2: I kinda liked a girl I knew

125 17 2
                                    

Me gustaba una chica que conocía

Las enfermeras hacían todo lo posible para contener la ira del héroe profesional, no dejaba de gritar y recriminar al personal por haberle llevado hasta allí, él aseguraba haber estado en otro sitio al despertar, pero tan pronto como se volvió a dormir, se hallaba en aquella camilla. Nadie del personal entendía a lo que se refería, todo lo que sabían era lo que les habían informado otros héroes: Dynamight había salvado la vida de al menos 15 periodistas al lanzarlos fuera del peligro para después ser enterrado vivo por un edificio que se derrumbaba consecuencia de una explosión en los pisos intermedios, tiempo después, héroes como Deku, Uravity y Shoto habían llegado para auxiliar a su compañero, fueron ellos quienes le habían llevado hasta el hospital.

Bakugo fue visitado por diversos héroes y personas que fueron testigos de los hechos, todos daban la misma información, el héroe había sido llevado directamente al hospital, ninguno de ellos recordaba haber visto a Red Riot en la escena, mucho menos en la ciudad. Los días pasaron tortuosos, el cenizo era incapaz de dormir debido a la enorme frustración que sentía por culpa de ese sueño hiperrealista, sus heridas comenzaban a sanar de a poco, tenía una pierna rota y los médicos le aseguraron que tardaría un par de meses en estar completamente recuperado, se sentía todo menos un héroe, no había podido hacer algo tan simple como prever la posición de aquella bomba, y aunque los noticieros le idolatraban y lanzaban sus mejores deseos a su recuperación, él no podía evitar maldecirlos entre dientes.

Un día simplemente lo miró en las noticias, salvando vidas en una ciudad vecina, defendiendo a personas inocentes con la enorme sonrisa que siempre le caracterizó, poniendo en alto el nombre de Yuei, lo que no se esperaba era verlo comprometiéndose con la chica de cabellos rosados que algún día también fue su compañera de clase; lanzó el control remoto directo al televisor estrellando la pantalla, más tarde mandaría a pagar el daño. Con la cabeza llena de tantas emociones, se dejó administrar algunas pastillas para dormir, según el doctor era necesario que descansara, por lo que le había pedido que siguiese un tratamiento en caso de padecer insomnio; sin pensarlo demasiado, tomó las píldoras y las metió en su boca esperando ser arrastrado a un lugar mejor.

– ... Entonces me preguntó si saldría con ella el Domingo, y aunque sé que tengo planes contigo, me gustaría saber si podemos posponerlos... – se encontraba caminando entre los pasillos de Yuei con la mochila en su hombro derecho mientras que, a su izquierda, el pelirrojo no dejaba de hablar de una posible cita con la Ojos de Mapache

– Ya te dije que no, conseguí esas entradas sólo para esa noche, no puedo devolverlas – su respuesta fue automática, se sentía extraño, no se había dado el tiempo de identificar el entorno en el que estaba, pero igual se sentía molesto al recordar la conversación

– Ya veo... – el chico parecía meditabundo al respecto – Entonces le diré que no puedo, aunque me sorprende que últimamente estás más animado para salir – mencionó aquello con cierto nerviosismo mientras rascaba su nuca de forma inconsciente, el contrario simplemente chasqueó la lengua y tomó la corbata del pelirrojo arrojándolo dentro de uno de los salones ya vacíos del instituto

– Si te dijera que lo hago solo para pasar tiempo contigo, ¿qué dirías? – su mirada estaba encendida, podía ver llamas a través de ella mientras le acorralaba contra la pared que daba al pizarrón, no le había soltado y podía sentir su voz un tanto molesta por lo que había comentado, era como ver directo a una bestia a punto de tragarse a su presa

– Diría que... – la mirada penetrante de su acompañante le estaba volviendo loco, ¿desde cuando se sentía tan excitado por mirarlo tan amenazante?, sin esperar demasiado después de soltar aquellas dos simples palabras, se acercó lo suficiente como para posar castamente sus labios sobre los contrarios, de forma torpe y nerviosa, apenas rozándolos unos con otros – Me gustaría que lo hiciéramos más a menudo – aquello había sacado de sí al cenizo, pero no pudo evitar esbozar una pequeña risa que no pasó desapercibida por el de dientes afilados – ¿Q-Qué? – ahora el color de su rostro era apenas comparable con el de su cabello

– ¿A eso llamas un beso? – el contrario simplemente sonrió nervioso y apartó la vista mientras se mordía el labio levemente, pronto sintió su ropa ser liberada del agarre contundente del menor, y en su lugar, una cálida mano se posó sobre su mejilla obligándolo a mirarle de nuevo, allí estaban, esos ojos rubí que le hacían sonreír como idiota cada que se los topaba, poco a poco el espacio entre ellos se fue disminuyendo hasta volverse extremadamente escaso, sus respiraciones conjuntas aumentaban el calor existente entre sus rostros, y finalmente, con el sonido del timbre que anunciaba el final de las clases, sus labios chocaron unos con otros, más profundo y suave, con movimientos torpes pero concisos – Me gustas – soltó una vez que se separaron

– A mi también... – el pelirrojo acarició la mejilla pálida de su acompañante y nuevamente se acercó a besarlo tiernamente, cerrando los ojos para disfrutar aún más del contacto, del calor y de la belleza de ser abrazado por la única persona que podría desear en esos momentos

– Quédate conmigo – susurró tranquilamente mientras se dejaba inundar del aroma tan particular del pelirrojo, manteniendo aún sus ojos cerrados para poder apreciarlo más claramente, y de forma lenta y tortuosa, eluniverso a su alrededor comenzó a desaparecer hasta dejarlo nuevamente en la oscuridad de sus pensamientos

FairytaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora