Todos los maté por ti

10

[Samantha]

Bobert y yo íbamos por el parque, estaba pensando en esta mañana, en como sus ojos se cruzaban con los míos. Como se puso nervioso al mirar su cajón, pero supongo que es normal, no querría que viera si ropa interior o algo así.

Alguien me detuvo y me sacó de mis pensamientos poniendo una mano sobre mi hombro, cuando me di la vuelta vi esos ojos verdes que me gustaban desde el primer curso, y que ahora, no sabía que pensar de su dueño.
-Joseph... ¿Que quieres?
-Solo quería decirte que te dije que Ethan es una mala influencia, no deberías estar con ese tipo, solo terminará jodiendote. -Se cruzó de brazos mientras me observaba, parece que justamente ese tipo no tenía ni una pizca de cerebro, ni empatia.
-Jodete Joseph, mi hermano está muerto, lo han asesinado, y tú solo te preocupas en tenerme a tus pies. -Eso me molestó mucho, que pensara en nuestra "relación" con todo lo que estaba pasando a mi alrededor.
-¿T-tu hermano ha muerto? Perdón... No lo sabía, de verdad... Supongo que puedes hablar conmigo de eso sí gustas aunque creo... –Trataba de enmendar su error, pero parece que él seguía viéndome con la misma cara de siempre, como si yo fuera una estúpida. No quería ni verle. -Seguramente que el no se lo merecía... No lo conocí para nada. -Parece que seguía tocando fibras sensibles, no sabía lo complicado que era de ayudar a una persona, nunca lo ha sabido,  más cuando hay veces que simplemente no le importan, se quedó rascando su nuca con algo de incomodidad. Nunca había sido empatico, no tengo ni idea de porqué llegó a gustarme. -Enmmm...
-No te preocupes, sé que realmente no te gusto, no tienes que decirme nada, vi que te besaste con Cinthya ayer, felicidades... -Evité el contacto visual y me di la vuelta para seguir paseando.
Al escuchar eso puso mala cara, como si una pequeña punzada fuera enterrada en su pecho gruñiendo ligeramente comencé a caminar hacia mi con más velocidad para finalmente tomar mi muñeca, parece que mi perro le empezó a gruñir.
-Samantha, ¿Crees que no sé todo lo que debes estar haciendo con ese tipo? ¿Querías que me quedara esperándote como un perrito faldero. –Mantenía tomada mi muñeca mientras lentamente empezaba a deshacer el agarre, también trataba de ignorar el hecho de lo que pasó en el estadio, después del partido. Pero esto ya me estaba tocando los cojones, y eso que no tengo.
-No me he follado a Ethan, ni él a mí, sigo virgen si es lo que querías oir, no he chupado una polla en mi vida y no me han comido el coño nunca, ¿contento?
-Si, bastante, ¿Y con quién te gustaría perderla? –Se acercó más a mi aunque ahora Bobert empezó a ladrar entre gruñidos mientras colocaba suavemente suz manos en mis hombros y empezaba a masajear con mucha lentitud y tranquilidad.

Ethan

Fue el primero en el que pensé y su nombre apareció en mi mente a la mínima.
-Tengo varios candidatos, pero tu, no estás entre ellos... No después de besarte con mi amiga... -Le aparté de mi cuerpo.
-¡Solo fue un puto beso! Venga,¿De verdad vamos a arruinar todo el tiempo que hemos llevado juntos? -Quería alejarme de allí. Casi coge mi muñeca de nuevo, pero esta vez mi perro parece que estaba dispuesto a morderle, casi se abalanza sobre él de no ser por la correa que dió un leve tirón en mi hombro. –Tch... Mira, ni siquiera tiene que haber amor, sabes lo que te conviene, sabes que estarás mucho mejor a mi lado. –Este chico ya me estaba teniendo harta, era él más jodidamente idiota que había conocido nunca. Estaba cabreada, muy cabreada. -Si me dejas ser tu primera vez sabes que te lo haré mejor que ese tipo, no vas a volver a querer ninguna otra cosa.
-No vuelvas a decirme lo que es bueno o no para mí, porque tú no lo eres, solo buscas tu beneficio, buscas que todas estemos a tus pies, pues sabes que, yo no voy a estar nunca a tus pies. -Rodé los ojos y tiré de la correa para que Bobert no atacara a Joseph.
-Que estrecha eres... ¿Sabes? Los rumores que empiezan a circular por la escuela... Dicen que eres muy buena en los baños del colegio, no te lo quería decir pero esa fue la razón por la que te besé. –Entregandome una sonrisa de superioridad, se dio la vuelta y se fue del lugar, sabía que ese chico jamás de los jamases se rendirá igual que yo jamás abriré mis piernas pero... Oír esos rumores, fue doloroso. Al final seguí mi camino a mi casa esperando a que aquel tema quedará así, ya encontraría una forma más sencilla de conseguir lo que quiero.
Me quedé asqueada con lo que me dijo, sentí que el poco cariño que le tenía a mi primer amor de secundaria me dejaba por completo. Cuando volví a mi casa del paseo solo me quedé allí, encerrada, pensando en quien abría iniciado ese rumor.