Once

1K 52 2
                                    

Volvieron al departamento pasado el mediodía y el encargado del edificio los ayudó manteniendo la puerta del ascensor abierta para que cargaran todas las bolsas e hicieran un solo viaje. Después de guardar las cosas de la heladera y freezer, Luna se puso a cocinar un wok de pollo y verduras para almorzar. Pato se quedó controlando la cocción mientras ella ordenaba el resto de las cosas. Lo turbó un poco ver que en la cocina tenía los fideos, arroz, harinas, cereales, galletitas y legumbres organizado en frascos rotulados, al igual que todos los condimentos, y los cajones y alacenas tenían contenedores para mantener todo ordenado.

—Sos demasiado estructurada. —Comentó cuando se sentaron a comer.

—¿Lo decís por cómo guardo las cosas? —Él asintió masticando el primer bocado y levantó el pulgar señalando el plato.

—Por eso y porque en toda tu casa no hay nada fuera de lugar, ni siquiera habiendo vuelto ayer de viaje.

—Sé que parezco una obsesiva del orden pero en realidad es por practicidad. Soy medio volada a veces y tener el espacio físico ordenado me ayuda a no perder las cosas ni perder tiempo buscándolas.

—¿Para todo en tu vida sos así de estructurada?

Ella no lo sabía pero esa pregunta en apariencia casual para él era mucho más determinante de lo que parecía. Levantó la vista del bocado que estaba por llevarse a la boca para estudiarlo.

—¿Tenés miedo que te pida una estructura para nuestro vínculo? —Patricio bajó la vista riendo, a veces se olvidaba que algo que lo atraía de ella era esa forma que tenía de leerlo que había demostrado desde el principio y su franqueza. Luna sonrió sabiendo que había dado en el clavo y siguió comiendo.— ¿Hice algo que te haga pensar que quiero que esto se ponga serio o estructurado?

—No, bombón, de hecho me da la impresión que yo estoy más atrás tuyo que vos mío.

—¿Y eso te acompleja? —Se burló.— ¿No te alcanza con los miles de pibas y pibes que seguro tenés atrás tuyo?

—Con ellos no cojo. —Antes que termine la frase ella soltó una carcajada un tanto irónica.

—Tampoco me mientas, chinito, no es necesario que me vendas humo.

Él rió disfrutando de la liviandad de la charla y la libertad de ser genuinos.

—No entiendo cómo podes ser tan estructurada para algunas cosas y así de relajada para otras.

—Bueno, la vida se trata de encontrar un equilibrio ¿no? —Asintió sonriendo en silencio porque estaba masticando.

—¿No te van las relaciones estructuradas? —Le preguntó después de tragar.— ¿Qué onda vos en ese sentido?

—Tuve un sólo novio, duramos cuatro años y ahora me doy cuenta que no era una relación muy sana. —Admitió cruzando los cubiertos en su plato vacío.

—¿Qué pasó?

—Acepté salir con él porque mis amigas me insistían con que no podía ser que teniendo diecisiete no me junte con pibes y todo eso.

—Pésima, pésima idea. —Comentó y ella consintió con una sonrisa cansina y un encogimiento de hombros.

—Era pendeja, insegura y me ganó la presión social. La cuestión es que salimos, tuve mi primera vez con él, me enamoré y nos pusimos de novios. Yo toda inocente y romántica caí en todos los clichés de la primera relación, presentación a las familias y todo. Él pretendía ser el centro de mi vida y yo sin darme cuenta terminé relegando todo menos la danza. —Pato rodó los ojos.— El problema llegó cuando me lesioné que empezaron sus "te lo dije" de que no podía dedicarme al baile. Yo estaba todo el tiempo de mal humor, fría y distante. No quería ver a nadie y mucho menos quería garchar, él se ponía insistidor cuando me visitaba y terminábamos peleando a los gritos a un nivel que intervenían mis viejos o mis hermanos para que se vaya. Obviamente me cagó con cuanta mina pudo en ese momento, yo no lo aguantaba más a él y terminó todo mal.

—¿Y por eso no quisiste otra relación después?

—Estaba tan en la mierda porque no podía seguir bailando que terminé yendo a terapia. La psicóloga me hizo dar cuenta que ese vínculo no estuvo bueno porque fue todo medio forzado por los mandatos y las estructuras en las que supuestamente había que encajar, así que ahora dejo que las cosas fluyan. Y como no me dieron ganas de ponerme de novia con ninguno de los pibes con los que estuve después, no volví a tener una relación con título y esas cosas.

—¿Conmigo tampoco?

—Con vos menos, Pato. —Él levantó las cejas y ella rió.— Me encanta coger con vos y el vínculo que tenemos pero no soy tan kamikaze como para ponerme de novia con vos que vivís la vida de un rockero fachero, talentoso y medio gato. —El que rió fue el.— Además no te imagino como un tipo de etiquetas y estructuras en cuanto a los vínculos.

—Creo que es la primera vez que tus prejuicios sobre mí son acertados. —Admitió divertido. Estaban hablando con cierta seriedad sobre lo que tenían ellos y, aunque sabían que encarando ese tema se jugaban un poco la situación, ambos se sentían cómodos.— A principio de año corté con la chica con la que estuve por varios años, pero nunca le dije noviazgo. Es cierto, no me gustan las etiquetas, siento que me limitan y me siento sofocado, por eso me gusta esto que tenemos.

—¿Porque no te rompo las pelotas y cogemos bien?

—Exactamente, bombón. —Confirmó guiñándole un ojo y ambos rieron. Luna se levantó y cambió su silla por las piernas de él, que la abrazó por la cintura.— Igual si fuera sólo por coger no estaría ahora acá, no nos estaríamos viendo hace más de dos meses y menos te habría esperado a que vuelvas del viaje. —Confesó.— Me gusta estar con vos.

—Ves que te hacés el malo y al final sos un tiernito. —Dijo antes de besarlo. Era su forma de decirle que a ella también le gustaba su compañía.

—¿Por qué le decís vínculo a esto?

—Nosotros no tenemos una relación en el sentido típico de la palabra porque nunca establecimos límites ni reglas que lo definan como tal. —Se quedó en silencio, como meditando algo.— Además siento que te va a dar fobia y un poco a mí también. —Ambos rieron porque era cierto.— ¿Vos cómo llamarías esto?

—¿Amigos que cogen? —Tanteó.— Igual qué paja ponerle una etiqueta si la estamos pasando bien así.

Por mil noches (Pato Sardelli)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora