CAPITULO 5

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Apoyado en la puerta del establo, Gulf vio como Mew daba los toques finales al set de juegos de su sobrina, que había llegado el día anterior. Mew quería montarlo de manera que Mai tuviera algo que le fuera familiar cuando llegara por primera vez. Una sonrisa asomó en sus labios cuando Mew se tomó el tiempo para parar y jugar con Win, quien se encontraba en el porta-cuna. Mew había insistido en que lo dejaran afuera, dando tiempo a Gulf para que hiciera sus tareas en paz.

Las niñas de Jomkwan tenían la suerte de tener un tío como Mew en sus vidas, echándolas a perder. Fiel a su palabra, Mew le había pagado a Gulf junto con el resto de los trabajadores, así que, por primera vez en casi siete meses, tenía dinero en su billetera. Dejó a un lado la mayor parte de su paga y el resto, pasó a su hijo. Por alguna razón, Mew se ofendió cuando le ofreció dinero para la pensión y el alojamiento, por lo que Gulf había decidido hacer él la limpieza de la cocina y de la casa, también. Era muy bueno haciendo estas dos cosas, gracias al hecho de que su familia poseía una cadena de moteles en Tailandia.

Arrepentimiento corría a través de él, porque Mew mantenía su distancia desde la noche en que Gulf se había roto en sus brazos y lloró como un bebé. ¿Qué tan poco atractivo pudo haber estado con mocos y lágrimas no sólo manchando su cara sino también el pecho desnudo de Mew? No es de extrañar que el hombre estuviera poniendo un poco de distancia entre ellos. Mientras permanecía lo más lejos de Gulf que podía, Mew se acercaba a Win cada vez más. Tal vez debería de haber tomado la oferta del hombre para pagar su camino a casa.

Los peones eran bastante divertidos estando alrededor. Cinco de ellos eran agradables y simpáticos, pero Gun era otra cosa. Él era amigo de Off, y tomó cada oportunidad que tuvo para decirle algo sarcástico. Por lo general era cuando nadie más los oía, y era por lo general acerca de su sexualidad. Off le debía de haber dicho. Normalmente podía dejarlo de lado, pero hoy Gun estaba tratando de empujar todos sus botones, y no importaba lo duro que tratara de evitarlo, cada vez que se daba la vuelta, Gun estaba allí de pie mirándolo.

Hablando del diablo.

Gulf suspiró, no tenía por qué soportar esto ahora mismo.

No puedes mirar al jefe como lo haces. ¿Cómo crees que se sentiría sabiendo que has estado mirándolo como si quisieras tocarlo? —Escupió hacia los zapatos de Gulf—. No deberías estar aquí cuando aún no puedes vivir como un hombre de verdad.

Yo no estaba viendo a Mew. Estaba mirando a mi hijo. —¿Por qué Gun no podía sólo dejarlo en paz? Estaba cansado de tener que defenderse siempre. Tal vez sólo debería decirle a Mew y acabar de una vez por todas. ¿No le había dicho que le dijera si alguno de sus trabajadores le estaba causando problemas?

Off de hecho me dijo cómo siempre lo estabas mirando cuando vivías en la Espuela Dorada, siempre mirando con hambre en tus ojos, deseando que te jodiera. ¿No sabes que no puedes estar mirando a la gente así?

Gulf abrió la boca y dio un paso atrás ante el veneno en la voz de Gun. No era de extrañar que el hombre lo odiara, si Off estaba diciendo mentiras sobre él. —Nunca he mirado así a Off. ¡Él te mintió!

Apretando los puños, Gun se acercó más a él y Gulf retrocedió hasta que estuvo pegado contra la parte interior de la pared del granero. —Retira lo que dijiste. Off no me mintió

 Off no me mintió

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CUANDO LAS ALMAS COLISIONAN (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora