón con su siguiente acción.
Dejó la taza sobre la mesa y se acercó peligrosamente a un terreno nunca explorado. Los labios de Killua.
Un corto pico fue dejado en la comisura de sus labios.
—Ahora
Gon se separó lentamente para apreciar el manojo de colores que debía ser su mejor amigo en ese momento y burlarse fingiendo no saber el motivo.
Pero lo único que se encontró fue a un joven inconsciente sobre el sofá.
—¿¡Killua!?
Porque Gon no era un cordero, y Killua era incapaz de ganar una batalla cuando se trataba de ese chico que disfrutaba torturarlo con pequeñas acciones inocentes.
Descripción gráfica del cartel al que se refiere Gon.