𝟬𝟲. Demetria.

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𝐁𝐄𝐀𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓
el cuento de la princesa.

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Nyx aún me tenía en sus brazos, acariciando la tela de mi vestido con tranquilidad, sin despegar la vista del caballero que protegía mi vida asignado por mi madre ─quien a su parecer entendía muy poco mi privacidad─. Suspiré. Observé a mi alrededor, con la capucha puesta, fui dejada en el suelo, puesta detrás del nombre ilyrio que era observado por sus amigos. Aster logró notarme, con una sonrisa rozando sus perfectos hoyuelos, y ni hablar de las risitas nerviosas de Rooney. No se n que estaba pensando, pero Jayle estaba acusando a ciertas personas de invadir espacio cuando en realidad el único usurpador era él. Kallias, mi padre, llegó a contarme una vez que era su instinto hacerlo porque deseaba mucho a alguien, pero cuando se dio cuenta de quien era, las respuestas en mi cabeza fueron como un tornado que terminó por encajar cada pieza el rompecabeza en su lugar. Jayle pretendía que yo aceptara su propuesta. 

Estar allí, mirando como se dedicaba a tratar de un don nadie al hijo del señor de la oscuridad, no era de lo más placentero, pero el hijo de las sombras intercedía con paciencia en sus palabras, porque en sus acciones se notaba tenso. Decidir intervenir solo trajo otra discusión, intentando apartarme de su camino, el príncipe lo había tomado del cuello de su camisa tirando de ella con impaciencia mientras me volvía a tomar en sus brazos. Intrigada, lo miré sin entender. 

"Sujétate". Un hábil susurro atacó mi mente, por lo que acaté en aquel momento dicha advertencia.

── ¿Sabes en qué nos diferenciamos, tu y yo, Jayle? ──preguntó el ilyrio con demencia inesperada ──. Que si fueras tan inteligente como dices ser, no hubieras perdido tu oportunidad con la princesa. 

Y extendió sus alas, formando una corriente de aire lo suficientemente fuerte como para apartar mi capucha, pero siendo cubierta por... ¿Debería describir que son demasiado grandes porque yo no tengo alas o por que realmente lo son? Según he oído, los ilirios dependen mucho de ellas, repito, su segunda cabeza se basa en la envergadura de sus alas. Bueno, creo que era algo así, aunque no lo se con exactitud debido a que mi madre se sonrojaba cada vez que e preguntaba porque no podía tocarle las alas a la Alta Lady, Feyre. 

En mi clara defensa, tenía unos seis años, quizás menos, o tal vez más. 

── ¡Nyx! ──grité sintiendo el aire frío golpeando mis mejillas ──. ¡Nyx!

"Sujétate". Volví a escuchar que mencionaba contra los muros de mi mente.

──Pero...

"Princesa, no quiero dejarte caer, estoy asustado". Aseguró.

Un nudo se formó en mi garganta. ¿Estaba asustado de mi poder? 

── ¿Por qué estás asustado? 

"Porque es la primera vez que llevo a alguien volando entre mis brazos". 

── ¿Qué? ──susurré con las mejillas sonrosadas por el frío emanado por la corriente ──. ¿Soy la primera en...?

"Demetria, en serio voy a darte de clases en como no distraer a las personas".

──Lo lamento, señor coquetería de...

"Al menos yo quería experimentar el orgasmo con las alas de mi propia madre".

──El orga...──me detengo dos segundos, levanto la mirada y por una vez me encantaría tener las manos libres ──. ¿Entones si yo...? ¿Si yo te tocara las alas...?

"Espera.. ¿Has soñado con tocarme las alas, princesa?". Preguntó divertido.

── ¿Qué? ──pregunté encolerizada ante su risa ──. ¡Por el Caldero, que asco!

"Eso no lo pensabas hace unos minutos, o-diosa". Se burló alegremente, para luego usar un tono diferente al anterior. "Ojalá algún día pueda cumplir tus sueños princesa". 

──Ya lo haces...──susurró ella por lo bajo, dejando que el aire congelado le refrescara las ideas.

Habíamos llegado, y aunque quisiera decirle que estaba encantada, solo pude disculparme por los problemas que le había causado Jayle

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Habíamos llegado, y aunque quisiera decirle que estaba encantada, solo pude disculparme por los problemas que le había causado Jayle. Nyx Archeron me observó furioso, sin comprender lo que ocurría conmigo. Se acercó hasta tomar mis mejillas, dejando caricias preocupantes.

── ¿Por qué te disculpas por los errores de ese gusano? ──preguntó.

──Porque debo hacerlo.

──No, no debes.

──Nyx, tú no lo entiendes. 

── ¿Lo amas? ──preguntó bruscamente.

Sonaba decepcionado.

──No...

──Entonces no debes disculparte.

──Si debo ──aseguré.

El negó.

── ¡Por el amor del...! ¡Claro que no!

── ¡Si debo, porque te trató como una basura que puede pisotear, y no quiero que eso afecte lo nuestro! ──grité, para luego tapar mi boca con mis manos nerviosa.

Nyx se quedó en silencio, dejando que sus dedos temblaran como si tuviera frío, como si el clima lo estuviera destruyendo, pero solo en ese entonces brincó hasta quedar a mi altura, tomando las manos que ocultaban mis labios, refugiándolos de él. Acarició con delicadeza mis barreras mentales, aquellas que había aprendido a levantar con años de práctica, para huir de la leyenda de Rhysand, y de sus futuros descendientes. Más el joven Archeron se detuvo peligrosamente a centímetros del área prohibida, y se entregó sin esperar que mis brazos lo rodearan en busca de su calor.

Entonces, solo en ese momento, me besó.

𝐁𝐄𝐀𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 ◞◞  nyx archeron.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora