Arcane: La vigilante (Romance con Vi y Caitlyn)

Capítulo 4: ¡Feliz día del progreso!

Seis años después......

Jayce entra a la oficina de Heimerdinger. Hablan del próximo Día del Progreso, un día festivo que marca el aniversario de la fundación de Piltóver. La ciudad está a punto de cumplir 200 años. Jayce pregunta sobre una estatua de un hombre llamado Stanwick Pididly, a lo que Heimerdinger explica que Stanwick no es recordado por su propio trabajo, sino por las contribuciones de sus alumnos.

Heimerdinger le informa a Jayce que, si bien normalmente es él quién da el discurso del Día del Progreso, él y el Consejo quieren que Jayce lo diga este año, opinando sobre que los hexgates de Jayce han revolucionado la ciudad. Se pregunta si el chico tiene algo que pueda revelar en la ceremonia, y Jayce invita a Heimerdinger a su laboratorio más tarde para ver lo que él llama "el próximo capítulo de hextech".

En el festival del Día del Progreso, la Sra. Kiramman presenta a Jayce, su "famoso protegido", a un grupo de asistentes. Se excusa para bromear con Caitlyn, ahora vigilante, que custodia la tienda de campaña de su familia.

-¿Sigues evitándola? - preguntó Jayce

-Estoy trabajando-

-Ya veo. Es decir, hay muchos crímenes que frustrar fuera de la tienda de tu familia- comentó burlonamente Jayce.

-Solo puedo imaginar los favores que tuvo que pedir par que estuviera aquí- se quejó Caitlyn.

-Es tu culpa, en realidad- dijo Jayce -Por no tener una profesión más adecuada para tu estatus social- dijo con burla el hombre.

-Ella haría lo que fuera para evitar que mire el mundo real- comentó Caitlyn -Quiero ayudar... como lo hacia Kora- dijo la chica mirando al suelo, Jayce hace una mueca, mientras coloca una mano sobre el hombro de su amiga.

-Yo también la extraño-

En un muelle de dirigibles, los secuaces de Silco (dirigidos por Sevika) preparan un gran cargamento de brillo. Pero son atacados por Firelights, una pandilla de vigilantes enmascarados conocidos por sus hoverboards voladores.

Los Firelights someten a los secuaces usando granadas que aprisionan a su objetivo dentro de un caparazón de cristales de color ámbar. El líder de Firelight inicia un cronómetro y dice que los cristales solo se mantendrán durante cinco minutos. Estudiando detenidamente las grandes cantidades de brillo, el líder comenta que las operaciones de Silco se están expandiendo. Ordena que busquen más brillo debajo de la cubierta y que lo quemen todo.

Dos Firelights bajan de la cubierta y activan un cable trampa que bloquea la puerta detrás de ellos. Al ver un dibujo de un mono en la puerta, se dan cuenta de que cayeron en una trampa.

Los ojos heterocromáticos uno rosa intenso y el otro negro, observaron con aburrimiento a los dos invasores desde la oscuridad, la chica estaba sentada en una hamaca balanceándose levemente y llamando la atención de los otros dos por el leve ruido.

Ella sonrió cuando uno de los Firelights lanzo una véngala alumbrando y resaltando su mascara de esqueleto, haciendo que los dos invasores se asustaran, pero se mantuvieron firmes, la chica se rie entre dientes y salta hacia un costado hacia la oscuridad.

Los dos Firelights intentan seguirla, sin embargo, activan un dispositivo, haciendo que una muñeca se deslice entre los dos Firelights que coloca varias granadas en cada uno de sus cuerpos. Explotan, matando a los dos.

Jinx emerge a la cubierta y comienza a matar a los Firelights restantes. Uno de ellos se mueve para encender el brillo con una bengala, pero Jinx la agarra del brazo y la golpea con la pistola, quitándole la máscara. Revelando a una niña humana con cabello rosado, parecida a Vi, lo que provocó que Jinx se congelara por una repentina oleada de recuerdos traumáticos. En el estupor de Jinx, Firelight deja caer la bengala, encendiendo el brillo y se libera del agarre.