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UNA SEMANA DESPUÉS:

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UNA SEMANA DESPUÉS:

Siento recorrer el agua fría por mi cuerpo, después de lavarme el cabello empiezo a enjabonar mi cuerpo, tomar un baño después de haber estado haciendo un poco de ejercicio en el gimnasio de la casa, es realmente satisfactorio.

Durante la noche no pude conciliar el sueño, casi a la una de la madrugada me quedé dormido, pero eso fue durante muy poco tiempo, ya que a las cuatro volví a despertarme. Así que decidí adentrarme en el gimnasio, después de dar un recorrido por la casa, para asegurarme de que todo esté en orden. También pasé por la habitación de la señora Avha, tenía la intención de ingresar para fijarme que todo esté bien, sin embargo, no me atreví, ya que no quería que se despertará. Estos días estuvo muy ocupada con su trabajo, tanto en la oficina como en la casa. Al parecer tiene un caso pendiente y está estudiándolo a fondo.

No cruzamos muchas palabras en realidad, todo lo que sé de ella, es por lo que me dice mi jefe, quien diariamente se comunica conmigo para preguntarme por los movimientos de su esposa. A la vez que escucho lo que habla con el personal de servicio y una que otra persona en la oficina.

Después de unos minutos me encuentro listo, totalmente seco y cambiado con mi uniforme, el cual consta de un traje de color negro. Al salir del vestidor, me fijo la hora son casi las siete de la mañana, usualmente salimos a las ocho con camino a la oficina. Tengo tiempo de desayunar en la cocina antes que la señora lo haga, pensé que desayunaba en el comedor, sin embargo, no lo hace. Por ello trato de desayunar antes para no incomodarla mientras lo hago.

Mientras ella desayuna me encargo de esperarle con la camioneta lista para partir. Estos días hemos seguido la misma rutina.

—Buenos días. —saludo al llegar a la cocina.

—Jules, buen día. —responde Amelia, una de las chicas más jóvenes de servicio. — ¿Quieres que te prepare el desayuno? —cuestiona con una sonrisa en el rostro.

—Oh no, no. Gracias, pero puedo preparármelo yo mismo. —respondo negando rápidamente. Ella solo asiente ante mis palabras. Empiezo a servirme un poco de fruta picada y jugo de manzana. Dejo mis alimentos sobre la mesa, me siento y empiezo a comer, unos tacones resuenan cerca de la cocina, por inercia me fijo la hora y efectivamente, aún faltan veinte minutos para que la señora Avha baje a desayunar.

Ella ingresa a la cocina saludando a las personas.

—Buenos días, Jules. —saluda mientras se sienta al frente de mí.

—Buen día, señora. —contesto.

—Pensé que nunca desayunabas, como no te veía hacerlo, pero al parecer lo haces mucho antes que yo. —solo asiento. —Vale, entonces buen provecho. —finaliza señalando mi desayuno.

—Gracias.

Se encargan de prepararle su desayuno, ambos nos concentramos en comer, aunque sinceramente trato de terminar mucho antes de lo normal. Me pongo de pie, lavo los utensilios que utilicé y procedo a salir de la cocina. Al llegar a mi habitación, me cepillo los dientes y vuelvo a salir hacia el jardín. Recibo la llamada de Rómulo Vega.

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