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Luego de pasar una semana y media de diversión con Hoseok, JungKook y las chicas, tuvimos que volver porque JungKook debía trabajar y su padre necesitaba de su ayuda mientras viajaba al otro lado del mundo.

Nos encontrábamos en el avión, JungKook estaba viendo una película mientras por momentos cerraba sus ojos y los abría de golpe. Yo, por mi parte, estaba a su lado, leyendo una revista sobre chismes de famosos, nada interesante.

JungKook estiró una pierna y me pateó haciendo que me sobresaltara y la revista cayera al suelo, maldije por lo bajo y me agaché a tomar la revista.

–¿No tienes sueño?-preguntó bostezando. Negué con la cabeza y tomé de mi jugo de manzana.–¿Ni un poco?– insistió, apagando el pequeño televisor frente a nosotros.

–Anoche pude dormir como Dios manda.– sonreí, volví a tomar del jugo.– ¿Tú no?

–Convengamos que dormir en ese sillón nunca fue lo más cómodo–se quejó mientras se acomodaba sobre el asiento– Convídame.– estiró su mano.

–No, búscate el tuyo.– saqué el vaso de su alcance.

–¡Que mala persona!–bufó de mala gana.–Quiero jugo.–se quejó. Le di el vaso y me sonrió antes de tomarlo.– Retiro lo dicho.– tomó del vaso, dejándolo completamente vació. Me lo devolvió.

–Hey Jeon– miré que el contenido del vaso, ya no estaba.–Ahora me buscas uno.

–No queda nada para aterrizar.– se acomodó mientras me daba la espalda.

–Quiero un jugo.– insistí.

–Pídele a Lucy.

–A bien, ahora le dices Lucy.–Volteó y me miró.

–¿Celosa?

–¿Qué crees?

–Pensé que no te gustaba ni un poquito.– entrecerró los ojos sonriente.–¿Ves? Te dije que nadie se resiste a mi, soy una bomba sexual.–sonrió.

–Que este celosa no significa que me gustes tú.– arqueé una ceja.– Aparte, cuido lo que es mío y tú serás mi esposo y no dejare que me engañes.–me crucé de brazos.

–¿Y también soy tuyo?

–Basta JungKook– lo miré enojada.

Si bien nos llevábamos mejor, las peleas eran muy comunes día a día. Podíamos pasar momentos muy lindos juntos, mientras que cuando uno miraba a otra persona, el otro ya se fastidiaba y se iba todo por la borda. JungKook, quien siempre quería tener la razón, me hacía casi vendarme los ojos cuando íbamos a la playa, y yo, que según él, siempre quería tener la razón, no podía decirle que dejara de mirar a las chicas, porque comenzaba con sus juegos de preguntas sobre mis celos hacia sus actos.

–JungKook, vamos a aterrizar.– habló la castaña cuando se colocó frente a él.–Le sugiero que se ponga el cinturón de seguridad.– esa era Lucy, la castaña que de seguro traía loco a JungKook. Eso me ponía de los pelos.

–Claro y que a mi me parta un rayo.–bufé enojada. JungKook rió.

–Oh, a usted también.– sonrió. Falsa, estúpida, castaña hueca.

–Si, si, comprendimos, puedes retirarte y dejar de tirarte a mi novio con la mirada.– me abroché el cinturón de seguridad. JungKook volvió a reír y la castaña se retiró con cara de perro.

–Eso fue descortés.– comentó.

–Lo descortés me lo paso por ya sabes donde.– sonreí de mala gana. Rió.–Oh, ¿estás risueño Jeon?

 THE BEAST |jjk✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora