❝Ella le dijo que su corazón iba más rápido que el viento. Y él le advirtió que su poder era más peligroso que sus amenazas. ❞
Quizás los seres tienen un punto intermedio entre la muerte. Su gran caída sobre los largos caminos que deciden seguir una...
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𝐁𝐄𝐀𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 el cuento de la princesa.
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Bajar por el claro que daba directamente con el castillo era una de las ataduras más grandes que Kallias, mi padre, había podido construir para que nadie huyera tan rápido de la Corte de Invierno, aunque este era el lugar más pacifico, también se llevaba la decepción de muchas mujeres que entraban sin reparos a terminar desnudas sobre la frívola nieve. Osadía, esa era la palabra que describía dichas acciones que no eran castigadas sabiamente. Había escuchado por los pasillos que los guardias eran los causantes que así como practicaban aquel "arte", así se preparaban para poseer a las mujeres de la Corte Real. Dudé, tenía curiosidad.
«Si a ellos se les concede la libertad, ¿qué pasaría alguna vez una princesa como yo se les plantara interrumpiendo su período de coito?», posiblemente terminaría desflorada allí mismo. Quizás hasta mucho peor. Demetria no quería imaginarse el martirio que ocurrirá si su padre llegaba a enterarse, porque si sus recuerdos no la traicionaban, su caprichosa hermana había terminada en aquella situación donde se dicto que el matrimonio que había acordado, fue roto semanas después. Gwendolen estaba eufórica, y alegó muchas cosas que luego fueron protestas erradicadas gracias a las disculpas ofrecidas por el muchacho.
Sin embargo, semanas después, su hermana mayor decidió vivir en el bosque helado donde se organizaban nuevas movidas o construcciones. Desapareció. Y eso le dolió.
Demetria, sin poder objetar sobre sus decisiones, quedó con la responsabilidad que su padre le cedió, pero aun así, cuando aquellos orbes violáceos decidieron cruzarse en su camino, estaba más que claro que la guerra por la paz era solo una pizca sin emoción de lo que podría ofrecer su querida enemistada oscuridad. Nyx Archeron era su peor pesadilla, sin contar que sus padres tenían una ─muy estrecha─ relación.
──Maldita sea ──siseó tratando de cubrir sus dedo heridos por las espinas de la flores que llevaba en sus manos. Las actividades cotidianas la aburrían, mientras que salir al mercado vestida de pueblerina era su actividad favorita, sin contar otras escapadas que ocultaba de los ojos de su madre, porque su padre le sonreía cada vez que la encontraba huyendo de un lugar a otro. Él le había enseñado, y ahora su hija le daba lecciones de como vestir a la hora de salir.
Pero el tiempo carraspea, no toca la puerta, y toda la seguridad que hubo antes, se disuelve.
Porque la princesa ya no se juntaba con sus seres queridos, solo parecía alejarse aún más de ellos.
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Un armiño se cruzó en medio de sus pensamientos, logrando observarla estirando todo su cuerpo hacia ella, saltando por la nieve como si deseara llevarla más lejos, emitiendo gruñidos al no ser escuchado por su familia, decidió acercarse a ella hasta terminar enroscada entre sus piernas. La princesa río. Nadie entendía como Demetria, futura Alta Lady de la Corte de Invierno, era el ser más aislado de Prythian, pero todo eso cambiaba cuando observaba a los animales, o las plantas. Inclusive, su madre solía preguntarle sobre aquello, pero nunca recibió una repuesta. Demetria prefería ocultarse, a tener que responder por sus repentinas acciones.
No porque fuera una cobarde, sino que... ¿Siempre tendría que explicar porque prefería el bosque invernal? ¿Qué su seguridad estaba más en su casa en Sky Hill que en la Corte de Invierno? Sus ideas no eran más que suplicios, hasta que caer en el próximo agujero negro.
La caminata racional se vio afectada ─debido a su distracción─ al ver como su cuerpo terminaba por caer en un pozo, el cual parecía estar cubierto por capas de nieve gruesa, logrando así que su primera impresión fueran los brazos de un macho joven, por lo que alzado su cabeza, se dignó a encanar a su salvador que podía dejarla en el suelo. Apenas levantó su rostro, se encontró al hijo del Alto Lord y la alta Lady de la Corte de la Noche.
Nyx Archeron la sostenía entre sus brazos, rozando con sus dedos la costura de su abrigo, y aunque la cercanía con el no le molestara, su presencia en aquel lugar le hizo despertar su habilidosa curiosidad, ya que, el joven ilyrio nunca saldría de su zona de confort.
──Princesa ──saludó en un susurro.
──Buenos días, Nyx ──saludé.
── ¿A qué debo su...?
Un derrumbe alertó a todos los de la zona, aunque ello no tuvieron tanta suerte porque a la hora de salir, unas alas la cubrieron revelando su mayor pesadilla, entre tantas, quedar atrapada junto al dichoso Oneiros.
"Princesa, princesa". Esa voz masculina la despertó, alterando sus sentidos, sintiendo el aliento cálido del joven que aun la tenía en sus brazos.
── ¿Nyx? ──susurré, aterrada por a cercanía.
"Descuida, princesa, nos sacaré de aquí. Lo prometo".
