Capítulo 34

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Yoongi:




Maldigo nuevamente en mi cabeza tratando de mantener la calma. No puedo creer que en serio acabo de romper el maldito contrato y decirle a Jimin en la cara que puede irse tranquilo, que yo corto con esto aquí y ahora. Él está en blanco, no sabe ni qué decir. Ni yo tampoco.

— Te veo después. — Es lo único que alcanzo a decir después de aquel largo silencio donde él no deja de observarme. — No dejes que se infecte la herida.

Jimin traga duro, realmente lo he dejado frío. Dejo el bisturí en el escritorio junto lo que queda del contrato y me alejo. Estoy en un jodido problema, me he adelantado más de lo que debería. No debía decirle eso hasta los seis meses y prácticamente me he adelantado cinco. Deberé tomar medidas drásticas si quiero remediar el jodido error que he cometido.

Salgo finalmente del cuarto cerrando la puerta detrás de mí y comienzo a bajar las escaleras. Agarro las llaves de la casa y salgo corriendo hasta el estacionamiento rogando para que todo siga tal y como lo dejé. El garaje se abre y me introduzco rápidamente prendiendo la luz. Bien. Me he salvado. Agarro las llaves y me dirijo a la moto aparcada en la esquina.

Es de Taehyung pero él no se encuentra acá y no ando en condiciones para marcarle y pedirle permiso. ¿Lo quiero? Lo agarro. Así de simple.

Meto la llave para prenderla, asegurándome que tiene suficiente gasolina. Cojo el casco que se encuentra al lado y lo amarro antes de montarme en ella haciéndola rugir. Salgo del estacionamiento, las puertas cerrándose detrás de mí. Me detengo para levantar la vista a la casa y después de maldecir de nuevo, conduzco a toda velocidad por la carretera.

Agradezco que el clima sea cálido porque en otras circunstancias ya me hubiera congelado. Me aferro bien a la moto y la hago rugir antes de ir más rápido, sintiendo el viento colarse por mi ropa agradablemente. No me interesa rebasar los límites de velocidad, resulta excitante conducir a toda rapidez colina abajo.

Doy un par de vueltas antes de llegar a los inicios de la ciudad Californiana. Allí bajo un poco la velocidad y espero a que el semáforo de al siga. Arranco apenas la luz cambia y zigzagueo entre los coches esperando llegar lo más rápido posible a mi destino. Me detengo cerca de la avenida principal, tres cuadras a la derecha. Dejo la moto aparcada y me saco el casco mientras ingreso al restaurante/bar que está abierto. Deben ser poco más de las ocho de la noche, así que estoy a tiempo.

— Necesito ver a Forcraft. — Es lo primero que digo a la señorita en la entrada. — Dígale que Min necesitaba hablar con él con urgencia.

La señorita me observa de pies a cabeza antes de asentir, alejándose e introduciéndose en una puerta detrás del bar. Observo el entorno unos momentos esperando con paciencia. La señorita sale unos minutos después y me hace una seña para que la siga.

La sigo hasta la puerta. Allí ella se inclina y regresa hacia donde estaba. Empujo la puerta ingresando a una oficina bastante amplia y bien decorada. Luz suave, muebles caros, decoración mayormente color rojo y café. Un chico me espera con los pies sobre la mesa y un fajo de billetes a la mano.

— Yoongi. — Me llama sonriente, me acerco lentamente a él. — Qué milagro verte por acá.

— Anthony Forcraft. — Me acerco lentamente hacia él. — Ha pasado un rato.

— Eso creo. — Él sonríe. — ¿Unos dos años?

— Probablemente. — Me siento frente a él. — Luces bien. — Él asiente dejando caer unos mechones de cabello castaño claro sobre su rostro.

INNOCENT - yoonmin [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora