Capítulo Tercero: Una madrugada sin fin

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"El tiempo se lo lleva todo y al final sólo queda oscuridad. A veces encontramos a otros en esa oscuridad y otras veces los perdemos en ella". - Stephen King.

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Viernes, 03 de junio de 2022.

Durante la madrugada de aquel viernes de principios de junio, las montañas estaban teñidas de verde y amarillo, salpicadas por alguna que otra flor. Las frías playas del sur reflejaban únicamente una pequeña rodaja de la luna, como un particular adorno del vasto cielo limeño. Aquí y allá, las sombras iban disipándose y minuto a minuto adquirían tonalidades más claras y grises.

Tras el volante, Paolo Guerrero, tenía una mirada seria y preocupada al mismo tiempo. Se encontraba conduciendo hace aproximadamente veinte minutos, serpenteando calles y carreteras privadas para llegar lo más rápido posible a su destino.

En el asiento de al lado viajaba su sobrino Sergio, quien lo había despertado en plena madrugada, llorando y diciéndole que Renato se había comunicado con él para darle una noticia que hasta el momento no podía asimilar.

Yoshimar muerto.

No podía creerlo. Renato no había dado muchas explicaciones solamente le dijo que lo necesitaba, le había contado Sergio mientras el mayor se vestía apresuradamente. Suponía que el chico de rulos se encontraba en estado de shock. ¿Cómo aceptar que tu pareja estaba muerta? ¿Qué no habías podido hacer nada para salvarlo?

Él no podría superar algo así, por muy fuerte que pareciera; perder a alguien le parecía algo demasiado insoportable. Su corazón se encogió en su pecho al pensar en perder a su madre o a su sobrino, las personas que más le importaban, a las que amaba con todo su ser.

Intentando apartar esos pensamientos de su mente, una de sus manos se estiró para encender la radio del automóvil, pero en esta solamente se podía escuchar estática.

- ¿Pero qué...? - dijo confundido, ningún canal de radio funcionaba, todas las emisoras estaban en total silencio, y sin embargo, parecía que había algo escuchando atentamente.

- ¿Por qué la radio no funciona? - preguntó su sobrino mirándolo con un rastro de lágrimas aún sobre sus mejillas.

Paolo suspiró cansado, procediendo a apagar el aparato que parecía no querer funcionar. - No lo sé, debe estar averiado.

Aunque él no creyera del todo en su respuesta, no quería asustar al menor por algo que bien podría pasar. Ambos estaban bastante afectados por la muerte de Yoshi, y probablemente tenían algo de paranoia encima. Porque eso era ¿no? Paranoia.

De pronto, escuchó como su sobrino gritaba algo que no podía entender al mismo tiempo que señalaba algo al costado de la carretera. - ¡Había algo ahí! - exclamó con miedo, su rostro pálido como si hubiera visto un fantasma. Paolo no había visto nada extraño y siguió conduciendo, pero Sergio insistía en que había visto algo que no era precisamente un animal. - Te digo tío, eso no era un animal común, parecía un pájaro pero tenía patas de otra cosa, y era negro con manchas rojas.

- Estás imaginando cosas, Sergio. Esas cosas no existen. - Sentenció sin hacerle mucho caso, sus gritos lo habían alterado también a él, y no quería estar así mientras conducía. Avanzaron unos cuantos metros cuando su sobrino le golpeó el brazo mientras señalaba esta vez algo frente a ellos. Y sí, Paolo también lo había visto, porque tuvo que frenar de golpe para evitar golpear lo que sea que era esa cosa, ocasionando que ambos se sacudieran en sus asientos, por suerte ambos llevaban puesto el cinturón de seguridad.

🌑Shadows in the dark🌑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora