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Todo había sido más tranquilo después de salir de la cita, aunque a Lisa le costaba aún expresar sus emociones, el psicólogo no la presionaba para hablar como lo habían hechos otros.

Caminaba junto a su madre de regreso a casa, sus pensamientos seguían jugando con ella pero trataba de enfocarse y leer los cárteles que encontraba en su camino.

Sentía calambres en las manos y en su pecho, no podía evitar sentirse nerviosa, era parte de su ansiedad. Su miraba siempre era baja y trataba de no cruzar miradas con nadie, sentía que todas las miradas estaban sobre ella aunque no fuera así.

_Hey - Lisa reconoció aquella voz, en lugar de alegrarse, solo sintió más nerviosismo - hola, amor - Miyeon se acercó hasta quedar de frente.

Lisa miró a los lados con temor, era mucha gente a su alrededor, ahora con la presencia de su novia, comenzaba a perder el control de su tranquilidad, no quería sentirse mal frente a ellos, no quería a todos esos ojos mirándola.

_Lo siento - Lisa pasó por su lado y siguió su camino a paso apresurado, Miyeon la miró sin entender y quiso seguirla, pero solo se detuvo al ver el gesto negando de la madre de Lisa.

Al llegar a casa, la pelinegra ingresó corriendo y volvió a encerrarse en su habitación, se recostó en la cama y trató de cubrirse con las sábanas por completo, se decía cobarde una y otra vez. ¿Por qué la ignoró así? Se supone que es su novia.

_Lisa - su madre llamó tras la puerta.

_Quiero estar sola - la mayor escuchó su voz quebrarse.

_Está bien, cariño. Solo recuerda esto, no es tu culpa, ¿De acuerdo? Esto jamás va a ser tu culpa.

Las horas pasaron y Lisa no había bajado a comer, seguía encerrada como lo hacía todos los días, solo pasaba el tiempo viendo alguna clase de vídeo que lograra distraerla.

"¿Por qué me ignoraste en la calle?"

Fue el mensaje que apareció en sus mensajes, Lisa suspiró y entró al chat, Miyeon seguía escribiendo.

"Te fuiste como si me tuvieras miedo"

"Lo siento" respondió Lisa.

"Es que siempre dices que lo sientes, ¿Hasta cuándo va a ser así? ¿Ya no te gusto?"

"No es eso, yo te amo, en serio lo hago. Perdón por lo de esta tarde, solo me sentí nerviosa y quise irme"

"Lisa, entiendo que tengas ansiedad pero ¿Dejarme así? Todos se me quedaron viendo"

"No volverá a pasar, ya estoy yendo al psicólogo y si sigo así pronto podré salir sin sentir miedo, al menos sabré controlarlo"

"Lisa, mira, esto no puedo seguir así, en verdad lo siento por esto"

"¿A qué te refieres?"

El corazón de Lisa comenzó a golpear con fuerza, los malos pensamientos volvían a invadir su cabeza.

"Ambas sabíamos que esto no iba a funcionar, somos muy diferentes, siempre discutimos"

"¿Discutimos?" Sus lágrimas comenzaron a caer. "Tú y yo casi ni hemos discutido en toda nuestra relación, en estos nueve meses solo fueron tres veces y lo arreglamos hablando, tenemos buena comunicación, ¿No es así?"

"No hagas esto más difícil, ¿Está bien?"

"Es que no entiendo, ¿Por qué terminar de repente? ¿Hice algo mal? ¿Dije algo que no te gustó?"

"Ya, Lisa. Nuestra relación no iba a funcionar"

"Pero al menos dime el porqué, no entiendo, estabamos bien"

"Ya te dije, peleamos mucho"

"Eso no es cierto, parece que solo buscas una escusa"

"¿Ya ves? Eres muy sensible para poder hablar y exageras todo"

Lisa comenzaba a frustrarse, sus pensamientos la atacaban y el no saber la razón solo causaba más dolor en ella.

"¿Sabes qué? Jodete"

Esto hizo enfurecer a Miyeon.

"Yo no me voy a joder, es más que seguro que quien se va a joder va a ser otra. Yo estudio, ¿Tú qué haces? Solo paras en casa y ni trabajas"

Le había dado en dónde más le duele a Lisa, el golpe fue tan bajo para ella que sus nervios comenzaron a aparecer.

De pronto volvió a sentir náuseas, pero trataba de controlarse, su cuerpo estaba empezando a temblar.

"¿Por qué me estás tratando así?"

"Yo no estoy haciendo nada, fuiste tú quien empezó, y ya me cansé, yo quería que fueramos buenas amigas pero por lo sensible que eres, no se puede"

"¿Qué te pasa?"

"A mí nada, solo que por fin me libré de tí. Adiós. Ah, y cuidado si tienes un novio, no te vaya a dejar llena"

"¿Qué demonios estás hablando, Miyeon?"

La pelimarrón no volvió a contestar.

Lisa miró la pantalla, no entendía nada, estaba muy confundida y dolida. Cerró los ojos y las lágrimas resbalazon por sus mejillas, su cuerpo seguía temblando por los nervios tan fuertes, que comenzó a faltarle el aire nuevamente.

Un escalofrío recorrió su cuerpo y comenzó a marearse, estaba teniendo un ataque de ansiedad por las emociones fuertes que estaba sintiendo.

No llamó a su madre, solo se quedó echada en su cama y trataba de aguantar por su cuenta, sus latidos iban demasiado rápidos y el oxígeno tardaba en llegar, apretó las sábanas con sus manos y cerró los ojos para no gritar del temor que estaba sintiendo.

Comenzaba a echarse nuevamente la culpa, seguro terminó con ella porque no era alguien normal, o tal vez fue porque no era lo suficiente para alguien tan perfecta como lo era ella. 

****

_Jennie, ¿Qué haces afuera? - Rosé llegaba a su lado, su prima estaba sentada en un tronco de su jardín mientras fumaba.

_Tus amigos son unos cavernícolas - respondió seriamente, era de noche y solo la luna alumbraba con su fuerte brillo.

_¿Cavernícolas? - rió - solo tratan de divertiste.

_Vaya idea de diversión que tienen - tomaba su botella de alcohol personal.

_Vamos, Jennie. Tú estás fumando y bebiendo, ¿Cuál es la diferencia? - se sentó a su lado.

_Solo hay que mirarlos - ambas giraron a ver por la ventana.

Muchos estaban sin polo y tirándose alcohol en la cabeza, se comían la boca y tenían rastros de polvo blanco en la nariz, no dejaban de gritar y tirarse cosas mientras reían.

_Bueno, pero no están haciendo nada malo - Rosé regresó su mirada a ella - además no todos mis amigos son así.

_No te creo - rió - eres la más fiestera que conozco, no te imagino con alguien menos cavernícola que ellos.

_Ah, para que veas que sí la tengo, solo a una - rieron por solo ser uno - se llama Lisa, no sale a fiestas y siempre para en casa.

_¿Es religiosa? - preguntó mientras volvía a fumar.

_En realidad no, tiene un problema pero no está en mí contarlo.

_Como sea - se puso de pie - ya tengo que irme. ¿Me das las llaves? - Rosé le entregó las llaves de su casa, ahora se encontraban en casa de un amigo por su cumpleaños, Jennie solo la había acompañado - procura llegar temprano.

_Está bien - respondió mientras la veía irse.

Una hermosa mentira Donde viven las historias. Descúbrelo ahora