Capitulo 4

3.8K 328 23
                                    

Al día siguiente, Camila trató de encontrar una guardería. Como no tenía coche, tuvo que utilizar los centros privados que había alrededor de su piso, que eran muy caros. No tenía más remedio que inscribir a su sobrina en uno de ellos y esperaba que el cambio no la afectase demasiado.

Los dos días siguientes transcurrieron sin ningún contacto por parte de Lauren. Pero al tercer día llegó una carta, informándola de que el matrimonio se celebraría el quince de julio. Estaba atemorizada, parecía que no había escapatoria. Se tendría que casar con Lauren para no perder a Georgia. Tendría que seguir mintiéndole, aun a sabiendas de que así la odiaría todavía más.

La idea de hacerse pasar por su hermana durante meses, incluso años, le aterrorizaba, pero no veía otra alternativa. Como era de esperar, Nadia no volvió a ponerse en contacto con ella. Le había llamado al teléfono móvil, pero saltaba el contestador y ni siquiera tenía una dirección donde contactar con ella.

Apartó la carta de Lauren para atender a Georgia, que estaba llorando, y trató de no pensar en el hecho de estar casada con una mujer que la odiaba tanto. Cuando sonó el teléfono, Camila contestó con la niña en brazos.

-Camila -Habló Lauren con su voz profunda-Soy Lauren.

-¿Qué Lauren? -Preguntó Camila, adoptando de nuevo la personalidad de Nadia.

-Por la reputación que te has ganado, estoy segura de que tienes una larga colección de nombres -Espetó Lauren con insolencia.

-Ya le gustaría saber a usted -Le contestó Camila rodando los ojos ante la grosería de la mujer.

-¿Recibiste mi carta?

-Déjeme ver... -Hizo ruido con las facturas que alcanzó de la mesa, sólo para irritarla-. Ah, sí, aquí está. Es un acuerdo prematrimonial, ¿no es así?

-¿No creerías que me iba a casar contigo sin proteger mi situación?

-Eso depende de qué clase de protección esté hablando.

-Esto es un negocio, Camila, ni más ni menos.

-Por mí está bien -Acordó Camila encogiéndose de hombros, aun en personaje de Nadia-Mientras cumpla su palabra. ¿Cómo sé si puedo confiar en usted?

Hubo un corto pero tenso silencio.

-Tan pronto como el matrimonio se lleve a cabo, recibirás tu asignación, ni un segundo después -Aseguró finalmente Lauren.

-¿No confía en mí, señora Jauregui? -Se burló usando divertida el tono de voz de su hermana-¿Cree que voy a intentar engañarle?

-Me encantaría que lo intentaras -La desafió con rabia-Seguro que no tengo que advertirte de las consecuencias si planeas un doble juego-Camila sintió un escalofrío al escuchar aquellas palabras-Una cosa -Habló nuevamente con tono de advertencia-Ya que en pocos días estaremos casadas, sería muy apropiado que me llamarás por mi nombre, que me tutearas.

-Lauren -Suspiró su nombre seductoramente-¿Es el apodo de algún nombre?, ¿Lorrraine, Laurentius, Laurel?

-No-Contestó Lauren en seco-Viene del romano, así lo quiso mi madre.

-¿Tú madre es romana? -Interrogó curiosamente.

-No-Otra negación seca que hizo sonreír a Camila-Ella es francesa.

-¿Hablas también francés aparte de italiano? -Estaba gratamente sorprendida.

-Sí, y otros idiomas más.

Camila estaba impresionada, pero no se lo iba a dejar saber a Lauren.

-¿Y tú? -Le regresó la pregunta Lauren, viendo que ella no decía nada.

Soy otra mujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora