Amor Bonus [1]

5- Reese's y orquídeas.

"...creo en las
vueltas que da
la vida."

Ariel Ruiz.

***
Aaron Taylor.

Decidimos dejar la fiesta en paz ese día porque ya habíamos tenido bastante.

Y... bueno, había besado a Daph.

Dios santo, ¡la había besado!

A ver, que solo fue un pico, pero yo ya pude apreciar su fragancia floral y sus labios sedosos, junto con...

¿Pero qué estaba diciendo? ¿Ahora era un romantico? NO, no, y no.

—¡BUENOS DÍIIIIIIAS! –alguien gritando y tocando la puerta había entrado en mi casa.

Y me parece que tenía el cabello castaño y le molaba mucho la fiesta.

—¡¿Pero qué coño haces tú en mi casa?! –dije abriendo la puerta de mi habitación.

—¿Pero cómo que qué hago? Pero si dormí aquí anoche –me explicó Dio.

—Eso a mi no me lo dijiste.

—Es que cuando entré ya estabas dormido, y no iba a despertarte.

Pero qué cojones.

—¿Y Sea? ¿La despertaste? –pregunté.

—¿Sea? –parecía algo nervioso... —. ¿Qué... Qué Sea?

—El que está en la playa, no te jode –dije irónicamente —. ¡Hablo de mi hermana, capullo!

—Eh, pues... –giró el cuello a un lado, buscando aire, y entonces se lo vi.

—¡¿QUÉ COÑO ES ESO, DYLAN?!

Este pegó un salto tremendo del susto.

—¡¿EL QUÉ?!

Señalé el chupetón que llevaba en el cuello.

—Menudo mosquito, ¿eh? ¡¿EH?! –le grité.

—¡Fue un capullo de la playa! –se defendió pero no me lo tragué.

Dylan siempre tiraba de los tíos cuando mentía en algo así. Más que nada porque solo se liaba con tíos cuando está conmigo, y ese dia yo a la fiesta no fui. Más adelante explicaré por qué hace eso, pero hay veces que siento que en algunos aspectos no siente tanta confianza conmigo...

—Como te lo haya hecho mi hermana... –empecé.

—¡¿QUÉ?! ¡¿TU HERMANA?! ¡¿PERO QUE DICES?! –se "ofendió" —. Pero si me da asco.

—¡Eh!

—¡Es verdad!

En ese momento, Sea salió de su habitación con el cabello rubio recogido en un moño alto y despeinado.

—Hey –saludó.

Dylan no la miró y yo solo le di un repaso de arriba a abajo, por si acaso.

Nada sospechoso.

Ella bajó a la cocina y pude oír como se preparaba el desayuno.

Me dirigí hacia Dylan de nuevo.

—Fuera –sentencié —. Ahora.

—Oye, tío, que tampoco molesto –le empecé a empujar hacia la salida —. ¿Sabías que he aprendido a hacer crepes con forma de pene? Lo vi en un tiktok de un señor gay de sesenta años y...

Le cerré la puerta en la cara.

—¿Ayer saliste? –le pregunté a mi hermana cuando entré a la cocina.