Emma
La voz del señor Park me sacó de la excitación al igual que a Jimin. Nos quedamos mirando como si nos hubieran encontrado desnudos.
—abre la maldita puerta— susurró a dientes apretados, mientras compruebo que mi aspecto no está tan alborotado como mis nervios.
La carpeta que traía, yace en el suelo completamente abierta. Ni siquiera había notado que ya no la tenía conmigo. Mis manos tiemblan cuando con desesperación la cierro y vuelvo a levantarla.No confío en mi cuerpo. Siento que me delataré.
Jimin se peina el cabello y abre. Pasaron treinta segundos desde que mi jefe llamó hasta que ingreso y se quedó de pie en medio de la oficina.
Parecía consternado, incluso asustado de vernos juntos.—¿Qué sucede?— preguntó con miedo.
—acabamos de terminar nuestro primer día de trabajo juntos. Eso sucede.
Jimin comenta y agradezco que suene neutral. Hasta parece el mismo idiota de siempre.
Su padre asiente con un gesto de desconfianza y me señala la puerta. —Emma, hay algo que necesito hablar contigo— sigo su dedo. No miro a Jimin cuando salgo. A decir verdad, estoy más avergonzada que antes de entrar a esa oficina.
¿A caso me estoy volviendo loca? Debería tomarme en serio la idea de ver un psicólogo. Esto no es sano, ni normal.
Al llegar a la oficina de mi jefe, este da vueltas a mi alrededor como buscando la manera de iniciar la conversación.
—Señor— lo llamo. Parece despertar de sus pensamientos cuando me mira. —¿Está todo bien?
Suspira.
—creo que fue un error hacer que trabajes con jimin— paso saliva. Me aferro a la carpeta porque no confío en mis nervios. —Seré sincero contigo, tengo muchos motivos para querer que trabajes con jimin, pero la idea de hacerlo fue de tu padre.
Me tenso. Es la primera vez que mi padre interfiere en mi trabajo. No es propio de él.
—¿Por qué querría algo así?— quiero saber. Así que acomodo mi culo en el filo del escritorio indicándole que tiene toda mi atención.
—a mi hijo jamás le interesó trabajar aquí, ¿Sabías?— niego. —digamos que no hice una buena labor como padre. Siempre lo dejé hacer lo que quisiera confiando en que una vez que terminara sus estudios, vendría solo.
—¿no fue de este modo?— no sé qué preguntar. Estoy muy confundida al respecto. Él no da señales de a dónde quiere llegar con esto y el mal presentimiento en mi pecho crece con fuerza. Mi jefe no es de los que hable sobre temas tan privados con cualquiera y yo soy una. Seré su secretaria, casi socia, pero jamás tuvimos esta confianza. Eso solo demuestra lo terriblemente desesperado que está con la situación. Cómo si necesitara sacarlo para evitar explotar.
—se enamoró de una compañera en la universidad y se fue a vivir con ella a pesar de que con su madre estuvimos en contra. Toda su vida desde ahí, rondó en los caprichos de esa mujer. Su tiempo, su dinero, su vida entera se la entregó— mis ojos se abren con exageración. —por eso, pensaba en asociarme con tu padre para que seas tú quien se hiciera cargo de mi empresa.
—¿Yo qué?— parezco horrorizada.
—a él no le interesaba. No fue hasta el año pasado que esa mujer lo dejó que él aceptó hacerse cargo. Entonces los planes cambiaron.
Por favor... Que no diga que tengo que competir con jimin por el puesto. Este no me interesa, se lo daría en bandeja.
—sé que jimin puede ser algo vago. Está acostumbrado a que hagan todo por él, pero ha demostrado que puede con esto. Mejoró mucho desde la primera vez que vino.
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Un Idiota Encantador
FanficLa línea del odio al amor es tan delgada que a veces la cruzamos sin darnos cuenta.