𝐁𝐄𝐀𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 ◞◞ nyx archeron.

𝟬𝟮. Nyx.

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𝐁𝐄𝐀𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓
el cuento de la princesa.

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La mañana de un día nublado se asomó por la ventana, invitándolo a destaparse de su letargo sueño junto a los dos golpes en la puerta casi demolida por Cassian, le dieron entender a Nyx Archeron que era su horario matutino en el cual debía sonreír a todo el mudo, olvidar sus pesadillas, y por sobre todo, ignorar la voz de sus sueños que le dedicaba susurros de la mayoría de las cosas que habían ocurrido en Velaris. 

"Dulce sol, dulce sol". Tarareo  intentando mantener la calma, no funcionó. 

──Si padre ve que estoy como un vagabundo, no quiero pensar en el castigo ──se dijo asimismo en lo que colocaba su ropa en los cajones correspondientes.

En el suelo, el joven ilyrio solo pudo admirar las manchas de pintura azul que habían sobrado de su última obra de arte, a la cual esperaba terminar sin costos adicionales, entre ellos, las veces contadas en las que su madre rebuscaba por su cuarto aquel pintoresco cuadro causante de las manchas en la alfombra que su papá tanto se había esmerado en encontrarle como regalo.

Ahora se veía más bonita. 

Por más que quisiera deleitarse en pintar delante de su ventana toda la noche como venía haciendo estas últimas semanas, tenía que poner la mejor cara de todas para seguir con los entrenamientos de control mental que su padre, Rhysand, un daemati con la suficiente experiencia para patearle el cerebro de distintas formas, entre ellas, su favorita, le hiciera un favor llamado "cargo de conciencia". 

¿Cuál? La respuesta no es algo que pueda responder ahora, sin embargo, tendría que retroceder en un momento exacto en el que mi fatídico don decidió congelarlo en la pared con alguna especie de oscuridad cristalina similar al hielo. Rhysand había quedado convertido en estatua por semanas hasta que Amren logró liberarlo, sin duda, recibí un enorme castigo aunque no fue mi culpa. Luego venían las lecciones mentales, por lo que aún recordando, solo puedo decir que entrar y salir de la mente de Azriel me provocó una descompostura fatal. Quizás estaba defectuoso, o mi padre era demasiado severo. 

Una de las dos podría ser, sin embargo, creo que es porque mis poderes se salen de control, dependiendo totalmente de mi juicio. 

Escuchando unas voces por los pasillos, decido tomar caminos diferentes para llegar a la cocina más rápido, preparar una infusión de flores de Tilo e irme de nuevo a mi habitación, aunque fuera una completa estupidez volver a evitar a todos mis familiares. Era extraño los momentos en donde solía estar solo, cuidando a escondidas de mi madre, o simplemente huir de las sombras cuenta chismes del tío. Afortunadamente, al parecer ni los sirvientes cruzaban por la cocina a estas horas, además con la prohibición de no entrar a mi cuarto, a de suponer que tenían mejores lugares donde estar. 

Las infusiones con flores se habían vuelto parte de mi existencia, desde haberlas aprendido en mi escapada a la Corte de la Primavera para hablar con una sacerdotisa que andaba por esos rumbos, incluso se ofreció a enseñarme sobre medicina u otras cosas, se lo agradecí antes de haberle perdido el rostro. Aunque papá no estaba enterado de nada. 

Mi mirada se fijó en el vapor que se generaba en aquella tetera de cerámica que fue un regalo para mamá, aunque sus conocimientos en la cocina fueran nulos. Tomé la primera taza, coloque el colador para verter el té, echarle gotas de jugo de limón, y una cucharada de miel para endulzar su preparación. Infusión terminada.

Nyx observaba con atención aquel líquido caliente, tomó asiento en uno de los taburetes principales de la mesa que se encontraba en la cocina, tomando una respiración profunda, dejó que el contenido se vertiese en su boca disfrutando de ese agudo sabor que alteraba sus sentidos como un calmante potente, solo que este los reforzaba con más fuerza que una medicina normal. No era como las drogas que llegaban a manos de otros seres que parecían querer arruinar su vida, sin embargo, era una buena opción para calmar una garganta irritada de tanto gritar. 

Unos pasos habían calmado su presencia, desconocía totalmente quien era, sin embargo, su voz era el típico ronroneo que le provocaba un tic en el ojo izquierdo. ¿Quién más en su casa tenía problemas con sus necesidades básicas? Caldero, dame paciencia. 

──Aquí estás.

Nyx alzó una ceja hacia su padre, cerró los ojos ignorándolo. 

── ¿Dónde más? ──contestó rudamente ──. En esta casa no hay silencio, todos se la pasan, ¿cómo lo llama ustedes? Ah si, "haciendo el amor como conejos". 

Su padre le dio una mirada severa.

──No es que me incumba, pero coger todo lo tiempo trae arrugas a esa zona.

── ¡Nyx! ──le reprendió su padre.

── ¿Qué? ──él azabache lo miró con incredulidad ──. Tú dijiste que podía hablar contigo sobre el sexo, bueno, te estoy dando mi opinión. 

Rhysand suspiró profundamente al verlo. Nyx estaba seguro de lo que venía a preguntar era porque no iba a desayunar con ellos, la respuesta era la de siempre, un simple no. 

──Nyx, tu madre pregunta por ti.

──Pues dile que estoy bien.

──No voy a mentirle ──aseguró.

──Tampoco es una mentira.

──Nyx, si algo te molesta, debes compartirlo con...

── ¿Con todos ustedes? ¿Para qué? ──lo miró de reojo ──. ¿Para escuchar a Amren decir lo que dice siempre de mí? ¿Para que tu me prometas que harás algo cuando luego me sueltas que no he mejorado en nada? No Rhysand, no te contaré mis secretos papá, así que si me disculpas iré a cumplir con mis trabajos, porque afortunadamente, pronto dejaré de convivir aquí, quizá con suerte no tendrás que soportar que la decepción de tu hijo ande metiéndose en problemas. 

──No eres una decepción, hijo.

──Mentiroso, tus ojos no dicen lo mismo ──aseguré.

──Nyx, tu madre quiere que...

Pero no tue el valor para quedarme allí. Como un niño corrí, asustado de lo que mi propio juicio se lastimara con ver la mirada de Feyre, me choqué a dos ilyrios, posiblemente a Cassian, o tal vez a Azriel junto a algunos de sus estudiantes, pero no me importó. 

Tomé mis cosas con rapidez, ignorando todo a mi alrededor para tomar el primer impulso por el balcón para volar lejos de la Corte de la Noche, lejos de todos aquellos sueños rotos.

──No mires atrás, Nyx.

"Nunca lo hagas". Aseguró la voz de su cabeza.