Donde Ryohei quiere conquistar a una chica de su escuela, pero al fallar una y otra vez, recurre a la famosa cupido del instituto.
"Un mes? No necesito más, incluso puedo hacerlo en menos tiempo. Pero sabes que todo tiene un precio, cierto Hayashi...
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❛𝓘 𝓭𝓸𝓷'𝓽 𝔀𝓪𝓷𝓷𝓪 𝔂𝓸𝓾𝓻 𝓱𝓮𝓪𝓻𝓽❜
Después de aquella pequeña escena de indignación por parte de los dos jóvenes; Hayashi volvió a tomar asiento.
—Un trato? Quieres quitarme un órgano cierto? —Preguntó PehYan a la defensiva.
—¡¿Qué?! No! Para qué querría yo tus órganos? —Respondió asqueada la muchacha.
—Porque pareces de esas que se comen los órganos de los demás a cambio de ayuda, ya sé! Cómo una bruja.
—Es broma, cierto? Acaso no ves mi hermoso salón decorado con dulces y demás? Qué tiene que ver con que me coma los órganos de mis clientes?
Sin notarlo, los adolescentes habían cambiado completamente de tema, habían olvidado el "trato" que querían hacer, los demás presentes sólo se miraban entre sí; su líder jamás había hablado tanto con alguno de sus clientes, menos con un hombre.
Las horas del club habían terminado y debían ir a casa, pero al parecer ninguno de los dos daba fin a su plática.
—Y entonces cuando quise bajar del árbol, me di cuenta que mi pie ya no salía, dije; "Noooo, la gente pensará que soy algún simio viviendo en el árbol del parque" fue entonces cuando mikey, el chico del que te hablé, vino a salvarme junto a Draken, el otro chico. —Contaba sonriente el pandillero. No sabía cómo había llegado a contarle de la vez que su pie casi se fusiona con un árbol.
La rubia cupido soltaba carcajadas, aquel chico era demasiado ocurrente y curioso, hasta la fecha no tenía memoria de haber podido hablar tan bien con un chico pandillero, le encantaba. Definitivamente este sería uno de sus clientes favoritos.
—Presidenta, ya tenemos que irnos. —Intervino la gyaru.
—Qué?! Tan pronto llegó la hora de ir a casa? —Protestó cupido.
—Oh, pero ni si quiera pudimos hablar del trato que querías hacerme, _____. —Mencionó peh.
—Hablemos de esto de camino a casa, acompáñame —Respondió la chica tomando su bolso y guardando sus cosas.
Solo guardó su juego de cartas y la caja negra que anteriormente le había dejado un chico antes de atender al rubio.
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—No ayudas a tus amigas a guardar las cosas del salón? —Preguntó Peh mientras caminaba tranquilamrnte en la larga y solitaria calle junto a la muchacha.
—Hmm? No, ellas hacen todo. —Respondió la rubia mirando al cielo.
Al pandillero le parecía raro que _____ simplemente se despidió de sus ayudantes y se fue sin dar rastro de ayuda, habían demasiadas cosas por todos lados, y a lo mucho solo eran 3 chicas y 2 hombres los que ayudaban por ahí, sí, eran varios, pero le pareció de mal gusto que la cupido no cooperara a limpiar.
