𝟭𝟮. Aster.

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𝐁𝐄𝐀𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓
el monstruo del príncipe.

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Sus hebras rojizas caían en cascada por mis dedos, uno a uno enredándose sin temor a que yo levante mis manos para ejercer presión allí, anunciando la llegada de otro momento intimo que sería continuado por la única hembra capaz de colarse entre mis sábanas. Siona Vanserra. La Corte del Otoño no era el lugar más cálido, adornaba una hermosa reputación gobernada por mano de hierro, encadenados a un sosiego dolor. Dicen por ahí que la alta lady de aquella Corte vive encerrada en e puno más alto de su recamara, sin embargo, Indira tiene la libertad de divertirse una vez a la semana. O al menos eso he escuchado. 

──Oye loco, ¿en que piensas? ──preguntó la pelirroja demasiado entretenida con mis acciones.

Estábamos en nuestro lugar secreto, lejos de mi padre o los tíos chusmos que amaban recordarme que las reglas que mi madre imponían eran la nada misma comparada con sus palabras. Mamá les solía recordar que con una sola orden Velaris terminaría en ruinas, y las risas cesaban para solamente escuchar en silencio los regaños de Nyx por no utilizar todo su poder con Amren. Era tan injusto, yo lo comprendía

──Aster ──volvió a llamarme.

La observé con calma, admirando cada rasgo delicado que poseía.

── ¿Me perdí de algo, fierecilla? 

Indira me golpeó con fuerza en el brazo, logrando que un quejido se me escapara.

──Oh, ¿te dolió? ──se burló.

Sonreí a medias.

──No, ni un rasguño.

──Entonces debo golpearte más fuerte.

──Inténtalo, fierecilla. 

Oh, claro que lo hizo. 

VELARIS

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VELARIS

Solo habían pasado unas horas de aquel encuentro, sumado al revuelo que provocaron mis sombras al enterarse sobre el poder de Nyx. Ellas podían sentir el temor de los presentes, escuchaban los gritos de Rhysand intentando detenerlo, pero lo más cercano que escucharán era maldiciones sin disculpas de por medio, decoradas de horror sugerido, y amenazas sin fondo. "Reconocer estar equivocado era la primera regla de mamá, sin embargo, papá solía dedicarme sonrisas que indicaban que mamá dragón no admitía muchas cosas". Cierto, o tal vez no. Mis planes se dedicaban en evitar problemas, no atraerlos. 

"Sobrino". Llamaba Rhysand, lo ignoré.

Resoplé.

"Sobrino, contesta ahora". Volvió a decir. 

Solo una vez más, solo...

──Aster ──llamó una voz femenina. Levanté mi vista hacia aquellos orbes amarronados que se fijaban en mi con una sonrisa ──. Hola, Elain. 

── ¿Por qué lo ignoras? 

Suspiré. ¿Decir una mentira justificaría mi verdadera razón sobre porque no me gusta relacionarme con los parientes lejanos? 

──Porque no pertenezco a su círculo. 

Elain reprimió una sonrisa, ocultándola bajo una línea fina que dictaba algo en específico, aunque no lo supiera con exactitud. Acercó a mis manos una pequeña bolsita de cuero gris, adornada con hilos dorados, la miré sin entender

──Úsala en caso de emergencia. 

──Esta bien.

Y sin más, volé directamente donde la presencia de Nyx me guiaba.

Esto ameritaba una reunión familiar. 

En el Refugio se llevaba nuestra completa atención

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En el Refugio se llevaba nuestra completa atención. Desde la lámpara en forma de araña que colgaba del techo hasta los pisos de madera de cedro rojizo. Rooney estaba orgulloso con su trabajo, pero al ver como la figura masculina se asomaba por el pasillo, decidimos ir a preguntar directamente lo que ocurría, porque por mucho que intentara evadirlo, era el tema por el cual debían preocuparse. 

──Perdí el control ──respondió Nyx sin cohibirse demasiado, algo que odiaba mucho de él porque nunca medía las consecuencias de sus actos, o yo era demasiado recto.

La tetera  su detrás mostraba signos de explotar, provocando que mis sombras la apagaran antes de provocar que nuestras cabezas salieran volando a la misma velocidad. Habían sido muchas cosas, entre ellas, Demetria. Rhysand. Ryder. ¡Ese maldito hijo de...! No era confiable, debido a que pertenecía al antiguo orden de Hybern, así que sacando cuentas, lo más raro era que supiera como tratar con los siete auras del miedo. 

── ¿Y tu? ──preguntó intrigado mientras me miraba. 

Nyx sonrió como el gato de humo negro que aparecían en esos cuentos humanos, sonriendo de oreja a oreja mientras me analizaba.

── ¿Qué tal estuvo tu baño con tu querida Siri? ──sonrió.

Gruñí. Él se rio.

──Cállate, solamente yo puedo llamarla Siri.

──Oh vamos, solo cuenta. ¿Le has dicho que...?

── ¿Qué parte de que todavía no me siento capaz de ser el compañero de alguien luego de lo de ella, no entiendes? 

──Lo superarás, no fue tu culpa que Nái...

Negué con fuerza. Nyx lo entendió.

Porque no era el momento para mencionar dichos acontecimientos. 

𝐁𝐄𝐀𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 ◞◞  nyx archeron.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora